Luchemos por 'Lucha' y lucharemos por nosotros mismos

galgoPor NATALIA CÁRDENAS. Hoy hace una semana que murió atropellada la galga ‘Lucha’ en el Metro de Madrid. ¿Realmente nada se pudo hacer por salvar la vida de ese pobre animal?

Vagó cuatro días por el suburbano, perdida, hambrienta, sola, desorientada y asustada porque los trenes pasaban rozándola. Fueron muchos los voluntarios que durante esos cuatro días se personaron en los andenes, tratando de convencer a los responsables de Metro de Madrid para que detuvieran el tráfico y poder rescatar a la galga con vida. Pero los de ‘arriba’, como siempre, hicieron oídos sordos y permitieron el atropello de la perra. Varias protectoras de animales, entre ellas Hogar de LuciSpap Más Vida y Justicia Animal, han denunciado este domingo que Metro de Madrid no les dejó entrar en las vías al cierre del suburbano. Las cámaras de seguridad la localizaron en la línea 9, pero ni aún habiendo terminado el servicio, les dejaron bajar a las vías. Ante la desesperación de saber si estaba viva aún, algunos miembros de las protectoras saltaron a las vías por su cuenta, sabiendo que quedaban 18 minutos para que pasara el siguiente tren, sus compañeros avisaron al guarda jurado para detener el convoy y evitar una tragedia mayor. Pero no sirvió de nada, ‘Lucha’ ya había sido atropellada, pues su flaco cuerpo no suponía un peligro en caso de atropello para los viajeros.

Me duele en el alma la falta de sensibilidad de estas ‘grandes empresas’, que es lo que son, olvidemos ya que se trata de un servicio público para los ciudadanos, y empecemos a verlos como lo que son, un negocio capaz de dejar morir a un ser indefenso a pesar de la insistencia de los propios viajeros que se volcaron en las redes sociales de Metro rogando que la salvaran. Pero a ellos le dio igual, sólo les importa cobrar más por  los trayectos (menudas subidas se han marcado en los últimos años) y reducir costes con los consiguientes despidos.
¿A dónde vamos a llegar o qué les estamos enseñando a las nuevas generaciones si permitimos esta insensibilidad en nuestras narices? Por no hablar de los cazadores, principales verdugos de galgos y otros animales o la insufrible cantidad de vídeos que corren por Internet en la que niñatos de flequillo ladeado maltratan a perros y gatos, disfrutando con el sufrimiento que les provocan. ¿De dónde salen? ¿Son aquellos a los que se les ha enseñado que los animales son mascotas compradas a precio de lujo que sólo sirven mientras nos hagan gracia? ¿Acaso no importa lo que ellos sienten? Los que tenemos animales sabemos que sienten, padecen y lo mejor de todo, sólo te piden comida y cariño, mucho menos de lo que ellos nos dan a nosotros que nos reciben cuando llegamos a casa, se pegan a ti cuando estás enfermo y te alegran el día con sus ‘monerías’. Nunca he comprado un animal, siempre los he adoptado y han estado a mi lado hasta el final de sus días. Este mismo verano, una de mis pequeñas amigas peludas perdió un riñón tras un cólico terrible y aunque me costara un ojo de la cara tenerla una semana ingresada en un hospital animal, ella luchó por  sobrevivir y ahora, seis meses después y con un riñón menos, la tengo aquí a mi lado, pegada a mis pies mientras escribo.

Por eso y más cosas que aportan los animales a mi vida y lo que de ellos sigo aprendiendo, sentía que debía escribir este post en memoria de la galga ‘Lucha’ por la que pasado mañana se celebrará una concentración para solicitar que se cree un protocolo de actuación en casos como este. Desde aquí todo mi apoyo a las protectoras de animales y espero que la multa a Metro de Madrid sea considerable, pues alguien tiene que hacerse responsables de esta ‘evitable’ muerte y sentar precedente para futuras actuaciones irresponsables en el trato animal. Aunque en un país en el que seguimos tirando cabras desde el campanario o prendiendo los cuernos de los toros por pura diversión pocas luces de esperanza veo, aunque me decepcione reconocerlo. Y si no podemos agrandar nuestra sensibilidad con respecto a seres indefensos y nobles como son los perros y los gatos, mucho más complicado será cambiar  otras tantas cosas en las que seguimos siendo el ganado de unos cuantos que se rifan los beneficios de este país.

concentraciongalga

 

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