Negro sobre blanco, de Esteban Quirós

 

Por Rubén Romero Sánchez

 

Título: Negro sobre blanco

Autor: Esteban Quirós

Editorial: ÁRTESE Quien Pueda

197 páginas

 

 

La estupenda editorial ÁRTESE Quien Pueda publica su primera novela y lo hace a lo grande, con la finalista del premio Herralde de Novela de 2006.

Negro sobre blanco, de Esteban Quirós (Mar del Plata, Argentina, 1984), es la novela de un escritor de 22 años, con lo que eso tiene de bueno y de malo: en su haber está la pasión por la escritura, por contar una historia, por dialogar con sus referentes (ahora hablaremos de Bioy Casares) o la capacidad de sugerencia. Por contra, a veces le pierde la excesiva retórica o ciertas pausas que cortan el ritmo de la narración. En total, sale triunfante y Negro sobre blanco se convierte en una interesante novela que tiene como punto fuerte el uso de la metaliteratura en clave de humor.

negro sobre blanco
Negro sobre blanco, de Esteban Quirós

El libro comienza con el protagonista descubriendo una mañana que su mujer se ha convertido en otra, con otra cara y otro cuerpo, pero que actúa como si fuera la misma de siempre. Sobre esta premisa se estructura un relato de corte psicologista en el que subyace una reflexión sobre las relaciones humanas, sobre el desmoronamiento de la seguridad en nuestras vidas y sobre la concepción que cada uno tenemos de nosotros mismos. En un momento determinado al protagonista le hablan de “un autor checo, o polaco”, que escribió un libro en el que sucede algo parecido a lo que le pasa a él, y es entonces cuando la novela entronca con Kafka y se permite jugar con dobles planos en los que se comparan las dos narraciones hasta que La metamorfosis es arrojada a la basura porque en la vida real no sirve para nada.

Otro de los grandes aciertos es el diálogo que Quirós mantiene con Bioy Casares. De su novela El sueño de los héroes toma el nombre de los personajes. En Negro sobre blanco todos se llaman como los protagonistas de la obra del amigo de Borges. Pero no se queda ahí con la referencia, sino que asume el elemento fantástico de la narración de Bioy para darle la vuelta y despojarlo del barroquismo y la amargura final de Bioy y crear una obra que plantea muchas preguntas y que nunca pierde la ironía y hasta el cinismo de los que carece El sueño de los héroes. Si en esta el protagonista, tras noche de jarana y borrachera con los amigos, despierta en un lugar al que no recuerda cómo ha llegado y a partir de ahí se centra en averiguar qué le ocurrió hasta que descubre que hizo un viaje en el tiempo y que el destino está escrito y que todos estamos condenados de antemano sin posibilidad de huida de nosotros mismos, en la obra de Quirós el personaje trata de averiguar, con la ayuda de su psicoanalista, qué le ha ocurrido a su mujer, o a él, en un viaje a través de su propia conciencia. En ambas obras la mujer es la desconocida; en Bioy siempre es la mujer del protagonista, pero lleva máscara y este no la reconoce. En Quirós también es siempre su mujer, al menos en el nivel superficial de la narración, pero este no la reconoce porque su máscara es el físico entero que le ha cambiado una noche. Quirós se atreve al juego de referencias y está a la altura del envite. Lo negativo: sin haber leído a Bioy nos perdemos algunas de estas referencias. Lo positivo: no hace falta haberlo leído para disfrutar y entender la historia que se nos cuenta y su complejidad significativa.

Primera novela de su autor y primera de la editorial ÁRTESE Quien Pueda, Negro sobre blanco es un inmejorable punto de partida, una intensa narración en la que el lenguaje coloquial se funde con la reflexión profunda, y la estructura temporal lineal con la complejidad del discurso narrativo y referencial.

Y tiene un comienzo de los que se recuerdan siempre: “La muy turra era otra. Otra. Cuando me desperté ya era otra”.

 

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