El método

Por Benito Garrido.

 

El Método. Juli Zeh. Narrativa. Editorial Mondadori, 2011. 256 páginas. 18,90€.

 

A mediados del siglo XXI El Método es el nuevo sistema que rige una sociedad en la que la religión ha dejado de ser el consuelo del ser humano, y la economía ya no marca el bienestar social.  La ciencia y la salud del individuo son los pilares básicos del régimen.  El Método garantiza una vida sana como analogía de felicidad, de paz.  El bien individual está supeditado al bien común, y es también El Método quien marca y dispone las relaciones amorosas entre los individuos.  Con esta premisa tan estricta, Juli Zeh nos presenta en su libro un claro alegato contra los regímenes que coartan la libertad del ser humano, que limitan la justicia y ocultan la verdad.

 

Esta joven escritora alemana tiene ya un bagaje novelístico en su país digno de admiración.  Aunque la novela que nos ocupa ya ha tenido allí un importante recorrido, ahora se publica en España avalada por ese buen recibimiento.  El Método podría catalogarse como novela política con toques de ciencia ficción y profundamente psicológica:  Moritz Holl es un hombre apasionado que pretende vivir su libertad personal al margen del sistema: quiere enamorarse por su cuenta, tener el derecho a decidir, incluso a enfermar. Su hermana Mia, por el contrario, se adhiere al Método, totalmente convencida de su efectividad.  Inesperadamente Moritz es acusado de asesinar a una joven basándose en las irrebatibles pruebas de ADN.  La sentencia política y también mediática está firmada.  Moritz tras defender reiteradamente su inocencia, se suicida como último acto de libertad.  Mia, terriblemente afectada, se debate dudosa entre el amor fraternal de su hermano en cuya inocencia cree, y el sistema que le acusa.   La depresión la lleva a descuidar sus obligaciones sanitarias e higiénicas.  Sin poder evitarlo, ha comenzado a chocar con El Método.

 

Los grandes editores ya comparan a esta autora con Aldous Huxley o con George Orwell, pero en nuestro siglo.  Razones no les faltan pues nos encontramos ante una historia que se manifiesta claramente en contra de cualquier totalitarismo, sea de la índole que sea. Una historia que aboga por la libertad individual contra un sistema de control “estrictamente sano”.  La novela está muy bien estructurada y mejor contada.  Todo se hilvana en presente, un tiempo verbal que nos acerca a la realidad del asunto.  Pero ese mismo narrador utiliza de vez en cuando el pasado para trasladar al lector a esos momentos que ya no volverán, y en los que los hermanos Holl debatían con vehemencia su enfrentados sentimientos de libertad.  El lenguaje es hiriente, directo, a veces emotivo, pero siempre convincente.  Los protagonistas pasan de las conversaciones fluidas a las guerras dialécticas en un continuo devenir de la lucha individual a la supremacía social del método.

 

La novela también trata el tremendo poder de los medios de comunicación, así como el irreparable daño que éstos pueden llegar a producir.  Así, Kramer, representa ese personaje vil y sin escrúpulos que en aras de la justicia puede generar santos y destrozar mártires.  El lector va a encontrarse en un continuo balanceo de identidades, de ideologías y de sentimientos.  Conforme avanza la historia, ésta va calando en un lector que no puede permanecer impasible, y que ávido de ideales se identifica con Mia en su lucha por la honestidad.

 

En definitiva, una novela redonda que no se puede descuidar en la mesita de noche porque nos produciría desazón no continuar pronto con su lectura….. hasta el final.  Un acierto seguro.

 

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