Fin de gira

sevilla-300x300Por FERNANDO J. LÓPEZ. Hoy, en Sevilla, pongo fin al ‘Las vidas que inventamos Tour‘, una gira que, en realidad, nunca pretendió serlo.

Surgió, como todo cuanto merece la pena, de forma improvisada. Gracias a mensajes de librerías interesadas en el libro. A tuits de lectores que me invitaron a sus ciudades. A las ganas de gente que ni siquiera me conoce -y a la que les estaré siempre muy agradecido- de compartir esta novela juntos.

Y así, de repente, me encontré en mi agenda con dos presentaciones en Madrid, una en Valencia, otra en Granada, otra más en Barcelona y, como colofón, una más en Sevilla. De cada ciudad me llevo un sinfín de buenos recuerdos y la sensación de que, más allá de lo duro que es el mundo literario y editorial, merece la pena seguir escribiendo por todas y cada una de las personas que se han acercado a cada uno de esos actos. Y a las páginas de mis libros.

Porque tampoco podía prever que la gira acabaría siendo doble. No sabía que terminaría presentando Las vidas que inventamos junto con El reino de las Tres Lunas. Mi novela para adultos con Espasa y mi novela infantil-juvenil con Alfaguara. Ni que se agotarían, como ya ha sucedido en dos de esas presentaciones, los ejemplares de ese Reino que es mi primera incursión en el terreno de la aventura, la magia y la fantasía. Ni que, en la última de ellas, podría mostrar -además- la cubierta de mi nueva novela: La inmortalidad del cangrejo, que saldrá en mayo/junio con la editorial Baile del Sol.

Poco más puedo hacer para ayudar a Leo y a Gaby a que sigan su camino. Lo que venga está ya en manos de los lectores, de la crítica, del azar y, por supuesto, también de Espasa,  que fue quien apostó por ellos y por sus verdades con forma de mentiras (o mentiras con apariencias de verdades).

Por mi parte, la sensación tras estos intensos meses es la de haberme dado con total honestidad en cada uno de esos destinos. Haber dejado parte de mí en todos ellos. Y haber disfrutado, gracias a ese desnudo emocional y literario, de una experiencia que es, desde ya, completamente inolvidable. Gracias a quienes, ciudad tras ciudad, y página tras página, la habéis hecho posible.

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