David Torres, IV Premio Logroño de Novela

Por Carmen Fernández Etreros.

 

El escritor David Torres ha resultado por unanimidad el ganador de la IV Edición del Premio Logroño de Novela por la obra Punto de fisión. El fallo del premio se dio a conocer la noche del miércoles en el transcurso de una cena de gala que se celebró en las bodegas Campoviejo y en la que participaron cerca de 160 personas vinculadas con el mundo cultural, económico y social de La Rioja.

 El jurado de esta edición, que eligió la novela por unanimidad, ha estado compuesto por el escritor Luis Mateo Dí­ez, en calidad de presidente, Fernando Marí­as, Félix J. Palma, Manuel Rivas y Care Santos, con la presencia de Miguel Ángel Rodrí­guez Matellanes, en representación de Algaida Editores, y de Javier Alonso Benito, en calidad de secretario y representación del Ayuntamiento de Logroño y la Fundación Caja Rioja.

El premio convocado por el Ayuntamiento de Logroño, la Fundación Caja Rioja y la editorial Anaya, a través de la firma Algaida, está dotado con 90.000 euros y una escultura del artista Carlos Balanza.

David Torres (Madrid, 1966), licenciado en Filologí­a Hispánica por la U.A.M.,  es escritor, guionista y columnista de prensa español. Colaborador habitual del diario El Mundo y guionista del programa de televisión Al filo de lo imposible, David Torres imparte también cursos de escritura en la escuela literaria Hotel Kafka.

Entre sus obras podemos destacar Niños de tiza (Algaida Editores, 2008)  premio Tigre Juan de novela y premio Hammet a la mejor novela policiaca, Bellas y bestias: retratos del natural (Sloper, 2008), El mar en ruinas (Ediciones Destino, 2005), El gran silencio finalista premio Nadal 2003,  Los huesos de Mallory: fragmentos para una arqueología del Everest escrito en colaboración con Rafael Conde y Donde no irán los navegantes, premio Sial de relato 1999.

La novela ganadora Punto de Fisión relata cuatro historias aparentemente inconexas que se entrelazan en Punto de Fisión. Un manuscrito ambientado en la catástrofe de Chernobyl y protagonizado por Sergei, un niño al que la mafia ucraniana obliga a penetrar en la zona de contaminación nuclear para recuperar objetos valiosos. La prodigiosa peripecia vital de Leonardo Zubiri, un tipo anodino a quien un rayo está a punto de fulminar y que sin embargo sobrevive, transformado como efecto secundario en voraz lector y escritor de Éxito. La súbita oleada de atentados terroristas contra edificios emblemáticos de la capital de España cuya investigación correrá a cargo del inspector Estévez, un atípico policía que habrá de enfrentarse a la acción criminal de un descabellado grupo independentista madrileño. Y finalmente, la narración en torno a la cual se hilará el resto: los oscuros tejemanejes del editor Matas y su ayudante en el negocio, la joven Julia, una extraña mujer que cambia continuamente de aspecto y lleva tatuado su cuerpo con poemas clásicos.  «Una novela donde confluyen la más honda sensibilidad y el esperpento, el surrealismo y lo cañí­, la crítica social y la pornografí­a. Una novela, en suma, absolutamente rompedora, urdida por un escritor llamado a no ser, bajo ningún concepto, uno más en el rebaño», nos señalan desde la editorial Algaida.

4 thoughts on “David Torres, IV Premio Logroño de Novela

  • el 7 octubre, 2010 a las 1:49 pm
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    ¿Un premio sin finalistas? que cosa mas rara y que poco dice del resto de obras. Tanto oscurantismo no beneficia en nada al premio ni a la motivacion por participar.

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  • el 14 octubre, 2010 a las 8:30 pm
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    Es una pena que sólo ganen estos concursos historias sobre guerras y catástrofes. El argumento de la historia suena completamente descabellado y es lo último que necesito leer.

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  • el 14 octubre, 2010 a las 8:35 pm
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    Atentados terroristas, un hombre al que lo fulminó un rayo y quedó trastornado, una mujer que cambia continuamente de aspecto. ¿Me están hablando en serio? Supongo que le debían el premio a este hombre.

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  • el 30 octubre, 2010 a las 8:45 pm
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    Un dudoso final, como tantos otros. Moraleja: no perder más el tiempo con estos concursos, más o menos apañados. Finalmente todo esto es una muestra más de poca seriedad, En fin, que las editoriales pequeñas parecen más sinceras. ¡¿Y los finalistas?!

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