El paro de los actores exige la creación de sindicatos

Por Rocío Pastor Eugenio.

En muchas comunidades autónomas la falta de trabajo y la mala regulación del mismo hacen necesaria la creación de sindicatos que defiendan los derechos de este colectivo.

Actualmente actores de todo el mundo se están manifestando para mejorar sus condiciones laborales y para la creación de convenios colectivos que les protejan tanto de forma contractual como en la regulación de sus condiciones salariales.

Es por ello que Unión de actores, se dividió como sindicato actuando a nivel de comunidad autónoma, para reforzar su tarea, como es el caso de Unión de Actores y Actrices de Extremadura (Actorex) bajo la dirección de Elena Márquez, su secretaria general, el responsable de Cultura, Prensa y Promoción, Carmelo Sayago, y la secretaria sindical, Memé Tabares, que pretenden entrar a formar parte de la Federación de Artistas del Estado Español (FAEE) (fundada en 1987 por Unión de actores de Madrid y Barcelona, como sindicato a nivel estatal). Para entablar negociación con CCOO y UGT para la creación de un convenio colectivo para el teatro y la revisión del convenio colectivo estatal que regula las relaciones laborales entre los productores de obras audiovisuales y los  actores que prestan sus servicios en las mismas ya que resulta sorprendente que lo primero que hallemos al abrir este convenio sea un desglose de la tabla salarial de Oficinas.

Las especiales características de las relaciones laborales de los actores traen consigo una falta de regulación laboral legal, con leves reseñas en el estatuto de los trabajadores y careciendo de una normativa específica para su ámbito de actividad, los artistas se ven privados de contratos específicos regulados por la ley. Las empresas contratantes, valiéndose del contrato de obra y servicio, en el cuál no tienen que especificar el tiempo de duración de la misma, aunque si las funciones que van a realizarse, se multiplican convirtiéndose en el tipo de contrato clave firmado entre bambalinas.

Esto supone un grave problema debido a que este contrato es fácilmente salvable a la hora de ser rescindido sin preaviso mínimo y a la hora de renovar los contratos laborales, eximiéndose así de la obligación de la firma de un contrato indefinido y del pago de la seguridad social correspondiente.

Los actores ante esta desprotección han decidido tomar cartas en el asunto aferrándose al derecho más fundamental de todos los trabajadores, el de protección. El cuál se alcanza con la consolidación de un sindicato que negocie un convenio colectivo, ya que en España los actores trabajan faltos de un convenio que les proteja.