Entrevista a Éric Reinhardt por su nuevo libro «El sistema Victoria»

 

Por Benito Garrido.

 

A propósito de su nueva novela titulada El sistema Victoria (Ed. Alfaguara, 2012), hemos entrevistado al escritor francés Éric Reinhardt.

 

Nacido en 1965 en Nancy, Éric Reinhardt vive y trabaja en París. Además de figurar como uno de los nombres emergentes de la literatura francesa contemporánea, trabaja como editor de libros de arte. Su primera novela, Demi-sommeil, se publicó en 1998. En la posterior Le moral des ménages (2002) criticó con dureza los valores conservadores de la Francia contemporánea, ansiosa por lograr el éxito a cualquier precio. El libro recibió el aplauso de los críticos, que destacaron su feroz tono satírico, su humor y una ternura de corte muy lírico. En su tercera novela, Existence, abundó en los mismos temas, y censuró los excesos del capitalismo moderno: su antihéroe, cuya vida llena de éxitos se derrumba en 24 horas, emprende una penetrante reflexión sobre los reveses del destino. En 2007, Cendrillon se ocupó de nuevo de tres personajes de clase media, y fue muy elogiada por los críticos, que subrayaron la complejidad y el atrevimiento de su construcción, convirtiéndose en una de las sensaciones de la temporada. Su quinta novela, El sistema Victoria (2011), ha satisfecho las grandes expectativas generadas (se le ha comparado con autores como Zola, el marqués de Sade o Catherine Millet), aupándose a las listas de los libros más vendidos y siendo nominada para los premios Goncourt y Renaudot.

 

El sistema Victoria.  Éric Reinhardt.  Editorial Alfaguara, 2012. 432 páginas.  19,50 €

 

David Kolski, casado y con dos hijos, gestiona la construcción del rascacielos más alto deLa Défense, el barrio financiero de París. Victoria de Winter, directora de Recursos Humanos de una multinacional, vive de una ciudad a otra, mezclando trabajo y placer en la cúspide de la sociedad. Cuando los dos se encuentran por azar, la chispa prende.

 

El sistema Victoria es la historia de una obsesión y un thriller romántico. Su intensidad y su energía reflejan la avidez y el poder demoledor del capitalismo salvaje: el retrato implacable de una pasión devoradora.

 

Está de espaldas ante una tienda de ropa y examina algunos artículos expuestos en el escaparate. Esa mujer me gusta, la atmósfera que emana de ella, la austeridad de su ropa, el porte de su cabeza y su manera de comportarse. Un esplendor de reina. Me detengo y la miro. Una autoridad. Hacía mucho tiempo que no experimentaba semejante atracción hacia una mujer encontrada por azar. Se desplaza a lo largo del escaparate y se inmoviliza de nuevo. Prosperidad y elegancia. Tengo la sensación de que a veces se demora en el reflejo de su rostro. Melena maciza, ondulada. Corpulenta, un pecho voluminoso. La veo preguntarse con la mirada. Debe de ser aproximadamente de mi estatura, algo más de un metro ochenta. Consulta una vez más su reloj de pulsera.”

 

Entrevista:

 

P.- ¿Qué va a encontrar el nuevo lector español en El sistema Victoria?

Van a encontrar el universo de un escritor que todavía no conocen (aunque sea mi quinta novela), plagado de personajes de nuestra época, con una dimensión íntima muy importante y con una mirada lo más lúcida y precisa posible sobre lo que ocurre en nuestras sociedades de hoy en día. El sistema Victoria es básicamente una historia de amor en tiempos de la globalización, pero también es un libro muy rico en otros temas pues he captado un gran bloque de realidad.

 

P.- Novela intensa de profundas reflexiones y con thriller romántico servido en primer plano. ¿cómo surgió la idea para esta historia? ¿Te basaste en algún hecho real?

Tenía ganas de escribir una novela basada en un personaje femenino, de esos que se pudiesen encontrar en la clase business de los aviones o en las salas vips de los aeropuertos. Mujeres que cuando las ves te planteas, pero qué vida llevaran estas ejecutivas de empresa que están todo el tiempo viajando en condiciones óptimas. Quería hablar de la globalización, pero a través del modo de vivir y la manera de ser de una de esas representantes. Y además, poner en oposición otro personaje que representa él hombre, y que asemejaría el mundo laboral de los empleados sedentarios que desarrollan un trabajo diario sin grandes cambios, que no pueden escapar de esa realidad rutinaria. Él no puede mentir y ella puede manipular la verdad de acuerdo a los fines que vaya persiguiendo.

 

P.- Con independencia de la globalización comentada, esta es una novela sensual y sexual, erotismo bien llevado. ¿Es ese quizás el toque que necesita la novela moderna para que enganche con el lector?

En principio no lo he hecho con  ese objetivo, pero sí, aquí el lector va a encontrar bastantes emociones de ese tipo.

Para cuestionar nuestra época, la situación ideal es oponer dos visiones del mundo: por un lado el ultraliberalismo, y por otro el liberalismo más de izquierdas que rechaza la globalización. Este enfrentamiento era interesante organizarlo en una cama, en una habitación, cuerpo a cuerpo. Muchas veces las cosas se arreglan momentáneamente, de hecho en la relación de David y Victoria, cada vez hacen menos el amor, pero hablan mucho más. Es un sentimiento que va creciendo en él de acuerdo con todo lo que representa ella: su modo de vida, las libertades que se otorga, la velocidad que lleva en su vida… David tiene envidia de Victoria, de esa facilidad que ella tiene para trabajar y al mismo tiempo manipular los datos de la realidad. Entonces la relación sexual y sentimental me permite poner muy rápido en conexión a los dos personajes.

 

P.- David, personaje valiente que sin embargo se lo plantea todo, con una inseguridad que le lleva a continuos fracasos. ¿Quizás es un ejemplo del hombre actual?

No sé si ese el paradigma del hombre actual, no sé si representará finalmente a muchos hombres. Pero de lo que sí estoy seguro es que este hombre es una continua relación de encuentros fallidos, incluso con él mismo. Es como una pescadilla que se muerde la cola: ha fracasado por dejadez y por miedo. Y quizás desde este punto de vista, David es representativo de muchas personas que viven con miedo, con inseguridad en el mundo laboral, y por tanto dentro de la sociedad. Las empresas y sus directivos ejercen una especie de terrorismo, que exige a los empleados que trabajen cada vez más, sin recibir más dinero por ello, y en condiciones cada vez más difíciles. Esta es una situación que creo se está generalizando, y no solo porque las empresas tengan dificultades sino también porque buscan alcanzar márgenes mayores. Los empresarios de nuestra época, como norma general, quieren conseguir lo máximo con lo mínimo.

David es el empleado que trabaja en esas condiciones y también las exige cumplir a los que están a su cargo. En cierta medida traiciona sus ideales de izquierdas por demostrar que es capaz de cumplir con los trabajos que la empresa le está encomendando.

 

P.- Vista la evolución de los personajes, ¿crees que el ser humano va buscando siempre una nueva vida, no se conforma con la que tiene?

David es una persona insatisfecha, frustrada, no es feliz con la vida que tiene. Quizás esa es la razón de que busque otras cosas, de que no pare de dar vueltas. No ve salidas a su situación laboral ni familiar, así que en ese sentido se conforma con ser un soñador. Sigue soñando con algo que antes o después le vaya a cambiar la vida. Eso es precisamente lo que a mí me interesaba con la edad de mi protagonista (42 años). Momento muy crítico pues si aquí no nos hemos realizado, ni hemos alcanzado la vida que soñamos, cada vez es más complicado pensar que se pueda alcanzar en el futuro. Es un momento eléctrico: piensas que o aceleras para llegar a conseguir lo que quieres o te planteas ya entrar en un duelo. En este caso, David prefiere seguir soñando, y Victoria es como un cisne, esa señal que implica la realidad a la que podría llegar y que le permitiría ser feliz.

No es solo cambiar la vida, sino darse la posibilidad de tener otras vidas al mismo tiempo. Algo que hace muy bien Victoria, con una facilidad extraordinaria, no se plantea ninguna pregunta, ni tiene sentimientos de culpabilidad. Todos aspiramos a otras realidades, a enriquecer nuestras vidas con otras experiencias.

 

P.- Los dos personajes son terriblemente atractivos, ¿solo así se entiende la pasión entre ellos y su forma de ver la vida y las relaciones?

La mayoría de las personas que nos rodean podrían dar lugar a ficciones. Lo que intento hacer en esta novela es ir más allá de las apariencias. Mi trabajo es superar el imaginario inicial de mujer atractiva y con prestigio para entrar en los meandros de su universo interior. Cada uno tenemos cosas que si reaccionan con interioridades de otras personas pueden dar lugar a escenas impresionantes para una novela.

 

P.- Gran control del lenguaje y de las estructuras narrativas para levantar esta historia. ¿Trabajo previo exhaustivo o eres más de espontaneidad en la escritura?

Hay mucho trabajo de documentación sobre el mundo empresarial de la construcción y el trabajo de un jefe de obra por un lado, y sobre recursos humanos en la empresa por otro. Por ejemplo, lo que hace Victoria en el libro son historias reales que me han comentado, dinámicas de grupo y empresa que exigen un gran seguimiento de campo.

A la hora de escribir, combino la angustia que supone la inicial planificación general, la forma, la estructura, las etapas que va a tener el libro, el desenlace. Pero la manera en que se van combinando los acontecimientos, como voy tejiendo los distintos hilos, eso lo hago de manera más instantánea, aunque aquí ha habido muchos hilos que ir entrelazando. Ha sido un arduo trabajo.

La dificultad principal está en saber en que momento hago aparecer todos esos elementos distintos que quiero contar, y siempre teniendo claro hacia donde me dirijo dentro del esquema general. El detalle en sí demanda mucha concentración para hacer un buen engranaje novelado.

 

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