"Dime algo sucio" de DIEGO AMEIXEIRAS: entrevista y reseña

Por Benito Garrido

Fotografías de Pablo Álvarez.

 

«La ciudad cero abre cada mañana su boca llena con un epitafio. «

 

A propósito de la edición en castellano de su novela Dime algo sucio (Ed. Pulp Books, 2011), con la que ha ganado el Premio Especial del Director de la Semana Negra de Gijón 2011, hemos entrevistado al escritor Diego Ameixeiras.

 

Diego Ameixeiras (Lausanne, 1976) es periodista y guionista de cine y televisión, aparte de un gran escritor de novela negra.  Hasta ahora solo ha escrito en gallego.  Esta es la primera de sus novelas que se edita en castellano.  Ha trabajado escribiendo para varias series emitidas por TVG (Terra de Miranda, Os Atlánticos, Matalobos) y es coguionista de los largometrajes 18 comidas (Jorge Coira, 2010) y La mujer del Eternauta (Adán Aliaga, 2011).  Hasta el momento ha publicado entre otras las novelas Baixo mínimos (2004), Tres segundos de memoria (premio Xerais 2006) o Asasinato no Consello Nacional (2010).

 

Dime algo sucio.  Diego Ameixeiras.  Pulp Books, Cangas do Morrazo, 2011.  216 páginas.  18,00 €

 

Estamos ante una novela fuerte, rabiosa, violenta y llena de desesperanza.  Un texto frío donde no abundan las frases solemnes sino los paisajes y momentos desolados.  Los personajes podrían ser personas normales, pero son muñecos rotos; algunos ocultan su vacío con rutina y otros con una vida paralela que no se quiere ni se puede contar.  La ciudad de Ourense, aquí llamada Oregón, es donde todo transcurre, y además, es otro personaje importante en esta historia de vidas llevadas al límite que difícilmente encuentran salida.  Diego Ameixeiras experimenta con el género negro para escribir una historia criminal intensa, de las que son como un puñetazo en el vientre, una historia de género bastante alejada de las pautas convencionales de la novela policial.

 

En un mosaico imperfecto de momentos que se entrelazan, nos tropezamos con los personajes que configuran la historia: un hombre negro que muestra su mercancía en la calle sobre una manta, una chica que practica kung-fu todas las semanas, el extraño hombre de la cicatriz, una joven que quiere superar una relación fallida a fuerza de matar los recuerdos, un joven que hace graffitis, el taxista que fantasea, y un par de cadáveres dentro de una nave industrial abandonada.  Cada sujeto se presenta con un tono narrativo diferente perfectamente identificable.  Tras cada fragmento de vida se esconden el miedo y la desilusión, aunque también cierta esperanza, un poco de luz al final del túnel.  Tras cada retazo de historia amenazan el secuestro, el asesinato y la pederastia.

 

Con una prosa sencilla, directa y muy pensada, de textos cortos y bien conseguidos, se nos presenta una novela donde se concilian el realismo sucio y la intriga criminal.  El autor consigue hacer un retrato coherente y oscuro de la sociedad que actualmente nos rodea.  Está claro que nos encontramos ante uno de los valores literarios más sólidos y originales de la actual narrativa gallega.  A los que no somos gallegos solo nos queda esperar con vehemencia nuevas traducciones de la obra de este escritor realmente sobresaliente.

 

Entrevista:

 

P.- Diego, aunque a mí me parece que Dime algo sucio es más bien una mezcla de géneros.  Me interesa saber ¿cómo definirías tú la novela?

Yo creo que es una novela negra.  Pero no es una novela negra al uso en la que se describa una línea de investigación criminal para descubrir al culpable de un crimen, de un delito.  No hay detective que vaya siguiendo una pista.  Es más bien una historia poliédrica con muchos personajes, que se desarrolla dentro de una ciudad como es Ourense, aunque en la novela yo me tomo la licencia de llamarla Oregón.

Pero sí, creo que sí es una novela negra y también de intriga.

 

P.- ¿Cómo te surge la idea de hacer literatura de género?

Empecé en el género negro porque siempre ha sido el que más me ha atraído como lector.  Siempre he leído a los clásicos americanos como Chandler, Hammet, Thompson, Chester Himes, todos esos autores que los aficionados al género tenemos de referencia.  Mis dos primeras novelas fueron una especie de parodia del “hard boiled” norteamericano.  Yo creo que me pasó algo parecido a lo que decía Andreu Martín: que las primeras novelas son siempre en las que se ajusta un poco cuentas con ciertos lugares comunes o tópicos de los maestros del género; para después liberarse de todo eso e intentar construir una voz propia, y hacer una novela negra que responda a la realidad que se tiene alrededor.  Pues a mí, salvando las distancias con A. Martín que es un autor al que admiro mucho, creo que me ha pasado algo parecido: empecé con la parodia del género, y ahora he intentado construir una novela que realmente ya tiene más que ver con la sociedad que me rodea y con la ciudad en la que vivo.

 

P.- ¿Todo lo que has escrito hasta ahora es novela negra tan cruda como ésta? ¿Qué te permite este género que otros no te aporten como escritor?

Yo creo que el género negro no puede entenderse sin el valor añadido que supone la crítica social, sin el hecho de establecer una fotografía del mundo en el que vivimos, una foto que intente iluminar las partes oscuras de la sociedad, de todo aquello de lo que no se habla habitualmente en los medios de comunicación por una cuestión de inmediatez o de tiempo.  Creo que este es un género con muchos seguidores, con lectores muy fieles pero exigentes, que están acostumbrados a que los autores de novela negra, les cuenten historias muy bien contadas, argumentos y tramas interesantes.  Éste ha sido el género en el que yo siempre me he sentido cómodo y capaz de contar las historias que a mí me interesaría leer.

De las cinco novelas que he escrito, todas son negras salvo Tres segundos de memoria, que es más un diario de personajes sin nombre en el que nos encontramos con esa generación de treinta y tantos años que vive frustrada pues tras cursar estudios universitarios, tiene muchos problemas para integrarse en el mercado laboral, para poder tener un piso propio, con relaciones sentimentales y emocionales complicadas.  (Entre risas) Es la única novela en la que no he matado a nadie, aunque haya gente puteada que lo pasa muy mal, no hay asesinatos ni se muere nadie.

 

P.- Tu estilo de escritura es muy personal, innovador y directo.  ¿Buscas a propósito ese factor diferenciador que rompa con los preceptos clásicos del género?

El trabajo de escritor es un oficio que se va aprendiendo con el tiempo.  Yo creo que es imposible que un escritor pueda estar orgulloso de todo lo que ha escrito.  Y la relación que tienes con las novelas publicadas es muy variable.  Ojalá siempre fuese una relación de amor, pero a veces puede ser algo mucho más complicado.  El escritor va construyendo un estilo.  Yo siempre me he puesto como objetivo que mi última novela sea mejor que la anterior.  Un objetivo difícil pero claro en las pretensiones.

Con esta novela intenté crear una estructura muy pensada desde el principio: que todas las historias tuviesen relación entre ellas, o que a veces solo se rozasen sin llegar a tocarse.  Quería hacer una historia que avanzase dando información muy justa al lector.  Se trata de un libro, que una vez escrito, lo que he hecho ha sido dedicarme a recortar, a intentar que cada frase tuviese la mayor información posible con los mínimos recursos, quitando todo lo accesorio que realmente no aportase nada.  Y así, crear un estilo muy directo, conciso y sobre todo, dejando ver al lector que debe leer a un ritmo pausado para recabar de cada frase la información adecuada, y así conectar con la historia que le estoy contando.

 

P.- Cuándo escribes, ¿cómo te planteas la historia?¿cómo surgen y se definen los personajes?

Todos los escritores son personas que observan mucho y uno de los trabajos que un escritor debe realizar antes de escribir una novela, es construir personajes, crear una biografía de cada personaje en la que anote su personalidad, sus conflictos, su vida interior, su relación con el resto de personajes de la novela.  De hecho, eso es algo muy importante que yo me planteo antes de escribir: crear una estructura previa de la novela (que voy ajustando y modificando según escribo) y luego, tener muy claro como son los personajes que voy a manejar.

Lo primero que me surge siempre es la trama de la  historia, y una vez que la tengo clara y veo lo que quiero contar, empiezo a construir los personajes.  Como guionista que también soy, trabajo con todo totalmente pautado, y eso se me ha contagiado a la hora de hacer novela.  Quiero tenerlo todo previamente atado, otra cosa es que después vayas modificando cosas conforme vas escribiendo.  Tener la sensación de que no sabes hacia donde vas se me hace muy difícil.  Es más, yo no me pongo a escribir sin saber como va a terminar la novela.

 

P.- Normalmente escribes en gallego.  La novela que nos ocupa es la primera que se traduce al castellano.  ¿Por qué se decidió traducir Dime algo sucio y no otra de tus novelas?

Lo primero que surgió fue la posibilidad de traducir.  Repasamos las cinco novelas que tenía ya escritas, y pensamos que esta novela era una buena forma de darme a conocer en el resto de España, que como punto de partida podría resultar más atractiva para los lectores.  En Dime algo sucio ya había desarrollado más mi estilo, la forma de presentar los personajes, y eso era lo que yo sospechaba que podría llamar más la atención.

 

P.- Este año has presentado tu novela en la Semana Negra de Gijón: un reconocimiento a tu trabajo.  ¿Qué te llevas de este certamen?

De un certamen como este uno se lleva sobre todo muchos amigos, gente realmente muy interesante en todos los aspectos y profesiones (periodistas, críticos, editores, escritores, organizadores, etc.).  Nos juntamos mucha gente que tenemos una relación con la literatura, algunos mas directa y otros más indirectamente.  Esto supone una experiencia muy positiva sobre todo porque te vas de aquí con información sobre escritores a los que no conoces, que publican en editoriales que quizás tampoco conoces y contactas con gente a la que no verías si no fuese en un evento de estas características.

 

P.- ¿Qué estás haciendo ahora?, ¿en que nuevo proyecto estás embarcado aparte de la promoción de la novela?

Después de Dime algo sucio que inicialmente se escribió en gallego, publiqué Asasinato no Consello Nacional.  El título hace referencia a la novela Asesinato en el comité central de V. Montalbán.  Esta es una novela negra más clásica en la que sí hay una investigación llevada a cabo por un invento mío, que es un detective taoísta vegetariano (en contraposición a Carvalho) que en lugar de investigar un crimen en el PCE, lo que hace es investigar un crimen dentro del BNG.  Podría tratarse como una sátira del comportamiento de los políticos, pues muchas veces las luchas entre ellos tienen más que ver con la ambición personal que con las necesidades que tenemos los ciudadanos.  Eso es algo evidente.  Es una novela que ha funcionado muy bien en Galicia, de hecho fue premio a la mejor novela según los libreros, e incluso va ya por la cuarta edición.

Y posterior a esta, he escrito Historias de Oregón que ha sido premio novela por entregas de La voz de Galicia, y que ha estado saliendo durante todos los días de este mes de agosto en ese diario.  También está escrita en gallego y tiene mucho que ver con Dime algo sucio pues se desarrolla en la misma ciudad y tiene una estructura muy semejante.

 

Diego muchas gracias por tu tiempo y por tus respuestas.  Suerte seguro que la vas a tener porque con talento y voluntad se abren muchas puertas.  Ya esperamos nuevas historias.  De Oregón si es posible, mejor.

 

 

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