Talento y dinero

dolordineroposter-300x300Por Juan Luis Marín. Estados Unidos es la tierra de las oportunidades…

Y los gilipollas.

Lo mejor del asunto es que sean ellos mismos, los yanquis, quienes se encarguen de retratar esa dualidad sin ningún pudor. Si, además, el responsable de hacerlo es alguien que nos tiene acostumbrados a discursos patrióticos, machistas y fascistas como Michael Bay, la sorpresa (y agradecimiento) es aún mayor.

En yanquilandia cualquier idiota puede convertirse de la noche a la mañana en multimillonario. Con historias de superación, sí. Pero también de soberana gilipollez: que tres culturistas planeen y lleven a cabo el secuestro de un empresario mitad cubano mitad judío para conseguir que, mediante poderes, les ceda toda su fortuna, incluso su casa, se las trae. Y eso que solo es el punto de partida, porque el desarrollo… Ni el mejor guionista de Hollywood podría haber inventado algo así

Por eso funciona Dolor y dinero. Porque todo lo que sucede, por muy descacharrante que sea, es verdad. Y te ríes, te descojonas con las ocurrencias de ese trío calavera en que destaca Dwayne Johnson, ex luchador de pressing catch reconvertido en “actor”, que tiene momentos realmente memorables.

Dada la estupidez de muchos de los que logran hacer carrera en el cine, desconozco si Dwayne ha tomado clases de interpretación. Ahí está el caso de Jason Statham, que presume de no haber pisado un aula de arte dramático en su vida (total, para lo que hace, supongo que le basta con ir al gimnasio). O nuestro patrio y más estúpido niñato, Fernando Ramallo, que decía que eso de ser actor del método, como Robert de Niro,  era parecía una tontería (¿Alguien sabe donde está este lumbreras? ¿Vendiendo boletos?)

La cuestión es que si se quiere (y se tiene pasta) se puede. Solo así se explica que Michael Bay sea responsable de una película que merece la pena ser vista… y no directamente enterrada bajo toneladas de estiércol como la mayoría de títulos de su filmografía, con un toque maestro que incluso recuerda a Tony Scott y su estupenda (y olvidada) Dominó (que también contaba una historia real con momentos que rayaban el absurdo).

Una vez más, para lo bueno y lo malo, se nos desvela que en Estados Unidos puede ocurrir de todo.

Incluso milagros.

Joder, ¡que Michael Bay ha hecho una comedia que no os podéis perder!

Y la banda sonora es una pasada…

 

http://youtu.be/0S1TBj3elwo

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