Entrevista a Guadalupe Nettel por "El matrimonio de los peces rojos"

 

Por Benito Garrido.

Guadalupe Nettel, ganadora del III Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero, es doctora en ciencias del lenguaje por la EHESS de París. Ha publicado tres libros de cuentos: Juegos de artificio, Les Jours fossiles, Pétalos y otras historias incómodas; un ensayo largo, Para entender a Julio Cortázar; y dos novelas: El huésped (finalista Premio Herralde 2005) y El cuerpo en que nací. Ha sido traducida al francés, holandés, alemán, inglés, portugués, o italiano entre otras lenguas. A lo largo de su carrera ha obtenido diversos premios y reconocimientos. Colabora regularmente con diversas revistas literarias de España, Francia, Canadá y América Latina.

 

El matrimonio de los peces rojos, de Gudalupe Nettel.
El matrimonio de los peces rojos, de Gudalupe Nettel.

El matrimonio de los peces rojos.  Guadalupe Nettel.  Editorial Páginas de Espuma, 2013.  128 páginas.  14,00 €.  III Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero.

 Cinco narraciones intensas y de atmósfera delicada en las que Nettel propone un cruce de caminos entre el mundo animal y el universo humano. Aprovecha entonces para hablar de temas tan naturales como la ferocidad de la vida en pareja, la maternidad, las crisis existenciales de la adolescencia o los lazos inimaginables que pueden establecerse entre dos enamorados. Su mirada proyecta lo subterráneo y lo secreto de sus personajes, lo anómalo, lo inconfesable. Relatos en los que el lector se pregunta cómo y en qué momento se fraguan las decisiones más íntimas y soterradas, aquellas que, sin sospecharlo, marcarán de manera definitiva nuestra existencia.

 

P.- Guadalupe, ¿cuando te pones a escribir ya vas pensando en la extensión de la historia para convertirla en cuento o novela?

Se pueden dar los dos casos: hay historias que definitivamente no pueden ser novela, y otras que tampoco pueden ser relato corto. La historia es la que exige su extensión, se pueden quizás variar un par de folios, pero no más. Y la cabeza del autor influye más en la parte de la anécdota que da origen a la historia, en la corrección, y en la estructura. Luego, la libertad de ser es muy latinoamericana, y tal vez, eso se transmita también a la hora de escribir más cuentos. Lo puedes ver en los relatos de García Márquez, realmente impresionantes.

 

P.- Si tuvieses que elegir, ¿qué género te aporta más?

Me gustan los dos géneros, novela y cuento, pero quizás he practicado más el cuento porque cuando era muy joven empecé a asistir a talleres dedicados al tema. La novela es un género más solitario, mientras que el cuento se presta más a tallerearlo, hacerlo y criticarlo en grupo. En ese género aprendí el rigor del oficio literario. Me siento más cómoda con el cuento. También está el hecho de que puedes encontrar historias que no dan para una novela; para eso sería necesario que haya muchas vertientes y ramificaciones igual de atractivas para el lector que la historia principal (o casi), mientras que para un relato la anécdota tiene que ser más concisa, y olvidarse de esas ramificaciones.

 

P.- Finalistas al Premio Narrativa Breve Rivera del Duero como Cristina Peri Rossi, Ernesto Calabuig, Gustavo Nielsen, Ignacio Padilla, o Eloy Tizón, dicen mucho de la calidad de tu obra.

Estoy muy feliz y realmente sorprendida por el premio. Ya simplemente haber estado entre los finalistas era maravilloso, así que haberlo ganado es aún mejor. Como trampolín a otros países europeos es una ventaja, pues ya resulta bastante difícil ser traducido a otros idiomas. Si con otros libros ya lo conseguí, será mucho más factible que ahora, al recibir el premio, esas editoriales se interesen de nuevo por El matrimonio de los peces rojos, y lo compren. Sobre todo teniendo en cuenta que el cuento es un género ya de por sí bastante de colocar en las editoriales. De ahí que sea tan loable el trabajo de editoriales como Páginas de Espuma, que apuestan por un género del que están plenamente convencidas, sin priorizar el beneficio económico.

 

Guadalupe Nettel.
Guadalupe Nettel.

P.- La animalidad de los seres humanos, ese sutil hilo que nos acerca y nos une. ¿Es más difícil personalizar animales que animalizar personas a la hora de hilvanar la historia?

No sé si a todo el mundo le pasa, al menos a mí sí, que de pronto ves a un animal y descubres que su comportamiento se asemeja al de algunas personas que conoces. Muchas de nuestras obsesiones y compulsiones se pueden ver también en los animales. Así descubres comportamientos de la vida que siempre has considerado como humanos, pero que al verlos en animales, te das cuenta que quizá no lo son tanto.

 

P.- Temas como la crisis adolescente, la maternidad o la pareja son tratados en tus cuentos. ¿Cuál crees que es la mejor manera para enfrentar aquellas historias tremendas que son difíciles de aceptar?

Me interesa sobre todo la empatía con el lector. Cuando escribo no saco de la manga, tiene mucho que ver con experiencias personales o que me han afectado mucho. Es algo de mis entrañas que está ahí, y creo que eso puede generar mucho contacto con el lector. Y esa precisamente es la magia más maravillosa de la literatura: que tengas una identificación muy grande con la historia que estás leyendo y con el autor. A mí me ha pasado: en momentos complicados de mi vida, de pronto llega un libro de alguien que pasó por algo parecido, y entonces me siento acompañada, comprendida, como si tuviese un amigo que me está contando toda su intimidad… Mi gran fantasía, mi mayor ilusión, que me gustaría hacer realidad, es que el lector de mis cuentos sienta eso también, que a nivel emocional y de experiencias yo pueda aportarle algo.

 

P.- Personajes cercanos que se descubren con inquietudes a veces extrañas o inconfensables. ¿A todos nos pasa, así es la vida quizás?

Siento que mis historias le pueden pasar a cualquiera. En el fondo los seres humanos no somos tan distintos unos de otros, quizá en la forma pero no en el contenido. Cada quien tiene su historia, pero las emociones, el hecho de haberse sentido abandonado, resentido, enamorado, rechazado… es algo que si el autor lo afronta seguro que toca alguna fibra del lector. Por empatía. Para mí tocar esa fibra del lector es imprescindible, de hecho, como lectora, si no lo encuentro, dejo el libro a un lado.

 

El-matrimonio-de-los-peces-rojosP.- En los cuentos cada personaje tiene su voz propia, su recorrido, su personalidad aún más marcada si cabe…

Dar una voz narrativa a cada personaje es algo realmente importante. El tono del narrador es una de las cosas más difíciles de conseguir. Solo cuando lo tengo claro, me planteo sentarme a escribir. Entonces ya te va llevando, y es como si tuviese varias personas dentro de mí, que me obligan a pensar y dialogar de forma diferente en función de su presencia. A lo mejor es una cuestión un poco esquizoide, no sé. Los caribeños dicen que te baja el santo, yo me tengo que poner en la piel de cada personaje para definir sus pulsiones. Lo que no se dice, lo que das a entender, lo que el lector puede intuir es quizás también una parte importante en un relato.

 

P.- ¿Qué faceta es la que más busca resaltar Guadalupe Nettel a la hora de escribir?

Una de las cosas que más aflora cuando me pongo a escribir cuentos es el humor negro, una nota de capacidad para reírme de mí misma, y también para reírme de mis personajes. Es más, a veces he suprimido partes en que notaba que hasta me estaba burlando del personaje, y eso quizá ya no me gusta tanto. Creo que es importante pasarlo bien a la hora de ponerse a escribir. Si cuando lo hago noto que me estoy aburriendo cuanto más el lector que se ponga a leerlo, y entonces esos textos suelo descartarlos.

 

P.- ¿Por qué crees que el cuento es todavía para muchos ese género menor que no termina de encajar?

Yo diría que más que para muchos lectores, esa circunstancia se presenta sobre todo entre los editores. Puede ser que un personaje de novela sea más viable a la hora de identificarse el lector, pues su recorrido es más largo a la hora de seguirlo, existe más tiempo a la hora de familiarizarse con él. Pero no creo que existan razones concretas a nivel de género que hagan que un lector disfrute más de una novela que de un cuento. Puede también ocurrir que se dé una especie de círculo vicioso: como la gente no conoce tanto el género del cuento, no sabe qué debe buscar, o bien ha tenido malas experiencias, y entonces piensa que ese género es desacertado.

 

peces rojosP.- ¿Cómo recomendarías tu libro a los lectores que no conocen los textos de G. Nettel?

Se trata de historias inquietantes sobre personajes con los que no se resulta muy difícil identificarse, y sobre como se urden en cada uno de nosotros todas aquellas decisiones que pensamos haber tomado con la cabeza, y que sin embargo ya se han ido tejiendo de manera subterránea… con los animales de fondo.

 

P.- ¿Cuáles han sido tus referentes literarios básicos para este libro?

Van cambiando, sin embargo para este libro me sirvió mucho leer a J. Akerley y su novela Mi perra Tulip. Te hablo de un escritor inglés de principios de los años veinte que escribió muy poquitas cosas, pero que aquí habla también de su perra que la convierte en todo un personaje de novela: cómo hace sus necesidades, cómo menstrua, cómo se lleva con los demás, lo que implicó cruzarla con otro perro… no das crédito de cómo te puedes estar interesando tanto en la vida de un animal. No es una novela larga, pero es impresionante. Logra contagiarte el entusiasmo y preocupación del autor por su perra, es como si fuese parte de su vida. Increíblemente entretenida, de hecho la he regalado mucho. Es bien descansado leer los problemas de otros.

 

P.- ¿Tienes ya nuevos proyectos literarios de los que nos puedas hablar?

Estoy escribiendo una novela sobre una pareja que vive un enamoramiento en sus inicios. Pero contado desde la perspectiva de cada uno, hombre y mujer, en su contexto y visiones propias. Es un libro con el que me estoy divirtiendo mucho, pues los dos personajes me parecen muy cómicos en toda su neurosis. Creo que el humor hoy día es básico.

 

P.- ¿Cómo encuentras hoy día el panorama literario? ¿Y el editorial?

Desde antes incluso de la crisis, el panorama editorial está bastante saturado, yo sin embargo, lo veo bien de salud, y que hay muchos escritores (de todas las generaciones) que son interesantes para leer. El problema es que quizás no se le da la suficiente cobertura a todos. Puede ocurrirme que cuando voy a la librería con un amigo, me dice tienes que leer a tal o cual, pero no los conozco de nada, pues no he visto nada sobre ellos en prensa. Y de repente, te encuentras a los autores más conocidos en las estanterías, pero hay muchísimos otros por descubrir.

 

 

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