Divagaciones sobre mis cosas, a medianoche

PortadaPor MIGUEL ABOLLADO. Ruego disculpen la ausencia de posts. Estamos trabajando en ello.

Las redes sociales son un monstruo que hay que alimentar con sumo cuidado. No es conveniente atosigar a los fieles -a veces sufridos- seguidores, amigos, o comoquiera que se le pueda denominar a este tipo de relación virtual que nos hemos acostumbrado a mantener los unos con los otros en la época que nos ha tocado vivir. El problema es que estoy preparando la presentación de mi nueva novela. ¿Os dije algo sobre esto, verdad? Me había prometido no hablar de ella, pero es que no puedo evitarlo. Porque el caso es que, queridos amigos, este viernes me toca presentarla. Y eso significa un montón de cosas. Crear el evento en facebook e invitar a todos tus amigos; desempolvar la agenda para encontrar los viejos mails (sí, hay gente que no tiene facebook); atacar sin piedad a los pobres tuiteros que aún te siguen; ¡Ah! y acuérdate de los seguidores de la página de la primera novela, ¡ufff, si son casi 700!, ¡y no te olvides de todos tus excompañeros de bankinter!; rebuscar móviles en el smartphone (de repente de acuerdas de esa chica, ¿qué será de ella?, la voy a invitar también); y después tus amigos, tu familia, los amigos de tus amigos, los vecinos… En fin, un campo amplísimo de gente a la que tienes que poner en guardia para que no se pierdan el mayor acontecimiento del año desde que la Pantoja se sentó en el banquillo de los acusados y le salieron esas ojeras espantosas.

Eventos, mails, recordatorios, llamadas, sms, y… claro, ahora toca preparse algo. Porque todos esperan que digas algo. Ahora que tienes avisado a medio Madrid, hay que preparar el sarao. Tengo el garito (cómo mola el café María Pandora), ¡bien!. Viene el editor, ¡genial!, no tengo que buscarme a un presentador. Vamos allá. Así que… ¿»Mi Vecina Quiere Presentarme a su Gato»? Anda que vaya título, chaval. Venga, apunta. ¿De qué va, cómo surgió, me costó mucho, poco, regular, cómo son los personajes, dónde está ambientada y por qué, hay intriga, amor, humor, sexo, final feliz? No, eso no, claro, no puedes contar nada de eso, que aún no se la han leído, y además luego tu hermano va a colgar el video en youtube y lo van a ver un millón de personas, por lo menos. Hay que preparar algo, pero aún no tengo muy claro el qué. Lo que si tengo claro es que tenemos que pasar un rato divertido. Veinte minutos, quizá algo más, pero ya. Las del año pasado fueron muy bien, pasamos un buen rato. No hay por qué preocuparse. Pero el caso es que estoy de los nervios.

Os suelto este rollo no para hacer publicidad de mi presentación (por supuesto que estáis todos invitados), sino para que comprendáis (esto… ¿hay alguien ahí?) que además de dar el coñazo con el tema de la presentación, si me pongo a escribir en el blog la peña va a acabar un poquito saturada de Miguel Abollado. Pero al fin y al cabo esto no deja de ser un artículo, y ya casi lo he terminado. En realidad, a pesar de los nervios, debería de estar muy contento porque hace dos meses ni siquiera había terminado el libro. Y ahora lo tengo en mi mano y casi no me lo puedo creer. En estos dos meses me he inventado un final que me encanta, una sinopsis decente que me ha costado cinco días, he conseguido que mi amiga Silvia diseñe una portada alucinante, que sólo con verla dan ganas de comprarse el libro y casarse con ella (con Silvia, no con la portada), lo hemos corregido como siete veces, los editores y yo, y finalmente ellos han hecho un trabajo de maquetación excelente, a contrarreloj, incluido un fin de semana sin parar, para que entrara en imprenta a tiempo.

Así que tranquilo chaval, que todo está hecho, y la suerte echada. Me voy a echar un whisky, que ya casi estamos a viernes.

Sin más, se despide, éste, vuestro más ferviente admirador.

(La próxima semana… hablaremos del gobierno)

 

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