Un hombre en el umbral

Por Alberto García-Teresa


Un hombre en el umbral

Carlos Huerga

 

La poesía nos sitúa en el umbral de la revelación, en el temblor de la inminencia del conocimiento; también en el vértigo de asomarse a la incertidumbre.

 

Desde esos presupuestos, Carlos Huerga ofrece en su primer poemario una obra compacta y coherente, que descubre la angustia del ser humano frente al mundo y hasta su inquietud por desvelar la realidad.

 

Un hombre en el umbral está formado por 37 poemas en prosa. En ellos, el «yo poético» se dirige a una segunda persona, sujeto de la acción (y de la observación) en el texto. Así, se le concede una importancia radical a la mirada, pues es la que articula la indagación.

 

En el prólogo, el poeta Óscar Curieses sintetiza certeramente las claves del libro: «La multiplicidad del umbral se expresa en el poema en prosa, en la sabia confusión entre memoria y experiencia, en la disolución de referencias artísticas en los poemas y sus distintos registros de lenguaje, en la invención de un tiempo sincrético ficticio, diálogo en presente del futuro del hombre y su pasado».

 

Por su parte, se aprecia una presencia continua del vacío, tanto como espacio de extrañeza y misterio (con connotaciones positivas), como al presentarse como símbolo de alienación en la sociedad contemporánea (con, en este caso, connotaciones negativas).

 

El marco constante es la ciudad (o bien elementos propios de esta irrumpen en la escena, como el ruido de los coches), la cual se presenta como símbolo de una acción deshumanizadora hiperbólica.

 

A pesar de ello, compone Huerga muchas de las potentes imágenes del libro con elementos básicos naturales, que son recurrentes (como musgo, pájaros, nieve), y que apuntan a una representación y expresión esencialista de la realidad.

 

En ese sentido, resulta importante destacar que, en ocasiones, se plasman escenas surrealistas, que recogen el delirio de un individuo que trata de escapar de la fatalidad y de la angustia ocasionada por una sociedad asfixiante.

 

De hecho, el miedo domina al sujeto. Parece entonces que el umbral al cual se alude en el título de la obra es también el umbral de la locura, de la propia realidad. Y esto se debe a que el autor presenta a un sujeto desorientado, que vagabundea física y emocionalmente por los escenarios.

 

El poeta recoge, así, un difuso contraste entre lo tangible y lo espectral, que consigue pronunciar la atmósfera de irrealidad de muchos de los textos. De hecho, se transcribe lo que el «yo poético» dice que ese sujeto en segunda persona del singular piensa y sueña. Se concede, por tanto, mucha relevancia a la imaginación. Es más, también se plasma una fusión entre lo recordado (tanto respecto a vivencias como a sueños) y lo fantaseado, en la línea de José María Merino, donde entonces el tiempo se pliega y consigue crear el autor un espacio particular atemporal.

 

Con todo, se debe señalar que la obra ofrece textos a veces demasiado reiterativos, con repeticiones innecesarias de palabras más allá de las anáforas o de las sutiles estructuras paralelísticas de los textos.

 

Por otro lado, varias de las piezas contenidas consisten en una reinterpretación de películas como motivo central del poema o diversas obras de otras disciplinas artísitacas. Se pone en acción, pues, la intertextualidad, pero sin ninguna intención de erudición frívola, de búsqueda de complicidad del lector. Son puramente plataformas desde donde se dispara la creación, y que se integran a la perfección en el discurso y estética de Huerga.

 

Finalmente, una de las tres secciones del poemario, la última, en concreto, alude explícitamente a esa búsqueda a través del lenguaje, como un intento de apresar lo inaprehensible con él, de «escribir el silencio».

 

De esta manera, Un hombre en el umbral se presenta como un interesante poemario, de resonancias existencialistas y surrealistas, muy unitario, que busca la percepción desveladora del entorno, aproximándonos a la intuición del decapado de la realidad.

 

Un hombre en el umbral

Carlos Huerga

66 páginas

Amargord

Col. Fragmentaria

2010

ISBN: 978-84-92560-42-4

 

http://www.edicionesamargord.com

http://figurasenlaniebla.blogspot.com/

www.albertogarciateresa.com

 

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