Los increíbles, de David Valero, de lo mejor del Atlántida FIlmFest

 

Por Rubén Romero Sánchez

 

 

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Boy Eating the Bird’s Food (2012) de Ektoras Lygizos

 

Boy Eating the Bird’s Food (2012)

Director: Ektoras Lygizos

Intérpretes: Yiannis Papadopoulos, Lila Mpaklesi, Vangelis Kommatas, Kharálampos Goyós, Konstadinos Voudouris

Género: Drama

 

Lo malo de que uno quiera parecerse a la nouvelle vague o a Dogma o a los hermanos Dardenne es que si ve que no le sale opte por hacer algo muy llamativo, que el espectador retenga en su retina el resto de su vida y que se convierta en algo así como el momento de gloria del que siempre se vivirá. Eso es lo que le ocurre al griego Ektoras Lygizos cuando, no confiando demasiado en la fuerza de las imágenes, de las situaciones, de la interpretación soberbia de Yiannis Papadopoulos en el producto que va a entregar, le da por mostrar en un plano secuencia una paja del protagonista que acaba en la ingesta de su propio semen, todo para mostrarnos el hambre que el pobre está pasando. En otro momento de la película vemos que no se habla con su familia, por lo que no les puede pedir ayuda, pero no se nos dice qué problema hubo entre ellos y por qué él ha llegado a esa situación (encuentra un trabajo pero lo deja porque no se siente cómodo con la venta telefónica (sic)). Un despropósito tras otro. Igualito que Casavettes, oigan.

 

 

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Los increíbles (2012) de David Valero

Los increíbles (2012)

Director: David Valero

Intérpretes: Juan Eulalio López, María Moreno, Joana Martín

Género: Documental

 

Cuando uno ve películas como el documental que se marca David Valero recupera la fe, no solo en el cine sino también en el ser humano. A través de la historia de una joven madre de dos niñas que se enfrenta al cáncer, de un hombre que en un accidente perdió la movilidad de un brazo y lucha por volver a recuperar parte de la vida que le fue arrancada, y de una anciana que con casi 100 años le regatea días a la muerte, Valero nos cuenta, sin sensiblerías pero con una sensibilidad irresistible, la increíble fuerza que nos sostiene como seres humanos cuando todo se pone en nuestra contra. Mediante las dosis apropiadas de humor y de drama asistimos a la reconstrucción de unas vidas que nunca volverán a ser lo que fueron, y entre medias nos preguntamos cómo es posible que acudamos en masa a las salas a ver las tonterías de Tom Cruise mientras películas como esta, llenas de alma y de humanidad, nacen, crecen, no se reproducen y mueren. Como nuestro criterio.

 

the house i live in
The house I live in (2012) de Eugene Jarecki

The house I live in (2012)

Director: Eugene Jarecki

Género: Documental

 

En un momento de este documental se nos dice que Estados Unidos es el país que más presos tiene por habitante en todo el mundo. A partir de ahí ya se pueden hacer una idea de por dónde van los tiros. ¿Demagogia? Al contrario, Jarecki parte de un problema personal para indagar en las cloacas de la ley yanqui para descubrir cómo y bajo qué auspicios económicos surgió la guerra contra las drogas en la administración Nixon, y cómo y bajo qué poderes económicos ocultos se mantiene la pena de muerte en tantos estados de ese país. No busquen espectáculo, no sale Michael Moore.

 

 

keep the lights on
Keep the lights on (2012) de Ira Sachs

Keep the lights on (2012)

Director: Ira Sachs

Intérpretes: Thure Lindhardt, Zachary Booth, Julianne Nicholson, Souleymane Sy Savane, Paprika Steen

Género: Drama

 

A Thure Lindhardt lo vi en Brotherhood, y en Keep the lights on me vuelve a sorprender. La historia parece sencilla: dos tíos se conocen en una cita a ciegas, se enamoran, se desenamoran, y así hasta que el metraje concluye. Pero Ira Sachs involucra al espectador desde el principio. Desnuda a sus personajes, física y emocionalmente, narra mediante elipsis que debemos rellenar para seguir la historia, planifica con un detalle que hace superfluas incluso las palabras… Cine adulto, cine sin concesiones, Keep the lights on es un James Ivory oscuro y degradado, una obra que nace del desgarro que produce el amor no correspondido, saltar al vacío por alguien que no lo merece, atreverse, como decía Stendhal, a arrancar una flor al borde del abismo. Sin juzgar a sus personajes, Ira Sachs entrega una película que muestra el sacrificio como medio de sobrevivir, un poema sobre el dolor de perder lo que nunca se ha llegado a tener del todo.

 

 

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