Érase una vez…

 

Por ALICIA MEDINA

Érase una vez una serie para toda la familia que sorprendió el año pasado reinventando los cuentos de hadas, y que sigue haciéndolo con una segunda temporada llena de fantasía e ingenio.

Nueva imagen de mapa de bits

 

El 23 de octubre del 2011, la cadena ABC emitió el primer capitulo de esta serie creada por los guionistas de Lost, cuyo argumento se basa en la idea de que los personajes de cuentos de hadas habitan en un mundo paralelo al nuestro.

De los guionistas de Lost no se podía esperar otra cosa que una serie llena de sucesos misteriosos, saltos en el tiempo y universos paralelos. Y eso es en esencia Once Upon a Time (Érase una vez, en español), una serie que se mueve entre el mundo fantástico y el nuestro, la mayoría de las veces recurriendo al uso de flashbacks, para contar la historia de cada uno de sus personajes.

La acción se centra en Storybrooke, un pueblo perteneciente a nuestro mundo, donde los personajes de los cuentos han quedado atrapados por culpa de un hechizo, olvidando su vida pasada. El último capitulo de la primera temporada trajo consigo el final de la maldición, y con él, la memoria de todos los habitantes de Storybrooke y el regreso de la magia, pero no la vuelta al mundo fantástico al que pertenecen.

Después de una primera temporada buscando pistas para descubrir a los personajes de cuentos que se escondían tras los habitantes de Storybrooke, y para saber si la maldición era real, o sólo un producto de la imaginación de Henry, pocos misterios quedaban para la segunda temporada, sin embargo, esto se ha resuelto brillantemente, introduciendo nuevos personajes y complicando las tramas.

El regreso de la magia ha hecho posible que a las dos líneas narrativas de la primera temporada (flashbacks y sucesos en el mundo real), se les añada una nueva, para contar lo que ocurre en la actualidad dentro del Bosque Encantado (el mundo fantástico al que pertenecen los personajes de cuentos). Esto ha justificado la aparición de nuevos personajes, como Mulán, Aurora o Anton, y lo más importante, de nuevos malos, Cora y Garfio, que crearán más de una complicación a los habitantes de Storybrooke.

La magia, por tanto, ha dado a los guionistas nuevos escenarios en los que moverse, pero también ha supuesto un perjuicio para la serie, ya que los efectos especiales nunca han sido su punto fuerte, dificultando la credibilidad de la historia. Sorprende que una serie con tan buenos resultados de audiencia, no tenga un presupuesto mayor.

Pero, escenarios de cartón piedra y abusos del croma aparte, la historia engancha por su originalidad y por haber sabido darle otra vuelta de tuerca a los tradicionales cuentos de hadas, dándoles una interpretación más humana y menos infantil.

A falta de nueve capítulos para que termine esta segunda temporada, hay varios interrogantes que esperan respuesta, como qué pasará ahora que personas ajenas a Storybrooke pueden entrar en el pueblo; si Regina volverá a convertirse en la Reina Malvada, traicionando la confianza de Henry, o si los personajes de cuentos encontrarán la forma de volver a su mundo, y de ser así, dónde elegirá quedarse Emma. La respuesta, en los próximos capítulos.

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