BSideFestival

6º Bsidefestival 11-09-2010. Molina de Segura. Murcia.

Por Miguel Andúgar Miñarro.

Si hace unos días hablábamos del On the sea, ahora nos enfrentamos al lado oscuro: un festival para todos los públicos -indies- con un cartel estándar con sorpresa. Y es que Love Of Lesbian, L.A o We Are Standard han tocado en todo lugar posible este verano cual orquestas de verbena. Y The Ting Tings son el grupo que debería haber en todo festival: fáciles, divertidos y con una música ciertamente descerebrada.
El festival de un día se enfrentaba a su 6ª edición prácticamente consolidado. Por experiencia saben ya que necesitan grupos como los mencionados para convertir el evento en un éxito mediático. Porque aquí no se trata de dar lo mejor de lo mejor, sino de atraer al indie estándar con éxito.
Fuera de lo estrictamente musical: una odisea para llegar al recinto y aparcar bastante lejos del mismo, con el bucólico añadido de caminar de noche por caminos de huerta, rodeado de caracoles, caballos y acequias mortales, así como cruzar una carretera con peligro absoluto y coches a toda velocidad. Acceso rápido, problemas para abandonar el recinto entre conciertos ¡no te dejan hasta una determinada hora!, enormes colas para los servicios -no así para las copas-, y una puntualidad casi exquisita.
En lo musical: poco que decir de L.A. y We Are Standard. Efectividad y calidad técnica que afortunadamente comienza a ser algo menos raro de lo que era en el mundo indie español. Casi todos lo pasaron bien con estos grupos, aunque a mí me aburrieron soberanamente. Y es que la técnica no puede esconder que son propuestas aceptables sin apenas ingenio. Cuando asisto a este tipo de conciertos mi mente no para de repetir: «másdelomismomásdelomismomásdelomismo…» Esto no tiene que ser necesariamente malo. Están aquí para divertir, y parece que lo consiguen con muchos.
No podemos decir lo mismo de Love Of Lesbian, que se convirtieron en las estrellas del festival pese a ofrecer el concierto más flojo. Funcionan mejor en las distancias cortas. Sonaron regular, pese al entusiasmo que le pusieron, aunque compensa la simpatía habitual y el no-show que se les da tan bien. Entrega total de casi todos los presentes.
The Ting Tings dieron la nota. Pese a que su fórmula puede resultar un poco limitada para dar un buen espectáculo, su show terminó estando mucho más cercano al show business de Queen que a la imagen cool que pretenden dar en sus vídeoclips y fotografías. Agotaron a propios y extraños con un raro encantamiento que puso bailón hasta al crítico de-mano-en-la-perilla. Muy divertidos y, una vez más, demostrando por comparación que en España aún estamos muy lejos de la primera división. El momento clave: la presentación de su nuevo single con coreografía a lo Madness incluida, y que parece garantizar que los oiremos mucho en las discotecas en los próximos meses.
Y dejo la sorpresa para el final: Heavy Trash, los segundos en subir al escenario, nos dieron un concierto asombroso, en el que Jon Spencer dejó por una vez aparcado su golpe punk para darnos una lección de rock’n’roll con ciertos toques postmodernos. Pese a que congregó a mucha menos gente que el resto de convocados estuvo entregado, frenético y a algunos nos hizo mover nuestras oxidadas caderas mucho más que todo lo demás. Pese a que odio a los puristas -y puretas- que critican a diestro y siniestro para preservar la pureza del rock’n’roll no pude sino indignarme por la indiferencia con la que muchos espectadores -a la espera de su dosis indie estándar- recibieron a este personaje y sus canciones mutantes. Larga vida a Jon Spencer, y que siempre sea un revulsivo contra los que quieren oír una y otra vez lo mismo y no enfrentarse a nuevas sorpresas. Y, por favor, un recinto con mejores accesos para el año que viene.

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