Trilogía de Deptford

Por Miguel Baquero.

Trilogía de Deptford. Robertson Davies. Editorial Libros del Asteroide. 1200 páginas. 34,95 €

Deptford, según nos cuenta el escritor Robertson Davies (1913-1995), es un pequeño pueblo canadiense en el que el 27 de diciembre de 1908 tuvo lugar un suceso de consecuencias impredecibles: un chaval, de apellido Staunton, le tiró una bola de nieve a otro chico, apellidado Ramsay. En un acto reflejo que el tirador no había previsto, Ramsay consiguió agacharse, con lo que la bola pasó por encima de su cabeza y fue a impactar contra la señora Dempster, embarazada de siete meses. El impacto de la bola provocó en la señora Dempster un parto prematuro… y lo que a partir de ahí se siguió está narrado a lo largo de las 1.200 páginas de que consta la Trilogía de Deptford.

El bolazo de nieve, en apariencia un incidente nimio, tiene, sin embargo, una proyección literaria enorme, porque a raíz de él, y con continuas referencias a ese hecho, se desencadenan las tres novelas que componen esta trilogía. La primera de ellas, El quinto en discordia, está centrada en la figura de Dunstan Ramsay, el joven que esquivó la bola. Concebida a modo de memorias con motivo de su jubilación en el instituto donde da clases, esta primera novela de la trilogía nos habla de su infancia, de su juventud, de sus experiencias como soldado en la Primera Guerra Mundial…

La segunda novela de la trilogía, Mantícora, tiene como protagonista a David Staunton, el hijo del chaval que arrojó la bola de nieve, pero en realidad la novela gira en torno a éste, a Boy Staunton, y nos narra la forma en que consiguió hacer una fortuna, llegar a ser un importante político en Canadá, y morir finalmente de manera enigmática, pero relacionada en gran medida con aquella bola de nieve que arrojara más de cincuenta años atrás.

El último libro de la trilogía, El mundo de los prodigios, está centrado en la figura de Paúl Dempster, aquél que nació de forma prematura a consecuencia del bolazo de nieve recibido por su madre. Será la suya una vida errante por circos de baja estofa, y espectáculos de mediana categoría, hasta llegar a convertirse en una auténtica celebridad sobre el escenario. Excepcionalmente narrada, esta tercera novela se alimenta de la experiencia del autor, Davies, como actor durante varios años en una compañía de teatro.

Aunque construidos cada una de ellos en torno a un protagonista, y aunque bien pudieran leerse como tomos independientes, las tres novelas que componen la Trilogía de Deptford se entrelazan entre sí de muy cerrada forma. Muchos de los personajes circulan por los tres libros, y son varias las situaciones que se refieren en los tres, e incluso adoptan formas diferentes en función de quién sea el personaje-narrador. El resultado es una historia muy compacta, sólida, llena de tipos y escenas inolvidables, y de lectura muy ágil, en lo que también tiene parte la excelente traducción. Un libro en extremo divertido, ya que busca una visión diferente, nueva de las cosas –como demuestra el desencadenante de la trilogía, tan lejos de los inicios clásicos- pero también en extremo profundo pues, al hilo de las diversas situaciones que se producen, Davies nos propone diversas preguntas sobre la forma más acertada de estar en el mundo, sobre la forma en que nuestros actos arrastran unas consecuencias, sobre la imposibilidad del ser humano para liberarse de su pasado y del peso con que, apenas iniciados en la vida, nos carga la culpa.

Un auténtico ejercicio de buena y vieja Literatura. Un mundo construido con palabras, en el que uno queda sumergido apenas pasar unas cuantas páginas, y del que sale al exterior, al final del tomo, con la honda sensación de haber compartido unas vidas y de haber aprendido algo. O lo que es lo mismo, y ya he dicho más arriba: buena y vieja Literatura.

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