La feria de la noche eterna

La feria de la noche eterna de Joan Manuel Gisbert. Edelvives, 2011. Rústica, 220 pp.

 

Por José R. Cortés Criado.

 

 

Joan Manuel Gisbert, fiel a su estilo literario, nos trae una nueva obra donde la realidad se mezcla con lo que podemos considerar irracional y nos trasporta a unas situaciones entre la alucinación y la fantasía, a ese lugar donde la mente humana bordea lo considerado aceptable y lo paranormal.

 

En esta ocasión, además realiza un canto a la novela de ciencia ficción, no en vano cita a maestros del género como James G. Ballard, Ray Bradbury, Stanislaw Lem, Isaac Asimov, Ursula K. LeGuin, Arthur C. Clarke o Italo Calvino; y algunos títulos que han hecho historia como El país de Octubre, Fahrenheit 451, Las doradas manzanas del sol, Las Ciudades Invisibles o Crónicas Marcianas.

 

El protagonista de esta novela es Emilio, jovencito al que le gusta la literatura fantástica, que debe pasar una corta temporada con un tío suyo al que trata poco y al que considera un poco extraño. Su estancia se presenta un tanto aburrida, el chico no quiere ser una carga y procura ocupar su tiempo en la lectura, hasta que un día se instala una feria poco usual en el pueblo y comienza una nueva aventura para él.

 

Las atracciones son raras, los nombres son sugerentes y atraen su atención, entre ellas podemos encontrar “La biblioteca de los mundos”, “La cámara de la noche eterna” o “La tienda de la calle muerta”.

 

Emilio sospecha que la feria es la tapadera de algo secreto y maravilloso en la que pueden suceder hechos insólitos de los que no puede huir y por los que se siente atraído sin remisión.

 

Todas sus acciones se mueven entre la cautela y el temor, lo mágico y lo real, lo sobrecogedor y lo irracional. La duda y el misterio envuelven sus visitas a la feria hasta que termina por comprender la realidad de lo que está sucediendo, lo que no quiere decir que Gisbert deje el final cerrado, no es su estilo, sino que al conocer la verdad que oculta la feria de la noche eterna, nos surge la duda sobre la realidad futura, que puede ser la que se le ha presentado a Emilio o no.

 

Esta obra me recuerda su primer libro publicado, Los escenarios fantásticos, donde la fantasía supera nuestra imaginación y podemos asistir a la inauguración del Parque de Atracciones del Arco Iris en el que cada atracción es enormemente atractiva e ingeniosa, al mismo nivel de las que nos presenta esta última novela, aunque en aquella, el halo de misterio que envuelve la acción de los personajes es menor que en esta.

 

 

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