Entrevista a Félix J. Palma por «El mapa del cielo»

 

Por Benito Garrido.

 

A propósito de su última novela El mapa del cielo (Editorial Plaza & Janés, 2012), hemos entrevistado al escritor andaluz Félix J. Palma.

 

Félix J. Palma (Sanlúcar de Barrameda, 1968) ha sido unánimemente reconocido por la crítica como uno de los escritores de relatos más brillantes y originales de la actualidad, siendo uno de sus rasgos más destacados su habilidad para insertar lo fantástico en lo cotidiano. Su dedicación al género del cuento la ha reportado más de un centenar de galardones. Ha publicado cinco libros de relatos: El vigilante de la salamandra (1998), Métodos de supervivencia (1999), Las interioridades (Premio Tiflos, 2001), Los arácnidos (Premio Iberoamericano de relatos Cortes de Cádiz, 2003) y El menor espectáculo del mundo (2010). Como novelista ha publicado la novela La Hormiga que quiso ser Astronauta (2001), Las corrientes oceánicas (Premio de novela Luis Berenguer, 2005), y El mapa del tiempo (XL Premio Ateneo de Sevilla, 2008), novela que le ha supuesto su consagración definitiva como narrador y que será traducida y publicada en Estados Unidos, Australia, Noruega, Alemania, Japón y otros países. Actualmente colabora en prensa como columnista y crítico literario, imparte talleres de escritura y ejerce de asesor editorial.

 

El mapa del cielo.  Félix J. Palma.  Editorial Plaza & Janés, Madrid 2012.  Novela.  744 páginas.  21,90 €

 

Emma Harlow, una distinguida jovencita de Nueva York, tiene un plan para restaurar la memoria de su abuelo. Y quién sea capaz de llevarlo a cabo, obtendrá su mano.

 

En el caluroso verano de 1835, un hombre hizo soñar al mundo revelándole que la Luna estaba habitada por unicornios, hombres murciélago y otros seres fantásticos. Y aunque no se tardó en demostrar que aquello era una gran mentira, muchos prefirieron seguir creyendo que en la Luna se almacenaban los sueños que podían hacer más hermosas sus vidas. Más de sesenta años después, su biznieta Emma Harlow, una huraña muchachita que aunque pretendida por lo más granado de la alta sociedad de Nueva York se considera inmune al amor, está convencida de que sólo podría enamorarse de alguien capaz de engañar al mundo como lo hizo su bisabuelo. Por eso exige a su más infatigable pretendiente, el millonario Montgomery Gilmore, un regalo muy especial para casarse con él: que haga creer al mundo que Marte está habitado, que reproduzca la invasión marciana descrita en La guerra de los mundos, la novela de H. G. Wells. Pero para Gilmore no hay nada imposible. Y los marcianos invadirán la Tierra, aunque esta vez sea por amor.

 

¿Qué ocurre cuando los sueños se convierten en pesadillas? ¿Tenemos que dejar de soñar? ¿Qué es más fácil: sobrevivir a una invasión marciana o conquistar el corazón de una dama que no cree en el amor?

 

Entrevista:

 

P.- Tu novela no es fácil de catalogar: fantástica, ciencia ficción, romántica… Yo sin embargo, creo que es una novela de aventuras al mejor estilo Julio Verne.

La novela juega con tantos géneros (fantástico, detectivesco, romántica…) que es un poco inclasificable, pero eso es algo que me gusta porque los géneros normalmente restringen. Como bien dices, es un homenaje a la gran novela de aventuras del siglo XIX, básicamente a La guerra de los mundos y Wells, pero también a autores como Stevenson, Salgari, Dumas, Verne. Escritores que hacían una literatura popular pero muy culta, sobre todo para esa nueva clase de lectores que salió con la burguesía. Aquella era la época de la gran aventura, y aquello se reflejaba muy bien en la literatura de la época, de ahí salen todos los mitos que hoy perviven: Drácula, Frankenstein… Fue una época dorada de la literatura donde contar era una fiesta, y yo quería que el lector que leyese mi libro tuviese esa sensación.

 

P.- Los viajes ficticios se repiten. ¿Cuál consideras que es el valor añadido diferenciador de El  mapa del cielo con respecto a la primera parte de esta trilogía?

Antes de nada me gustaría aclarar que dentro de esta trilogía, las novelas se pueden leer perfectamente por separado. Son aventuras distintas, la primera de la segunda, incluso yo recomiendo leer primero esta segunda parte, que seguro ayuda a leer  mejor la primera.

Cuando haces la segunda parte de una serie, uno siempre se plantea: o hacer lo mismo y pecar de repetitivo, o hacer algo diferente y traicionar a los lectores que esperan más de lo mismo. Yo he intentado hacer lo mismo, pero de manera diferente. Repito la fórmula pero la historia es totalmente distinta. Era algo complicado y me costó un trabajo duro pues no debía desvelar nada de lo ocurrido en la primera parte.

 

P.- ¿Cuando empezaste a escribir El mapa del tiempo, ya te planteaste la posible continuidad, o eso vino después, con el éxito del mismo?

Al principio no estaba planeado, pero cuando estaba haciendo la promoción me dí cuenta lo mucho que había gustado la novela a todos los lectores con los que contactaba durante ese largo periodo.

Como El mapa del tiempo acababa justo en el momento en que Wells escribía La guerra de los mundos, me dije: si con La máquina del tiempo surgió una empresa que hacía viajes en el tiempo, qué pasaría si cuando alguien escribe sobre una invasión marciana, de pronto ocurre esa invasión. Me planteaba como reaccionaría el autor. La idea original que me venía a la cabeza era un agente de Scotland Yard accediendo a la casa de Wells para decirle: a las afueras de Londres ha caído un cilindro marciano exactamente igual que lo que usted ha escrito. Me interesaba esa reacción del escritor ante el momento en que sus fantasías más tenebrosas se hacen realidad, y tuviera que huir de una invasión que él mismo ha conjurado. En ese punto, ¿se sentiría responsable y querría salvar la tierra? Pues bien, esa idea me enganchó y fue la que me hizo continuar la trilogía.

 

P.- Te sirves de las obras de H. G. Wells para articular tus novelas. ¿Por qué este autor? ¿Seguirás con él en la tercera?

Es una trilogía sobre las obras de Wells, y la tercera girará en torno a El hombre invisible. Wells está considerado el padre de la ciencia ficción. Fue un escritor visionario y la ciencia ficción actual está viviendo un poco de los subgéneros que él creó: los viajes en el tiempo aplicando la ciencia, las invasiones alienígenas que llegan a nuestro planeta como seres inteligentes, el científico loco y trastornado por sus obsesiones… Sin darse cuenta está creando subgéneros que se han estado explotando hasta la actualidad. También me parecía una figura muy atractiva como escritor y como persona. Piensa que Wells escribió todas estas obras con idea de hacer crítica de la sociedad que le había tocado vivir; el componente fantástico era lo que menos le importaba de la novela. En La máquina del tiempo quería denunciar la sociedad clasista de la época, y con La guerra de los mundos quería criticar el proceso de militarización de Alemania previo a la I Guerra Mundial. Pero la gente se quedaba con la idea de los viajes en el tiempo y la invasión marciana. Esa idea me encantaba. Es más su editor le exigió que escribiera literatura seria y dejase esas historias.

 

P.- Continuas con la misma escenografía narrativa tan interesante ya marcada en El mapa del tiempo (Londres, época victoriana…) ¿Quizás porque estos aludes fantásticos no podrían darse hoy día?

La idea era sobre todo ponerme en la piel del lector de la época victoriana que ante la evolución de la ciencia que se estaba produciendo, se encuentra una historia que puede hacerse realidad: viajar en el tiempo hasta el año 2000, pero tal y como se lo imaginaban ellos en ese momento, con sus autómatas a vapor, sus engranajes… Me imaginé a las damas y caballeros de la época mentalizándose de ese viaje, y me pareció todo tan entrañable, que decidí escribir la novela, y meter a Wells en la trama, como el que había provocado ese sueño, ese deseo social de viajar. Y eso solo se podía desarrollar en la época victoriana. Al principio me dio miedo, pues todo lo que yo había escrito hasta entonces, se había desarrollado en la España actual, nunca había hecho una gran labor de documentación. Quería alguien autóctono, tenía que documentarme y pensar como el típico inglés de la época. Una época, por otra parte, realmente fascinante literariamente hablando, donde la imaginación reinaba, la ciencia todavía se estaba desarrollando, y se hacían grandes expediciones. Entre las personas había mucho culto al progreso, y por otro lado también querían creer en esa magia más allá de las fronteras. Fue la época de las últimas grandes aventuras.

Hoy en día creo que la novela de aventuras se considera anacrónica. Vivimos en un mundo donde impera más la novela introspectiva, psicológica. En mi novela pretendo dar alas a la imaginación.

  

P.- ¿Cómo lo haces para que historias tan extensas no decaigan y resulten atractivas e intensas hasta la última página?

Supongo que es por el argumento. Yo vengo del mundo del cuento, y lo que me gusta en este género es precisamente el relato que tú puedes contar (principio, nudo y desenlace con sorpresa final), al estilo Poe o Cortázar. Enfocando la novela pretendía que ésta también tuviese esa estructura tan pura de cuento, pero con más páginas. Yo considero que esta novela es como un cuento largo, y que todo lo que se cuenta debería contarse.

 

P.- Y siempre detrás, una gran historia de amor. En el fondo eres un romántico.

Sí debo serlo. Hasta en mis cuentos existen historias de amor, o desamor. Con esta novela quise ir un poco más allá, y contar un enamoramiento en directo: coger dos personajes antagónicos y hacer que lleguen a enamorarse, paso a paso, delante del lector, y además con el trasfondo de una invasión marciana.

 

P.- Podríamos decir que tu novela es una declaración de amor hacia el género fantástico. ¿Qué te atrae tanto de ese género para que casi todas tus obras tengan ese eje común?

Es el género que desde pequeño siempre encendía en mi cabeza un chispazo estimulante, cosa que otros géneros no me producía. A la hora de escribir en casi todo está el elemento fantástico o el absurdo, que no deja de ser algo fantástico contado con más naturalidad. Sí, todo lo que escribo tiene ese toque, me gusta.

 

P.- Ya conocemos por la evolución de esta entrevista los escritores que más han influido en tu escritura, pero de la literatura actual ¿qué autor te ha llegado a impresionar?

Me gustan los escritores que se alejan del costumbrismo y que escriben como si estuviesen escribiendo una película. Así por ejemplo, Ignacio del Valle me parece uno de los mejores. Pero también me gustan mucho Luis Manuel Ruiz, Juan Jacinto Muñoz Rengel, David Torres o Antonio Orejudo.

 

P.- ¿Podemos hablar de nuevos proyectos?

Estoy con la tercera parte de la trilogía que tiene como referencia El hombre invisible y como escritor invitado Conan Doyle. Tratará sobre el mundo del espiritismo y cerrará la trilogía de una manera que justifique todo debidamente.

 

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