Acróbatas aéreos, y de tierra, unidos por la música y el humor

Por Horacio Otheguy Riveira

Una vez más el Price se viste de gloria con un teatro-circo donde la emoción combina con el divertimento para que artistas y espectadores toquemos el cielo con las manos.

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Un piano que suena como tal, y a ratos es carromato, caballo, esperanza de vida y demencial juguete… Una locura más que gira sin cesar en un contexto de aventura circense y fascinación musical.

 El arte de Akoreacro llega de Francia después de 8 años de varios espectáculos y giras internacionales. Recogen de los clásicos el trabajo intenso, duro, inagotable e incomparable y se la juegan en el riesgo y la tensión y la creatividad de alto voltaje, aunque sin dejar de expresar sorpresa, imaginación… y dar constantemente la “sensación” de que están improvisando todo el tiempo con la alegría compulsiva de los mejores payasos.

 Nada más lejos de la realidad: en la música y las acrobacias y el espíritu humorístico de todas las escenas, con su punto de dramatismo que corta la respiración, ahí están Charly Chaplin, Laurel y Hardy, Los hermanos Marx, Jerry Lewis, Jacques Tati, Pierre Etaix… y toda la Compañía deambula a gusto y placer en la sabiduría de sus mayores para disfrutar a lo grande con su propia capacidad de creación, de ensueño y libertad.

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Gran disciplina para un número de trapecio muy difícil sin otra “red” que las habilidades de los compañeros: el que les coge arriba con sus manos de acero y los que esperan abajo con sus brazos de increíble fortaleza.

Unos botines dorados son el único elemento que recuerda al circo tradicional, lo demás es como si les viésemos ensayar y jugar con toda clase de elementos y argumentos abstractos, con sus cuerpos por bandera en constantes coreografías con un equipo muy bien ensamblado de acróbatas y músicos. Muchos hombres y una sola mujer cuyas acrobacias aéreas se prodigan desde el comienzo con una precisión asombrosa, dependiendo siempre del virtuosismo de los muchachos que la reciben mano a mano o en el trapecio o … en una danza aérea realmente fascinante.

 Locuras por tierra y por aire, que harían las delicias de los psiquiátricos creativos, porque el ángel de la libertad está siempre presente, evitando los límites feroces de la realidad social. Akoreacro se monta a un piano pero no descuida su sonido de media-cola, como tampoco cuando tiene que sonar a juguete de latón o volcarse para una escena final que empuja al público a ponerse de pie en una larga ovación… que es como un abrazo muy emotivo para una trouppe fantástica cuyas proezas se quedan grabadas en el corazón.

 

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Claire Aldaya, en uno de sus muchos cuadros en los que se comunica con el espacio con la gracia y la ternura de un ser de otro mundo.

 

Klaxon

Recomendado para todos los públicos.

 Puesta en pista: Compañía Akoreacro y Alain Reynaud

 Puesta en juego: Alain Reynaud con la complicidad de Henzi Lorenzo

 Acróbatas: Claire Aldaya, Basile Narcy, Romain Vigier, Maxime Solé, Antonio Segura-Lizan, Maxime La Sala

 Músicos: Mathieu Santa-Cruz, Guillaume Thiolliere, Guilhem Fontes, Boris Vassallucci, Vladimir Tserabun

 Apoyo a las técnicas de circo: Fabrice Berthet

 Vestuario: Clarisse Baudiniere

 Diseño y realización del piano: Pierre Mougne/Compañía La Rumeur

 Iluminación: Manu Jarousse

 Sonido: Tom dHerin

 Lugar: Teatro-Circo Price

 Fechas: Del 9 al 20 de abril de 2014.

 

 

 

  

 

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