Laura Gallego presenta "Donde los árboles cantan"

Por Jara Santamaría
El centro de Madrid es un bullicio. En plena Gran Vía, unos manifestantes gritan y cortan el tráfico. El mundo, convulso, parece temblar de rabia en el centro de Madrid. En el Hotel de las Letras, en cambio, la voz de Laura Gallego García suena dulce, cálida. Presenta su libro Donde los árboles cantan (SM) y, de la misma manera que un lector se sumerge en sus novelas perdiendo la noción del tiempo y el espacio, todos, periodistas, fotógrafos y blogueros, se concentran en su relato ajenos al griterío exterior.
 
Donde los árboles cantan es esta vez una novela autoconclusiva, y llegará a las librerías el próximo 14 de octubre con una primera tirada de 45.000 ejemplares. En sus páginas narra la vida de Viana, una doncella acostumbrada a vivir la vida a través de los libros y que no considera la idea de vivirlas en carne propia hasta que un cambio en su destino la obliga a replantearse su futuro. Ante un posible referente autobiográfico, quizás buscando una metáfora de la soledad del escritor, Gallego lo desmiente. “Mis personajes están en mí pero no son reflejo de mí misma”.
 
Tal vez no su reflejo se traduzca a sus novelas pero, como ávida lectora y licenciada en filología hispánica, sí afirma tener influencias de todo tipo, a veces de manera inconsciente. Ésta, sin ir más lejos, surge del momento en que escribía su tesis doctoral, y contiene elementos de las novelas de aventuras del siglo XIX, pero también de la poesía de corte, los juglares y un sinfín de referentes literarios e históricos que sin duda aportarán bastante al lector joven. La enseñanza, no obstante, no es en absoluto una prioridad para Laura Gallego. “No escribo para enseñar, ni para acercar a los jóvenes a la literatura. Ni mucho menos para moralizar. Mis libros no pretenden ser libros de texto, y quizás por eso gusten.”
 
Efectivamente, gustan. No en vano las cifras ascienden a 600.000 ejemplares vendidos de su saga Memorias de Idhún o los más de 60.000 de Dos velas para el diablo (ambas también publicadas por SM). El Premio Cervantes Chico (2011) o la Placa de Plata de la editorial SM avalan su trayectoria.
 
Hoy, con 33 años, sigue “viviendo literariamente”, y comparte en la presentación su método de escritura. “Puedo tejer en mi cabeza una historia durante meses, o años, y hasta que no está perfectamente hilada no me decido a comenzarla. Hago esquemas de todos los capítulos y fichas de personajes. Solo entonces empiezo a escribir, y ese es el proceso más rápido de todos, aunque después dedique mucho también al proceso de reescritura”.
 
Y entre novela y novela, Laura Gallego apuesta por el contacto con sus lectores como ya lo hizo en sus comienzos, convirtiéndose en la pionera en España en crear un foro de discusión de la literatura, que con el tiempo se ha convertido en un emblemático lugar de reunión para jóvenes lectores y aspirantes a escritores. “Con el tiempo, la literatura está dejando de ser una afición solitaria”, afirma la autora, convencida de las potencialidades que Internet puede ofrecer a la literatura.
 
La novela


El libro cuenta la historia de Viana, -hija única del duque de Rocagrís-, prometida con el joven Robian de Castelmar desde la niñez. Los dos se aman y se casarán en primavera. Sin embargo, durante los festejos del solsticio de invierno, un arisco montaraz de nombre Lobo advierte a Radis, rey de Nortia, y a sus caballeros, de la amenaza de invasión de los bárbaros de las estepas.
 
Tanto Robian como el duque se ven obligados a partir para defender a su rey y sus posesiones. Pero fracasan en el intento, y el reino se ve sometido a la invasión de los bárbaros. Viana, por su parte, se ve forzada a huir y refugiarse junto a Lobo, renunciando a su condición de doncella. Para salvar el reino de Nortia debe prestar atención a las leyendas que cuenta Oki, juglar de la corte, sobre el Gran Bosque… el lugar donde los árboles cantan.

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