"Taxidermia", de Francisco Antonio Carrasco

 

Por Luis Muñoz Díez.


Taxidermia,  reúne veintiún  cuentos del escritor y periodista  cordobés Francisco Antonio Carrasco. El libro está publicado con esmero por la editorial Páramo en 2011, e ilustrado con mucha sintonía por Damián Flores Llanos.

 

Al relato en literatura, igual que al corto en cine, lo mira quien no lo sabe apreciar como un aprendizaje para una obra mayor; cuando es una obra en sí misma, que entraña mayor dificultad por la contención que se necesita para describir un universo completo en un espacio reducido. A este reto se ha lanzado Francisco Antonio Carrasco en este, su tercer libro, y lo abre con un cuento titulado Madre, una extensión de veintidós renglones sirven a Carrasco para abanicar el polvo, al manoseado imaginario colectivo de lo que ha de ser una madre. Es valiente encarando un tabú, que la realidad misma desmiente, y merece un elogio por reflejar  algo que no es excepción.

 

Los cuentos de Carrasco son independientes, pero se reconoce su autoría única, por su forma de escritura personal y por su preocupación por determinados temas. Su interés por resaltar la soledad, que le preocupa incluso más allá de la muerte, como es el caso de Soledad eterna y los miedos que sirven de dique a nuestras decisiones, cómo en el cuento de El mundo está loco, loco, que de algún modo narra un miedo coincidente con lo que nos cuenta en El perro de los entierros, donde se nos plantea la duda de: existe el sino, o somos nosotros mismos quienes lo propiciamos con nuestros actos. También habla en sus cuentos del “click” que hace que una situación pase de tolerable a insoportable. Carrasco con la liberad que da ser escritor, concede a sus personajes como a James Bond, licencia para matar. Lo que resalta en su escritura, es que luego los hace arrepentirse y mostrase apenados. No aceptando su sino, como en las grandes tragedias,  lo que indica que Carrasco reflexiona y escribe sobre personajes que pisan tierra, acentuando lo vulnerables que nos hacen las pasiones y el dinero resaltando la propia contradicción constante en que vivimos con nosotros mismos.

 

La escritura de Carrasco es directa, de punto y seguido, quizá porque no quiere perderse en florituras. Se podía  decir que estos veintiún cuentos, que ahora nos presenta, son veintiuna puñaladas. Limpias y certeras, que cuestionan y zarandean ideas preconcebidas sobre los fantasmas con los que nos condicionan las creencias heredadas, que sólo llegan a ser certezas, cuando nos las impone el juez inexorable que es la vida.

 

Preferimos cargar con nuestras viejas creencias, aunque nos hagan daño, que encararlas y discernir que hay de cierto en ellas, por el miedo que ese viejo que llevamos dentro nos imprime; sin dejar libre al niño que convive con él en nuestro interior.

 

No quiero adelantarles nada sobre el cuento que da nombre al libro Taxidermia, para no restarle interés a un relato tan complejo y sorprendente. Además los libros son para ser leídos, no para ser contados. Les aseguró que si leen esta entrega de cuentos de Francisco Antonio Carrasco a lo poco se sorprenderán.

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