Virginia Aguilar Bautista

LA POESÍA DE VIRGINIA AGUILAR BAUTISTA

 

Por Jorge Díaz Martínez 

 

La poesía de Virginia Aguilar Bautista ha elegido el camino de las pocas palabras muy bien puestas.  Su concisión se apoya en una pulcra estructura métrica y en un correlato reconocible. No dejan nada al azar sus brevedades. Con tan parcos ingredientes, sin embargo, es capaz de encender la chispa del poema. Su secreto se esconde detrás de las palabras, en el plan cuidadosamente urdido para enfocar el tiro, el golpe, la frecuente paradoja que se desea escenificar. Es en este andamiaje invisible, hecho de cavilaciones –y también de intuiciones- donde reside la luz de sus poemas. No encontraremos en ellos el rizo gratuito, el malabarismo verbal, aquel lenguaje fastuoso. La cocina poética de Virginia Aguilar se encuentra en otro piso, al nivel de las asociaciones ideales, de las trampas narrativas, de los símbolos precisos. Sin olvidar -no todo va a ser estética- la entidad de tales abstracciones, el sentido de experiencia, con frecuencia cargada de un profundo valor humano, que la autora decide encarnar en sus poemas.

 

Virginia Aguilar Bautista, (Málaga 1977). Es licenciada en Derecho por la Universidad de Málaga y Máster en Urbanismo por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Obtuvo una mención especial por “Poemas al Vacío” en la Muestra Andaluza de Literatura Joven Málaga Crea 2009. Fue finalista con “Sólo digo una cosa” de La Voz + Joven 2009, certamen poético convocado por Caja Madrid. Ha sido galardonada con el primer premio de Andalucía Joven 2009, del Instituto Andaluz de la Juventud por su obra “Seguir un buzón”, Editorial Renacimiento, 2010. Ha sido incluida en las antologías “Y para qué + poetas. Herederos y precursores” (Eppur, 2010), con la colaboración del Centro Andaluz de las Letras, “Clave de Sol. 16 sobre la música (jóvenes poetas malagueños)”, de la Colección Málaga – Poesía Capital, selección del profesor D. Francisco Ruiz Noguera, así como en la antología “Y habré vivido. Poesía Andaluza Contemporánea”, selección publicada en mayo de 2011 a cargo de  Jesús Aguado, Aurora Luque y José Antonio Mesa Toré para el Centro Cultural Generación del 27.

 

 

SEGUIR UN BUZÓN

           

            Hay buzones al borde

            de la arcada,

            pero esos no.

No esos.

 

Seguir un buzón

expedito, sin nombres.

Seguirlo a diario, con gafas oscuras.

Observar al cartero,

que sin mirar,

pasa de largo, dejándolo aún

más vacío.

 

Y seguir siguiendo,

otro día,

y otro más y seguir

custodiando una ausencia.

 

O escribir.

 

(Seguir un buzón)

 

 

PRESENCIA

 

Muy pocas cosas

hacen más compañía

que un dolor leve.

 

(Seguir un buzón)

 

 

Otros SOS

 

Acércate, nos prestaremos

los primeros auxilios

que se dan a los ahogados,

sin amor,

                        sin urgencias,

y sin merodeos letales

que acechen a lo lejos;

con las acompasadas pausas

que nos marque la agonizante

combustión de este cigarrillo.

 

(Seguir un buzón)

 

 

MITOS

 

El nuevo Sísifo

hace la cama a diario

y duerme poco.

 

(Seguir un buzón)

 

 

INFLAMABLE

 

Calcina mil novecientas hectáreas

al quemar las cartas de su ex. EFE.

 

Sin pólvora y sin cerillas, así

prendieron nueve años, con sus festivos,

y dos mil hectáreas de forestal.

(También tus cartas, al principio diarias,

después más espaciadas).

 

Tres días de fastos por lo que pudo haber sido

y dos de ceniza en suspenso por lo que fue.

 

Por seis municipios en llamas

se extendió un final, palmo a palmo.

 

(Seguir un buzón)

 

 

SOUVENIR

 

Una postal

nunca podrá albergar

nuestros secretos.

 

Prestaré atención sólo

a la caligrafía.

  

(Seguir un buzón)

 

 

Artificios


Estoy dinamitando

todo lo que quedó

-que es poco o nada-

tras recoger tus cosas.

 

Es mío todo lo que no ha quedado,

el resto de los restos.

 

Quemo la broza en un día de viento

y firmo que soy responsable

de todos estos daños con orgullo

 

*** 


La mala hierba tiene

la conciencia extraviada

y su nombre mal puesto.

 

He dejado crecer una pequeña brizna.

Es diminuta, frágil.

 

A su lado, ajenas,

con preciosos nombre latinos y letra gótica

crecen despacio y enterradas en la virtud

plantas que no conocerán siguiente estación.

 

Han pasado los días,

nada es lo que parece.

¿Quién será capaz de defender otro final?

 

(inéditos)

 

 

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