Acceso al comportamiento

Por Rodrigo Soto.
 
Acceso al comportamiento. Antonio Doñate. Caballo de Troya, 2011.
 

Hace tiempo no me cruzaba con un libro tan extraño como este. O, al menos, no terminaba de leerlo.  Acceso al comportamiento, sin embargo, venció cada una de mis resistencias y me llevó de la mano hasta el final. A pesar de su dispersión, de su materia difusa, de sus arbitrarias interpolaciones, disrupciones y excursos, uno tiene la sensación de que aquello apunta a algo, de que no se trata solo de un afanoso despliegue de ingenio, de una críptica catedral para iniciados progres y -detesto la palabreja- “culturizados”. Y es cierto; es bastante cierto… Antes bien, el libro termina por ser un retrato amargo y, no obstante, vagamente compasivo, de esa tribu de los bienpensantes urbanitas hijos del confort y la abundancia posmodernas.

Pero no es así, no es exáctamente así. El libro dista de ser un retrato colectivo y no pretende ser una crónica de época ni nada que se le parezca, y se centra en el análisis -más bien la vivisección- de un solo personaje, Rafa, hombre joven -entre 30 y 40 años-, bicho raro, solitario y casi solipsista, víctima, eso sí, de numerosos pruritos de esta época en los países de la abundancia: la originalidad, la singuliradad, el consumo selectivo y diferenciado, etcétera. Pero ni de lejos estamos ante un privilegiado miembro de las clases opulentas, apenas ante alguien de los sectores medios, el primero de su familia en acceder a estudios universitarios.

Si hablamos de una “vivisección” no es a la ligera: el autor consume más de 100 páginas (en una novela de 180) para suministrarnos los “antecedentes” del personaje: así nos enteramos de sus hábitos, de su trabajo, de su pobre historia afectiva y sentimental… Para hacerlo, recurre a una voz narrativa que solo podemos identificar con la del propio autor, quien apela incesamente a la sociología, la historia, la sociología de la cultura, el periodismo, etcétera, todo lo cual confiere al libro un tono ensayístico que a mí por momentos me resultó excesivo,  y que lo pone en deuda con quienes pensamos que la narrativa (o las narrativas) contienen en sí mismas una reflexión sobre el ser humano y el mundo. No obstante, aprecié y agradecí la exigencia del relato, su riesgo y su apuesta.

La breve noticia biográfica que incluye la edición nos informa que este es el segundo libro de Doñate (Madrid, 1969), quien además de escribir, se dedica al diseño gráfico. Algo de la novela resuena con el arte conceptual; tal vez a modo de guiño, el autor pone en boca del personaje central una reflexión sobre el asunto.

A todo lo largo del relato, la ciudad de Vigo se yergue como gran telón de fondo, más aún, como uno de los personajes y temas centrales. Así, la soledad inevitable en la que se consume el personaje acaso no sea otra cosa que su fusión final con la ciudad que lo cobija y lo acoge; una historia de amor y soledad, de amor a la soledad, de soledad a solas.

 

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