A todo saxo

 

 

Por Marta Matarán.

 

En 2009 se crea WSEO, una orquesta cuya particularidad reside en que su formación está compuesta mayoritariamente  por  saxofones. Durante estos años no han parado de actuar, renovar e incrementar continuamente las piezas que interpretan. El próximo sábado 31 de marzo, con motivo de la jornada internacional del planeta organizada por el WWF, actuarán en la Plaza de Oriente a las 20:30h. Entrevistamos a su director, Walter Geromet, para acercarnos un poco más al mundo del saxofón.

 

 

¿Cómo surge la idea de crear una orquesta formada sólo por saxofones?

La idea es compartir la pasión con el timbre tan personal que produce el saxofón y al mismo tiempo crear algo fresco, dinámico, personal.

He tenido la suerte de compartir esta experiencia con otro profesional del saxo, Costanzo Laini, que ha estado conmigo en este proyecto desde su creación. También debo agradecer a todos los alumnos que se han implicado en el proyecto desde el principio, sin saber que algún día todo esto podría llegar a funcionar.  La constancia y el esfuerzo que han demostrado es admirable, sobre todo si pienso que la mayoría de ellos antes no habían tocado nunca un saxofón. Ahora tenemos la suerte de contar con el solista Paco Márquez al saxo soprano y con la colaboración de músicos como Oscar Losada y Pepe Acebal a la batería o Isidoro Fernández al saxo tenor.

 

Existía cierto riesgo de que no funcionara pero aun así os lanzáis.

Soy de la opinión de que la vida es entrega y riesgo. Me gusta apostar por algo en lo que creo, porque siempre la gratificación llega a compensar el esfuerzo.

 

Da la impresión de que el sello característico de Wseo es la variedad. Tanto en nacionalidades, como en edades, como en el hecho de que algunos de sus músicos son profesionales y otros aficionados. ¿Qué ventajas e inconvenientes te has encontrado en el momento de dirigir a una orquesta tan variopinta?

Al principio me ha costado muchos dolores de cabeza. Luchar contra algo que no existe y está todo por hacer es duro. Sabes cómo quieres que suene, pero no suena a nada. Y sabes que para alcanzarlo necesitas diez años más de trabajo. Luego, personalmente creo mucho en el trabajo en equipo y en lo que cada miembro, sobre todo en una formación tan variopinta, puede aportar: cuando cada uno se implica en el proyecto, las cosas empiezan a ir más rápidas y mejor.

 

Para alguien que se acerca por primera vez a una actuación de este tipo lo primero que sorprende son  los distintos tipos de saxos que existen. ¿Podrías explicarlo brevemente?

Sí, eso creo que nos hace peculiares. El sonido y el impacto que creamos al mezclar timbres de saxos de varios tipos y tamaños es único. No tenemos la potencia de  una big band tradicional, pero creo que sí una amalgama y unos colores tímbricos cálidos y penetrantes. Somos un total de 13 saxos: dos barítonos, dos sopranos, cuatro altos y cinco tenores cada uno interpretando voces diferentes. A eso le añadimos una sección rítmica compuesta por bajo, batería, piano y dos cantantes.

 

Estamos en un país rico musicalmente hablando pero ¿crees que existe cultura en España de saxos?

Creo que hay en España mucho talento musical, buenos saxofonistas y muy buenas escuelas de saxo. En general lo que falta, como en otros países, es una cultura de sano acercamiento  a la música. Con el triunfo de las grandes marcas, la música como arte ya es algo difícil de entender. Cada vez más frecuentemente vemos triunfar personajes disfrazados de artistas, avalados por gigantescas campañas publicitarias.

La música solo puede gustar o no gustar, pero casi no somos capaces de percibir el esfuerzo y las horas de trabajo y costancia que hay detrás de una buena interpretación o de unas pocas notas bien tocadas y bien expresadas. Creo que  el problema no es de la gente, sino que está en los cimientos de la educación en general.

 

Habéis actuado en algunos Centro Culturales de la Comunidad de Madrid. En tu opinión, ¿la actuación ante el público es algo complementario o esencial para sentir y vivir este tipo de música?

La labor de encontrar conciertos y establecer una organización interna en la orquesta para gestionarlo ha sido uno de nuestros principales objetivos. Puedes estar ensayando durante años todos los días y conseguir que suene todo muy bonito, pero si no sales al escenario las cosas se estancan y todo el trabajo que has hecho no tiene gratificación. Una actuación en directo puede valer mucho más que cinco ensayos: la banda y los solistas crecen exponencialmente, no solo del punto de vista musical, sino personal y de la unión en general.

 

¿Qué tal es la respuesta del público? ¿Hay edades que se sienten más y mejor conectadas que otras?

El público responde muy bien. Sorprendido. Seguramente hay edades que aprecian más nuestros espectáculos. Lo que intentamos es llegar a todas, tanto a los más pequeños como a los más mayores. El repertorio es sobre todo swing, pero con éxitos de los años 30 y piezas más actuales.  En función del tipo de actuación o del sitio elegimos el tipo de repertorio o la forma de ejecución de las piezas.

 

¿Crees que un saxofonista en España puede vivir de su trabajo dignamente o el pluriempleo es un salvavidas necesario?

Sí puede vivir dignamente de la música  si lo desea y persevera en el objetivo, pero creo que un músico, aunque principalmente tenga que saber mucho de música y conocer muy bien su propio instrumento, en el mundo actual en el que vivimos, además de eso, tiene que saber un poco de todo.

Para dar clases hay que saber enseñar y entonces tener amplio conocimiento de la realidad humana; para dar conciertos hay que saber vender; para montar una escuela hay que saber de negocios; para promocionarse y relacionarse hay que saber de marketing y comunicación.

Y luego está la experiencia en el campo del trabajo, quizás la más importante, donde solo se aprende trabajando…  Hay que tener muchas ganas, ilusión y perseverancia.

 

Una de las virtudes de la música es que para ella no existen fronteras, ni idiomas. El pasado mes de septiembre estuvisteis en Ilmichi (Marruecos). ¿Cómo fue la experiencia en medio del desierto?

La experiencia fue increíble, sin hablar el viaje de diez horas entre montañas… Eso si que no lo olvidaré nunca.

La experiencia musical impresionante y la humana también. Cuando nos subimos al escenario, al ser la única banda europea, parecíamos ser los Beatles en los 60… Las 6000 personas del público nos exaltaron.

 

¿Qué retos o proyectos tenéis a la vista?

Además de los próximos conciertos en programa, que serán para la Comunidad de Madrid, y algunas interpretaciones en ferias internacionales, tenemos prevista una gira al exterior para este verano… pero no queremos desvelar nada de momento.

 

Muchas gracias. Os deseamos un gran éxito.

Gracias a vosotros

 

Quien tenga interés en conocer más aspectos de esta peculiar orquesta puede acercarse y  echar un vistazo a su web: www.wseorchestra.com

 

 

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