Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos

 

POR JUAN LUIS MARÍN. Es la leyenda que acompaña una de las muchas fotografías de Hugo Chávez que vuelan por internet tras su muerte el pasado 6 de Marzo. «Hoy no hablo, hoy lloro», colgaba una amiga de Nicaragua en las redes sociales, «y respiro un poco menos porque se fue este hombre único, carismático, alegre». Una imagen muy distinta de la que yo podía tener. «Pero esas lágrimas me harán más fuerte, Comandante«. Que no lograba entender. «Viva, Comandante Chávez! Hasta la VICTORIA siempre!». Quizá porque no quería entender. ¿O porque soy un ignorante?

 

Hijo de un matrimonio de maestros, Hugo Rafael Chávez Frías nació el 28 de Julio de 1954. Monaguillo en su infancia, aficionado al béisbol y, desde 1975, licenciado en Ciencias y Artes Militares, con 44 años se convirtió en el presidente más joven de Venezuela. Y de esa carrera política que ha acabado con un cáncer, lo que yo sé, lo que me ha llegado, sin afán investigador, sólo a través de titulares de los medios de comunicación, es la imagen de una especie de dictador latinoamericano (reconozcámoslo, a cada político internacional nos encanta ponerle una etiqueta), que tenía su propio programa de televisión, cerraba otros y no se callaba ni debajo del agua: sus opositores eran «apátridas, escuálidos, oligarcas de pacotilla, inmorales, sinvergüenzas y arrastrados»; George W. Bush, un «diablo, burro, gran ignorante y alcohólico»; gobierno y ejército israelíes, «asesinos y cobardes»; Cristóbal Colón, «peor que Hitler», los conquistadores españoles «genocidas» y sus carabelas «barcos exterminadores».

 

Todo de puertas para afuera pero, ¿qué hizo este señor de puertas para adentro? Supongo que 14 años en el poder dan para mucho… y quienes mejor lo saben son quienes lo han vivido día a día. O los que están lo suficientemente cerca para enterarse. Felipe González estuvo más o menos el mismo tiempo en España. ¿Qué imagen tendrían de él fuera? ¿Solo lo referente al GAL, Roldán y compañía? ¿Elegirían los cubanos a otro que no fuese Fidel Castro… si pudieran? ¿Es Daniel Ortega la mejor opción para Nicaragua? Al final, los líderes que están en el «escaparate» son los que ejercen en países cuya situación es más delicada. Y que quizá necesitan decisiones y acciones más contundentes. No necesariamente acertadas. Pero sí arriesgadas.

 

En mi vida he oído hablar de quién coño gobierna en Suiza, o en Nueva Zelanda, Dubai, Canadá, Bélgica o Madagascar… Y si ahora lo sé de Grecia o Portugal es porque están jodidos. Pero parece que ciertos países llevan jodidos desde mucho antes de que yo naciera. Y como lo ves desde lejos, y ves lo que ves, la reflexión más fácil es que si viven esa situación es porque quieren. Porque no tienen huevos. Y se conforman. Pero muchos, la mayoría, llevan luchando toda la vida. Cuando no es por una cosa, es por otra. En algunos casos desde que unas carabelas llegaran sus costas y alguien decidió cristianizar a «unos cuantos salvajes»…

 

Empecé a pensar en esto en serio hace un par de años, estando en Nicaragua, donde descubrí quién fue realmente Sandino. Lo que hizo. Y decir, «ole sus huevos». Otra cosa muy distinta es lo que otros hayan hecho en su nombre. O en el de Bolívar. También forma parte de la historia. Y el día que realmente quiera opinar al respecto… tendré que estudiar un poco. Quizá entonces entienda otros de los muchos posts que he leído estos días en las redes sociales: «El pueblo está de luto por la gran pérdida del Comandante Chávez, el sueño de Bolívar, Martí y Sandino debe continuar labrando el futuro de los pueblos latinoamericanos».

 

O no…

Chávez

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