Y a la tercera Boardwalk Empire se hizo grande

 

Por JUAN MANUEL CALVACHE

 

 

A punto de terminar la maravillosa tercera temporada de la serie creada por Terence Winter (escritor y productor de Los Soprano) y producida por Martin Scorsese (hace falta decir algo más), para la mítica HBO, es hora de hacer balance.

Para quién no viese las anteriores no voy a desvelar nada, pero era obvio que tras lo sucedido en el final de la segunda temporada la serie no iba a seguir por el mismo camino, era un claro antes y después. Y vaya si lo ha sido.

Esta serie empezó con los mejores augurios: Martin Scorsese es consciente, como otros grandes directores de cine, de que hoy en día es en la TV americana donde se están contando las historias más originales y atrevidas, donde los nuevos escritores y con más talento se han instalado, así que él no podía ser ajeno a todo esto. Estamos ante una serie basada en la ley seca de los años de entre guerras, en los años veinte del siglo pasado y la mafia que se generó alrededor. Martin Scorsese, mafia, HBO, las expectativas eran máximas…

En principio la trama transcurre en la ciudad de Atlantic City (que era como Las Vegas de la época), ciudad de vicio, perversión y capital del prohibido alcohol. Allí un cacique local, “Nucky” Thompson (Steve Buscemi) dirige el cotarro, llevando el control del contrabando de alcohol, comprando políticos en Washington, colocando al alcalde-marioneta de turno, etc.

Pero la serie no se queda en la ciudad del paseo marítimo, sino que nos enseña las ramificaciones de la mafia en otras ciudades como Nueva York o Chicago, y allí la nos muestran los comienzos de unos jóvenes Al Capone y Lucky Luciano, cuando todavía no se habían convertido en los grandes capos del crimen organizado de Estados Unidos, como posteriormente ocurriría.

Pues bien, en las primeras dos temporadas asistimos a una serie con una ambientación excelente, que nos transporta a los años 20 con una perfección de vestuario, decorados y caracterización inmejorable. Nos muestra una enrevesada y nada fácil de ver por el espectador medio, trama compleja y unas grandísimas interpretaciones. Aquí hay que hacer un punto y aparte para hablar del papel del protagonista, interpretado por Steve Buscemi, habitual e inolvidable secundario de míticas películas y al que encontramos ante el papel de su vida, en un estado de gracia continuo a lo largo de la serie. Tan solo observar sus ojos aguileños controlando en imperio que crece a su alrededor en los títulos de crédito pone los pelos de punta.

Pero hay un pero, o varios. Resulta que la serie en sus dos primeras temporadas se pierde en la cantidad de tramas y personajes (muchas veces desdibujados), en el preciosismo de sus decorados y en la fidelidad histórica, para perder otras virtudes. A pesar de que el espectador se deleita por la gran realización, la serie no acaba de enganchar, de enamorar, no llega a ese punto de excelencia que se le presumía. También la falta de ritmo de alguno de sus capítulos hace que no acabes de desear con ansias ver el siguiente.

Pero he aquí la tercera temporada, donde todo cambia. La serie se centra, se hace más intensa, te deja sin respiración. Los personajes se definen y todo es trascendente y lleno de ritmo y emoción. La serie se vuelve madura, todo cobra sentido y se hace mítica del primer al último episodio.

Si no habéis llegado a esta temporada os ruego corráis, porque esos doce capítulos son algo maravilloso, y una vez más la televisión a traves de la HBO hace arte.

 

One thought on “Y a la tercera Boardwalk Empire se hizo grande

  • el 17 octubre, 2013 a las 6:33 pm
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    La mejor temporada ha sido la tercera y creo que eso le está abriendo la puerta a la cuarta porque los personajes como Nelson y Nucky se quedaron en situaciones muy raras, creo que eso le va a dar un nuevo aire a la nueva temporada.

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