The CMYK Project, superhéroes en Bolonia

Por Ángel Domingo.

Nos citamos a medianoche a través de la puerta secreta de un blog. A la recurrente duda de cómo le reconoceré, desvela que será la única persona que lleve una máscara. Afortunadamente todavía no ha llegado Carnaval. Pensamos quedar en una cabina, escenario favorito de superhéroes y vagabundos, pero estas son una especie extinguida así que optamos por vernos en su segundo lugar preferido: un abandonado callejón. Los bares ya habían cerrado.

Esa noche topé con dos enmascarados. El primero me sableó, a punta de navaja, el euro y pico destinado al bus búho que me regresaría a la seguridad del hogar, el móvil, el reloj, las lentillas de repuesto y la bufanda. «Me gusta el diseño, tron». A mí también, por eso me la compré. La impertinencia casi me cuesta la vida.

Afortunadamente acerté a la segunda y contacté con el impuntual Mr. Blue, del grupo internacional de superhéroes The CMYK Project, formado también por Magenta, Mr. Blonde y Mr. Black. Comunicaron su existencia al mundo en la Red, cual Wikileaks.

Su bautismo de fuego está previsto en la Feria del Libro Infantil de Bolonia, que tendrá lugar del 28 al 31 de marzo en la ciudad italiana. Este certamen es el más importante de la industria de la literatura infantil y juvenil. Allí se reúnen, cada año, miles de editores, libreros, ilustradores, escritores, impresores y aficionados para mostrar la producción del último año, colocar nuevos proyectos, vender derechos de publicación en otras lenguas y, claro está, reencontar a viejos amigos.

Esta Liga de la Justicia editorial ha unido sus superpoderes porque “desde hace algunos años tenemos la sensación de que, para los que empiezan a dar sus primeros pasos en el mundo de la ilustración infantil, hay cada vez menos disponibilidad durante los días de Bolonia para que muestren su trabajo, reciban consejos y, por qué no, solemnes críticas (siempre útiles)”.

Consideran que “en la Feria hay mucho que hacer, todos están cansados, falta el tiempo para concentrarse. El hecho es que muchas personas necesitan un primer contacto con la profesión y algún consejo”. 

Al modo clásico de los supehéroes, no habrá citas previas ni lugar establecido donde presentarse o ponerse en fila. Tampoco han previsto una batseñal que proyecte su emblema en los techos de los babellones del complejo ferial. Cosas de la crisis, me temo. Tampoco aparecerán en un rutilante batcoche ni en la espectacular nave de los X-Men… Esto es Europa, amigo. Así que a nadie le extrañe toparse por las calles boloñesas con un enmascarado en bicicleta o en los siempre atestados autobuses.

Bajo las máscaras, el grupo de superhéroes -ilustradores y autores profesionales de prestigio internacional- se pondrá a disposición de los ilustradores más jóvenes para revisar sus portafolios. “Además de la selección natural, que lleva a la continuidad de los mejores técnicamente y también a aquellos capaces de destacar en el complejo mundo editorial, creemos que un mínimo de disponibilidad hacia los más jóvenes es un deber. Es algo que se puede revelar útil y no solamente para ellos”.

Los cuatro serán identificables gracias a una chapa. “Si nos veis, podéis simplemente paraos y mostradnos el portafolio”, resume.

¿Qué recomendaciones básicas debe seguir un Robin novato de la ilustración?

“Los editores reciben muchas propuestas. Un pequeño editor puede recibir unas 200 al año, así que has de destacar tu proyecto del resto. El packaging, los pequeños detalles… Tan importantes como el propio contenido”, explica Mr. Blue.

Impresionado por su aplomo y su singular porte, le pido que profundice. Sin dobles sentidos, aclaro. Mi fetichismo no llega a tanto. “Incluye entre 15 y 20 muestras. Es el número ideal para entender tu trabajo, para saber quién eres. Si no tienes 15 o 20 buenos ejemplos quiere decir que tienes que trabajar más para construir un portafolio”.

De vital importancia, susurra como si el planeta dependiera de ello, es evitar “dibujos antiguos o cosas que ya no quieres hacer. Las ilustraciones no han de incluirse por el nombre del cliente sino por su calidad. No hagas el portafolio para demostrar las técnicas que sabes hacer, sino con los mejores trabajos y no siempre los trabajos publicados son los mejores trabajos. Pon una muestra  homogénea, aunque sea con diferentes técnicas, de diferentes temas, que tengan un hilo conductor. Defínete”.

“Si no tienes un libro publicado haz un dummy (maqueta) de una historia, después de ver la calidad del trabajo el editor querrá ver el desarrollo en un formato libro (storyboard, flow de la historia, no tienes que terminar todas las ilustraciones a color, es suficiente con dos o tres) y no improvises de gráfico”. Jerga de superhéroes, supongo. Disimulo la ignorancia, subrayando sus últimas palabras: «El flow, el flow, ¡el flow! Que nunca te falte un flow«. Carraspeo y me callo mientras mi propio eco rebota en las paredes.

Las nubes ocultan la luna. Mr. Blue, alzando el puño, clama al firmamento “no seas pasteloso, bueno, dulce, serio, transcendente. Sé malo, original, agresivo, impertinente, curioso, irónico, poético”.

Le cuestiono si me pide que me pase al lado oscuro. No querrá que me convierta en supervillano. “Te cuesta entender las cosas, ¿verdad?”, responde con mirada preocupada.

Algo importante cuando se expone nuestra creatividad, y que a menudo olvidamos, es que hemos de “aceptar la crítica para mejorar en tu trabajo, pide opiniones a las personas adecuadas”.

Antes de perderse en el laberinto de la ciudad dormida, sentencia: “Defiende tu portafolio si fuera necesario. Si no gusta, no gusta, pero no es necesario dar la razón en todo al editor. Y, sobre todo, nunca desesperes. Si la obra es buena, tendrá su editor, solo necesitas encontrarlo”.

Agradecido por tan sabios consejos, le regalo uno de cosecha propia. “Para una desaparición más estelar, molaría algún efecto de humo y que te envolvieras en tu capa. Ese toque siempre dota de elegancia”. Como de costumbre, me ignora.

A cambio, me pregunta si la línea 3 deja en el centro. Mientras consulta un plano, le pido que me presente a Catwoman. Supongo que los superhéroes organizarán convenciones anuales o asambleas sindicales. Digo yo. “Únete a la cola”, me espeta. Al menos, deja un poco de esperanza “la hermanastra de Cenicienta no tiene planes para este sábado”.

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