Prisioneros (2013), de Denis Villeneuve

 

Por Juan Murillo Bodas

 

Sombríos e inquietantes laberintos de la realidad y de la mente.

Una excelente muestra de cine de género, eso es lo que nos ofrece el director canadiense Denis Villeneuve  en su primera incursión en Hollywood tras filmar en Canadá algunas películas y cortometrajes de éxito y darse a conocer internacionalmente de forma destacada con Incendies (2010), que llegó incluso a estar nominada a la mejor película de habla no inglesa ese mismo año.

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Prisioneros (2013), de Denis Villeneuve

Un oscuro thriller es Prisioneros , dirigido de forma brillante y que, pese a su extensa duración mantiene en todo momento la atención del espectador. La tensión y las emociones que se nos muestran son de tal fuerza , que en ocasiones aparecen elementos de suspense que enriquecen y potencian la compleja trama. Están presentes todos los elementos propios de este género: la ambigüedad, las ansias de venganza , las arduas investigaciones de un policía obsesionado con su caso….

Bien es cierto que esta historia ya se ha filmado más veces con variaciones y resultados más o menos satisfactorios, pero lo que diferencia a esta película de otros thrillers enmarcados en el subgénero de las desapariciones es su sobresaliente trabajo en la puesta en escena y en la capacidad que ejerce la película para apoderarse de nosotros, todo esto está conseguido con una atmósfera realista e inquietante que pocas veces he visto en una película. En este sentido la espléndida fotografía de Roger Deakins es fundamental, ya que la paleta de colores es perfecta, predominando el azul, el gris y el blanco, con pocos, pero significativos primeros planos y con unos movimientos de cámara que subrayan perfectamente la tensión y la angustia del relato.

La fuerza de las imágenes es visible tanto en los exteriores (casi siempre con la presencia inquietante de la lluvia) como en los interiores opresivos y en ocasiones claustrofóbicos.

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Prisioneros (2013), de Denis Villeneuve

Otro de los aspectos destacables de la película es el uso de la banda sonora, ya que Villeneuve rehuye el abusivo empleo de música inquietante y se decanta por la presencia agobiante de los silencios o de los ruidos: crujido de ramas, grifos que se abren,  golpes sobre objetos que refuerzan esa verosimilitud y realismo de los que ya he hablado anteriormente…

En cuanto a las actuaciones, todas son magníficas. Se percibe claramente las indicaciones del director para no desdibujar la unidad interpretativa, destacando la actuación de sus protagonistas Jack Gyllenhaal y Hugh Jackman, espléndidos en sus respectivos papeles, aunque insisto en que el resto de actores están perfectos.

Una película magnífica pues, a la que solo se le puede achacar algún defectillo del guion de Aaron Guzikowski, que Villeneuve se encarga de disimular con su estimulante y espléndida realización. Una película altamente recomendable de casi imprescindible visionado.

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