Robert Adams: el lugar donde vivimos

 Por Marcos Ortiz

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

C/ Santa Isabel, 52

16 enero – 20 mayo de 2013

 

foto RA_3A lo largo del siglo XX el paisaje del oeste estadounidense ha sufrido una importante transformación cualitativa: la mano del hombre, gracias a los versátiles conceptos de civilización y progreso, ha dañado la naturaleza de forma agresiva. La relación entre ésta y el ser humano, a través de la construcción, la explotación de recursos naturales y el consumismo, se ha visto cada vez más mermada y su esencia ha mutado en destrucción, en un paisaje excesivamente deteriorado que recuerda a la guerra. Aunque quizá no esté del todo perdido, pues hay cierta esperanza y un síntoma de recuperación.

 “Pienso en la tumba de un hombre que conocí en las llanuras (…). En su lápida se puede leer la siguiente inscripción: ‘Clyde L. Stanley: Keota, mi hogar durante 63 años’. A pesar del laconismo que exige un epitafio, la frase transmite tanta pasión que resulta fascinante. Seguramente Stanley reflexionó sobre qué era lo más importante (…). El lugar: él era ese lugar, a través del amor que le profesaba”. Esto podría servir como ejemplo de la expresividad a alcanzar y alcanzada por Robert Adams en sus fotografías. El fotógrafo del desarrollismo estadounidense, del crecimiento del oeste, del detallismo en el motivo y el minimalismo en la escena. El interés de Robert Adams por la naturaleza y su afán por retratarla empuja al espectador a reflexionar sobre el papel que el ser humano ha de tomar para crecer sin perjudicar su entorno, hallar el fin del interminable conflicto entre ambos. Sus imágenes están cargadas de emotividad y singularidad, encuentra la belleza en el deterioro y radia la fuerza y la energía necesarias para comunicar poderosamente. Destaca, además, por el gran manejo que hace del blanco y negro, por lo pictórico de sus encuadres y la luz de sus fotografías. foto RA_1

Muchas de ellas toman espacio en el estado de Colorado, donde vivió buena parte de su vida, pero representado de forma muy diferente: el desarrollo urbanístico y sus efectos puede apreciarse en The New West, lugares pintorescos como Ludlow o el detallismo y la belleza del paisaje en The Pawnee National Grassland; otros trabajos presentan situaciones cotidianas donde lo expresivo del encuadre y la expresividad de la luz priman por encima del motivo fotografiado, adquiriendo así una mayor belleza, como en el caso de Our Parents, Our Chilndren y What We Bought; el mar, el océano y el río también tienen un papel en la carrera del fotógrafo con Sea Stories, This Day, entre otros. 

A través de diez salas el Reina Sofía organiza una retrospectiva de la obra de Robert Adams, proyectos fotográficos que mayoritariamente nacieron con vocación de libros y que son presentados, en cierto modo, de la misma forma en que podríamos diferenciar su trabajo, en tres etapas: la primera, entre 1964 y 1979, incluye trabajos como The Plains, Eden o Sweden; entre 1975 y 1989, segunda etapa, encontramos Summer nights o Los Angeles Spring; la tercera y última se comprende entre los años 1990 y 2009,  y engloba proyectos como The Pacific, Turning Back o Pine Valley. La exposición, que ha contado con la ayuda y colaboración de la Yale University Art Gallery, invita a reflexionar sobre la naturaleza, el hombre, la ambición, la belleza y, sobre todo, el lugar y su importancia, pues es el reflejo más nítido de lo que nosotros somos.

One thought on “Robert Adams: el lugar donde vivimos

  • el 2 enero, 2014 a las 10:08 pm
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    el hogar donde vivimos es el mejor lugar para vivir y es un lugar que cada día se transforma mas muchas gracias por el articulo

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