De sangre y ladrillos

Por Sofía A.

Adoro el género negro, me encantan los crímenes, así que podéis imaginar que un libro cuyo comienzo es “Como todas las historias de este tipo, la que te voy a contar comienza con… un crimen” me llamara enseguida la atención. Tranquilos, no desvelo nada. Este crimen ya aunciado en las primeras páginas de De sangre y ladrillos se enmarca en un lugar muy singular: el intrigante familisterio construído a mitad del siglo XIX en Francia por el empresario Jean-Baptiste André Godin, para el que se inspiró en los falansterios cooperativstas del socialista Charles Fourier.

Viñeta a viñeta, Hautière y François nos irán desgranando los personajes implicados, los motivos y las circunstancias de unos crímenes que tendrán consecuencias y revelaciones inesperadas para los familiterianos.

Una historia situada en la Belle Époque, de narración y dibujo que podríamos calificar como clásico, que consigue, a través de tenues colores a los que aplica capas negruzcas y grisáceas, la atmósfera perfecta para esas tan bien retratadas arquitectura, costumbres y gentes de un lugar que hoy día todavía puede verse, el Familisterio de Guise.

David François, el ilustrador, nos cuenta que fue todo un reto la puesta en escena y los personajes: quería recrear el ambiente, el espíritu de la vida comunitaria, la atmósfera polar que se siente en todo el lugar y conseguir mantener su credibilidad.

Si te gusta la intriga, la investigación policial y periodística, los crímenes y saber más sobre las circunstancias de la creación del familisterio de Godin, has de hacerte con este cómic.

‘De sangre y ladrillo’, de Hautière y François, Ediciones Kraken, abril 2011, color, 19,50 €.

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