[Sitges 2011] Crónica 4: Documental ficcionalizado, ficción documentalizada y karaoke surreal


Por Nacho Cabana.

 

Desde el estreno de El proyecto de la bruja de Blair (1999) de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez han sido muchas las películas que han bebido de su forma de contar la historia predominantemente dentro del fantástico ([Rec] (2007) de Paco Plaza y Jaume Balagueró, El último Exorcismo (2010) de Daniel Stamm) aunque también en otros géneros (Redacted (2007) de Brian de Palma). Quiero decir que a estas alturas narrar unos hechos a partir de materiales audiovisuales supuestamente registrados en los lugares en que acontecieron no constituye ya una originalidad en sí misma sino que es una opción más que tiene los directores a la hora de elegir el estilo de realización que le quieren dar a su película. La proliferación de cámaras y sistemas de registro audiovisual desde 1999 (año de realización de la película de Myrik y Sánchez) no han  hecho más que justificar y hacer que proliferen este tipo de cintas.

 

Emergo (2011)

 

Carles Torrens

De producción española, rodada en inglés, escrita y producida por Rodrigo Cortés y dirigida por Carles Torrens, cineasta catalán afincado en EE.UU, Emergo (2011) es el [Rec] de los fenómenos paranormales con unos toques de Insidious (2010) de James Wan. El guión respeta uno por uno todos los tópicos de las películas con “poltergeist” dentro pero les añade un elemento y conflicto humano a la familia que puebla la casa en la que están pasado las cosas que hace que el conjunto tenga más tensión y resulte mucho más terrorífico. Torrens sabe encajar el estilo “Blair” en las emociones de los personajes potenciando la identificación del espectador con sus miedos y dando como resultado una excelente película de horror que juega de forma magistral con el alargamiento de tiempos más o menos muertos para luego darle al espectador al menos cuatro sustos de infarto. Al contrario que ocurre en muchas películas de terror, los actores son estupendos con mención especial a Kai Lenoxx que se marca un sobrecogedor monólogo poco antes de uno de esos momentos que te hacen saltar de la silla. No siempre está justificado que las cámaras que hay en la casa hayan grabado determinadas conversaciones necesarias en el guión (quiero decir que en ocasiones las imágenes que vemos respetan la estética del conjunto pero resultan extradiegéticas aunque intentan aparentar no serlo) pero da igual porque estamos ante una cinta de terror que da miedo y eso es mucho hoy en día. Vayan a verla cuando se estrene y llévense a alguien a quien arrimarse.

 

Apollo 18 (2011)

Gonzalo López-Gallego

De parecida estética, también rodada en inglés y dirigida por un español (aunque ésta de producción estadounidense) Apollo 18 (2011) de Gonzalo López-Gallego está supuestamente editada a partir de un material que alguien ha subido a una página web y que contiene imágenes inéditas de la última misión tripulada a la luna que explican por qué los hombres no hemos vuelto a pisar la superficie de nuestro satélite. Es decir, una película de ciencia ficción al estilo “blair” y de época.

 

Lamentablemente los resultados están muy lejos de los alcanzados por Emergo (2011) porque las limitadísimas dimensiones de la nave espacial en que se desarrolla buena parte de la acción hacen difícil la creación de una tensión entre los personajes y sobre todo porque la explicación final de lo que ocurrió en la luna (y que a su vez genera todo el clímax) es más propia de una serie z de nula imaginación que de una cinta que  basa buena parte de su intriga en esa decepcionante explicación final.

 

 

 

 

 

Project Nim (2010)

 

Un auténtico documental es, por el contrario, Project Nim (2010) de James Marsh que cuenta el devenir vital de un chimpancé que desde su nacimiento formó parte de un proyecto científico destinado a investigar si estos simios eran capaces no sólo de comunicarse con gestos con los humanos (que sí lo son) sino de formar frases gramaticales básicas (punto en el que fracasan los investigadores) Project Nim (2010) es, como The Cove (2010) de Louie Psihoyos o Man on wire (2008) (por el que Marsh obtuvo el óscar en 2009) uno de esos documentales que estructuran su material como si de una obra de ficción se tratara de forma que, por debajo de las imágenes de archivo y los bustos parlantes, encontramos prólogo, epílogo, puntos de giro, tres actos y todos los recursos que tiene un guionista a su alcance para vertebrar su relato y emocionar con él al espectador. Siendo todo, por supuesto, escrupulosamente real (con la dificultad añadida de que están contando algo del pasado por lo que no se pueden obtener imágenes nuevas de los hechos)  Marsh consigue que te identifiques con el chimpancé Nim al tiempo que vas sacando tú solito las mismas conclusiones que el científico a la cabeza del proyecto de investigación. Abarca más de veinte años y con un simple movimiento de cámara horizontal Marsh logra que veas a los entrevistados que tuvieron algo que ver con el chimpancé de la misma forma que los percibía él: como seres que aparecen y desaparecen de su vida pero que son los responsables directos de sus desventuras, su felicidad o su desgracia. Un relato maravilloso que conformaría un gran programa doble con El origen del planeta de los simios (2011) de Ruppert Wyatt.


 

Nacho Vigalondo

Ha habido en Sitges más documentales “auténticos” como Knuckle (2011) de Ian Palmer que cuenta la historia de dos familias rivales que llevan años pegándose a puño descubierto y grabándolo; Resurrect dead: The Mystery of the Toynbee Tiles (2011) de Jon Foy que intenta desentrañar el misterio de una serie de mensajes escritos sobre baldosas que comenzaron a aparecer en EE.UU en los 80 y que de ahí se pasaron a Sudamérica o The bengalí detective (2011) de Phil Cox sobre una agencia de detectives privados en Calcuta…

 

Pero el documental bizarro definitivo hubiera sido el grabado la pasada noche del Miércoles en una “karaoke party” del Puerto de Aguadulce en la que pudimos ver y escuchar a Nacho Vigalondo desgarrándose cantando un tema de La oreja de Van Gogh o a un improvisado dúo Ángel Sala/J.A Bayona dando cuenta de un temazo de Camilo Sesto.

 
Fenómenos paranormales en tiempo real.
 

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