Prometheus (2012) de Ridley Scott

 

Por Juan Murillo Bodas

 

La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.  (Howard Philips Lovecraft)

 

                                                                                       

No será Ridley Scott ni el primer ni el último cineasta que vuelva a su universo creativo para tratar de añadir y/o mejorarlo, profundizando en temas y formas previamente abordados. Así, William Wyler filmó These Three(Esos tres), adaptación de una obra teatral de Lillian Hellman, en 1936, pero al no quedar satisfecho, volvió a adaptarla al cine en The children´s hour (La Calumnia) en 1961; Howard Hawks filmó en 1959 uno de los grandes westerns de la historia del cine, Río Bravo, pero le gustaron tanto la historia y los personajes que los retomó en El Dorado, incluyendo además al mismo actor, John Wayne, al frente del reparto, consiguiendo filmar otra obra maestra.

 

Pues bien, Ridley Scott, cineasta paradigmático de la posmodernidad, ha conjugado en esta magnífica película la precuela y el remake de su segunda e impactante película Alien (1979). El resultado no es una copia de este gran clásico, la película ahonda en las preocupaciones existenciales más ancestrales del ser humano: la fe, la inmortalidad o el miedo a lo desconocido. Así, los tripulantes de la nave Prometheus buscan ni más ni menos que a los antepasados más remotos de la raza humana para preguntarles acerca de nuestra existencia, al igual que buscaban a su creador Roy Batty (Rutger Hauer) y el resto de replicantes en la también magnífica Blade runner (1982).

 

El ser humano del 2089 ha perdido su fe en la religión y la ha sustituido por la fe en la ciencia y sus aplicaciones para alcanzar la verdad de su existencia; el ser humano elige en lo que ha de crer. Un tema y un enfoque que si bien no son novedosos sí que adquieren connotaciones inquietantes bajo la mirada escrupulosa y certera de Scott; conforme avanza la película, la sensación de angustia se apodera implacablemente de nosotros, alcanzándonos igual que esos pegajosos alienígenas.

 

La potente puesta en escena de la película, con una configuración de los espacios realmente certera, hace que todos los lugares nos resulten inquietantes, tanto la nave como el desconocido planeta. Y esa es tal vez la clave para absorber (como casi siempre sabe hacer Scott) la atención del espectador, porque la película está planteada como una interrogación retórica sin fin que los personajes de la película no son capaces de responder porque es imposible. La curiosad de la raza humana no tiene límites, pero tal vez haya preguntas cuya respuesta sea mejor no responder.

 

La potencia visual de la película es notable, y todos los elementos actúan en la misma dirección: montaje lineal al principio y  paralelo después, efectos especiales que acentúan unos decorados enigmáticos o planos fijos que resaltan lo filmado de forma eficaz.

 

 

En cuanto a las actuaciones, diré que están a la altura de lo que exige una obra de este calibre, de hecho no adquieren especial protagonismo, esto es, no es una película de actores sino de un director que maneja hábilmente todos los recursos cinematográficos; no hay, por lo tanto, maniqueísmos manidos como en el típico cine hollywoodiense, sí hay diálogos parcos pero ricos en contenido. Destaco la presencia de los cuatro actores más importantes del reparto: Noomi RapaceMichael FassbenderCharlize Theron  y Guy Pearce.

          

Finalizo señalando el único  punto flaco: la música de Marc Streitenfeld, que no tiene en mi opinión la suficiente fuerza para estar a la altura de los demás elementos de la película, tal vez  Hans Zimmer o Howard Shore hubieran realizado una banda sonora más brillante…

         

Por lo demás grandioso regreso de Ridley Scott a la ciencia-ficción, que combina, como suele hacer este director, la comercialidad con la reflexión. No os la perdáis.

 

Prometheus (2012) se estrenó en España el 3 de agosto de 2012

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