31 poemas, David Mayor

 

31 poemas

David Mayor

31 poemas DavidMayor - 2

Por Ariadna G. García 

 

En el año 2005, el poeta aragonés David Mayor publicaba su primer libro de poemas. Quienes conocíamos su obra inédita nos alegramos por ello. Aquel poemario revelaba una voz contenida, serena y precisa, cuya misión consistía en observar y “fijar lo que pasa”. En otra parte (Pre-Textos) ofrece a los lectores 35 pequeños cuadros. Cada texto, de carácter narrativo y descriptivo, evoca una historia. Mayor, gracias a la elipsis y al uso de potentes imágenes, sugiere la trama, el conflicto que asola a sus personajes. Valga como ejemplo la siguiente cita: “Inseguro, tímido, y con una dosis justa de orgullo/ atravesó el muelle un día de resaca, muy flaco,/ aún elegante. Tenía impresa la tristeza típica/ de los que se van sin haberlo querido, los ojos/ enrojecidos, el sabor de la sal en las entrañas” (El muelle). Alternando el narrador omnisciente y la primera persona, el libro nos retrata un mundo de marineros, ancianos, escritores, parejas desavenidas, extraños en un tren, bodegones, amantes o alter egos que nos hablan del desgaste, de la imposibilidad del conocimiento, de la falta de compromiso, de las oportunidades perdidas, de la ternura anónima, de las decisiones impuestas… En otra parte supuso un estupendo debut poético para David Mayor.

 

Seis años después, la original y modesto sello Cartonería Niña Bonita publicaba su segundo poemario: Otra novela, de apenas 149 versos. Sus 22 poemas relatan la travesía de un buque, el Forward, metáfora del viaje compartido entre el escritor y sus lectores. Mayor advierte de la odisea en el capítulo cuatro: “Cualquier libro/ trata de una aventura”. En esta “novela minúscula e íntima”, su autor emprende un nuevo rumbo estético: a la plasticidad de En otra parte suma ahora el gusto por el aforismo (“Cualquiera debería preguntarse/ si aplica a sí mismo aquello que enseña a los demás”, “No se puede vivir sin esperanza”, “Ni la vida ni la literatura siguen las reglas clásicas:/ exposición, nudo y desenlace”…), el poema breve y la reducción de la retórica. En conjunto, se trata de una obra sencilla, de estructura coherente y un par de buenos textos: “Un viento de noche ártica” y “Hay días que uno se pregunta”.

 

En su nueva entrega lírica, 31 poemas (Pre-Textos. 2013), David Mayor se aparta de los rasgos característicos de sus primeras obras (narratividad, plasticidad, sugerencia, estudio de personajes, capacidad de observación) y ahonda en la reflexión moral y meta-literaria. Así, vemos que se incrementa el uso de máximas (“…un hombre no es siempre/ el lugar que ocupa”, “Las personas son otras/ cuando las cambiamos de sitio”, “No hay palabra sin resistencia/ ni vida de línea clara”…) y el adoctrinamiento filosófico. Como consecuencia, el libro pierde capacidad de sugestión emotiva con respecto a los anteriores; no obstante, supone un interesante ejercicio de autocrítica poética y una aguda meditación reposada sobre las contradicciones, decepciones y posibilidades que depara la vida. Destacan los poemas: El largo adiós, Mil demonios, Prenzlauer Berg, Desnudo sentado, Salir de casa, La hija del capitán, Pregunta corsaria e Insomnio.

 

Recomendable.

 

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