Abril es el mes de las series.

 

Por Juan Manuel Calvache.

 

Este mes de abril los seguidores de las series nos vemos felizmente saturados por la oferta que nos viene directamente de USA, vía internet.

 

Se junta tanto el regreso de alguna de las series más esperadas, como la vuelta de aquellas que hicieron un descanso (las llamadas Mideseason americanas) y que lo retoman allí donde lo dejaron hasta la recta final de sus respectivas temporadas. Entre estas últimas me gustaría destacar la segunda parte de la cuarta temporada de Fringe: esta serie creada por el padre de Lost, el también director de cine J.J. Abrams, es un referente obligado para los fanáticos de la ciencia ficción (y también para los que no lo somos tanto).

 

Cuando empiezas a ver Fringe tienes la sensación de ya visto, de engañoso, de que te quieren colar otro Lost; pero dándole la oportunidad la serie se redime con creces, superando en honestidad a la engañosa serie de la isla y siguiendo unas tramas y unos personajes que, todavía en esta cuarta temporada, nos siguen enganchando más y más. Cada temporada los guionistas dan un nuevo giro a la trama y seguimos irremediablemente enganchados, esperando la nueva vuelta de tuerca con la que nos van a atrapar. Muy recomendable.

 

En cuanto a los estrenos, a parte de la comentadísima vuelta de Mad Men, destaca por encima de las demás la segunda temporada de la magnífica Juego de Tronos, convertida ya en serie de culto. Juego de Tronos está inspirada en la serie de novelas “Canción de Hielo y Fuego” (George R. R. Martin), mezcla las intrigas medievales, muy al estilo de «Los Pilares de la Tierra» (Ken Follet), con la fantasía de la saga del “El Señor de los Anillos” (Tolkien). No he leído las novelas en las que se basa la serie, y no puedo valorar su calidad, pero lo que ha hecho HBO con esta serie es simplemente asombroso, es un clásico instantáneo. La calidad de la ambientación, la complejidad de las conspiraciones por las luchas al trono, los personajes (impresionante el pequeño gran actor Peter Dinklage), la hacen ya una serie imprescindible, que merecería un artículo aparte.

 

Por último la cadena AMC, aparte de Mad Men, también ha estrenado la segunda temporada de The Killing. Esta series es un remake de la danesa Forbrydelsen, y sigue la senda marcada hace años por Twin Peaks (en este caso se preguntan quién ha matado a Rosie Larsen). Esta producción consigue lo que se propone, tenernos enganchados al final de cada capítulo sin poder parar de devorarlos, intentando descifrar quién mató a la adolescente Larsen. El final de la primera parte (sin desvelar nada), fue algo decepcionante, pero al retomar la serie en esta segunda temporada el objetivo de tenernos enganchados a esta trama, en ocasiones inverosímil, sigue en plena forma. Aconsejo ver toda la serie de un tirón, aunque es difícil verla de otra manera, ¡es altamente adictiva!

 

Así que preparen sus ordenadores, consigan como puedan sus capítulos y siéntense a disfrutar de esta época dorada de la televisión, donde el riesgo y la imaginación son ilimitados, con la esperanza de que a nuestro amado cine se le pague algo.

 

 

 

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