Una redención genética y etílica a través de la escritura.

Por Juan Carlos Vicente.

Podría subirme a una Soap Box y comenzar a largar sin compasión, como si vendiese un elixir curativo de fabricación casera con el que poder olvidar las zonas de reciclaje y acumulación de despojos de nuestra blanda y adicta al trabajo Zona Gris. Podría predicar con ánimo de lucro no disimulado, y descubrir la forma de redimir  nuestros pecados simplemente agarrando una soga; la cual sería serpiente, horca o amarre según las tendencias depresivas de cada uno. Podría ayudaros a expiar, a manipular la masa negra. Abriros puertas y ventanas por las que saltar o contemplar un paisaje.

Y durante el largo discurso del texto sonoro, en todo momento, Dan Fante sería una imagen recurrente como argumento.

Ya he hablado en otras ocasiones de Dan Fante, no voy a repetirme. Su claridad y contundencia cuando escribe provoca que las páginas no se lean, se devoren. No es extraño que la escritura de un adicto resulte adictiva para un lector, que la velocidad impresa sincronice los dos lados del espejo en uno solo, como si el libro fuese un portal interdimensional a otras vidas, desde dentro. La biografía es un parque de atracciones salvaje en el buscamos no sentirnos tan solos y ajenos al hacer recuento. Ya saben.  

Aunque no es una biografía al uso, de hecho está novelada y se centra más en la figura de Dan Fante, nos sirve para construirnos un retrato de la familia al completo. En todos ellos, el alcohol y la escritura, ya fuera como sujeto activo o pasivo de cualquiera de ambas, ha marcado y condicionado su vida a la hora de tomar decisiones. En su caso, la escritura, resultó tener más poder que Los Doce Pasos de A.A.

La familia, bastante cinematográfica, disfuncional y, a su literario modo, clásica, se empeña en repetir los errores de sus progenitores, en no corregirlos, e incluso aumentarlos, mientras la figura de la madre se va resignando y endureciendo a partes iguales.   

Se puede considerar casi un extra que completa las anteriores novelas de Dan Fante (Chump change, Mooch, ambas también en Sajalín Editores), la pieza inicial de ese rompecabezas que es la familia Fante a través de los ojos de Dan. Una desmitificación del glamour supuesto en el acto de escribir, de los flashes y del éxito en la época dorada de Hollywood, que nos lleva a la actualidad, dónde ya no tiene cabida el cartoné de los decorados que nos vendieron los estudios como si fuese una representación de lo real.

Una novela intensa, recomendable incluso para los que no conocen a ninguno de los Fante, y que en el libro, encontrarán algunas de las llaves hacia el interior de su literatura.

 

FANTE. Un legado de escritura, alcohol y supervivencia.

Sajalín Editores, 2012.

 

 

 

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