La ciudad de los Prodigios honra a los Libros

Por Miguel Abollado.

Hoy voy a hablar de Windows 8. Ya se que esto es un blog de cultura. Pero si tenemos en cuenta que hoy en día la informática está en todas partes, también lo podríamos considerar cultura. Y al fin y al cabo, además de un intento de escritor, en realidad lo que yo soy es informático.

Podría hablar de política, si. Podría decir que cada día que pasa me da más vergüenza todo lo que veo. Son tantas las cosas que denunciar que cuando me pongo a escribir, acabo cagándome en la madre que los parió a todos, y eso, la verdad, además de ser injusto para las madres, queda feo. Será que me hago mayor. Aunque el señor Reverte a medida que se hace mayor se caga más y más certeramente en todo lo que se menea. Tendré que pensar en ello.

Puestos a hablar de ver, podría hablar también de las televisiones. De por qué me quitan La Sexta 3 y me dejan Telecinco. ¿Por qué, Señor… POR QUÉ? Ya, ya, porque es ilegal, porque no tienen licencia (¡4 años después!), que si, que ya lo sé. Pero no me lo creo. Y aun creyéndomelo, yo me pregunto, ya que nos estáis robando todos los días, ya que nos mentís y nos tratáis como a imbéciles, ya que prostituís y corrompéis las instituciones aprovechandoos de un poder que nadie os ha otorgado, ¿por qué, en esta ocasión, no cometéis otra «ilegalidad» , nos mentís una vez más, os dejáis comprar por algún empresario, o cerráis los ojos a algún juez y permitís a la mejor cadena de televisión (aparte de La 2, y Discovery Ch.) seguir emitiendo? Y ya puestos a pedir, ¿por qué no, repitiendo el ejercicio anterior de despotismo, cerráis ese contenedor de basura llamado Telecinco de una maldita vez, de forma dictatorial, ilegal, drástica, incumpliendo todas las normas democráticas? ¿Por qué, si lo hacéis con todo lo demás, no lo hacéis también con esto? Yo sé por qué, pero no lo voy a decir.

También podría hablar de fútbol, pero hay 40 millones de personas ya hablando de eso. Que el tema del fútbol es muy cansino ya os lo he comentado alguna vez, pero tengo que reconocer que la copa de Europa es un auténtico espectáculo, mucho más este año.

Y qué decir del cine, si ya está todo dicho. Si todo el mundo es crítico de cine, incluso yo. Me encanta el cine y me apasiona la crítica cinematográfica. Escucho con devoción todas las historietas que me cuenta mi amiga Estefanía sobre guiones, directores, actores y películas. Y con la misma devoción leo a Boyero, aunque no siempre coincida con sus recomendaciones, y reconozco que leo a los modernetas de filmaffinity con asiduidad, y me pregunto finalmente, habiendo tanta gente escribiendo sobre cine, y tan bien (sobre todo los que escriben las críticas negativas, que suelen ser con los que coincido), habiendo tantas opiniones, tantas críticas, tantas reseñas, tantos y tantos premios increíbles, me pregunto si tiene sentido que yo diga algo más. Quizás, y repasando lo último que he visto, podría decir que Dollars Buyers Club me pareció inmensa, y que la película de David Trueba me pareció muy pequeñita. Muy muy floja. Bonita, sí, bien hecha, puede, pero tan floja que si realmente nos creemos que eso es cine (y el mejor cine, ojo, ya que se llevó todos los Goya), entonces el futuro que le espera al cine español es nefasto. Con iva o sin iva. Con piratería o sin ella.

Bien, por eso quiero hablaros de Windows 8.

Porque si os hablo de literatura, pensaréis que soy un coñazo. Ya sé que suena un poco contradictorio. Yo escribo, por lo tanto debería hablar de libros. Pero lo reconozco, me da cierta pereza. Sí que podría hablar de un famoso escritor cuyo reciente fallecimiento ha causado un enorme revuelo, pero me dejé su libro estrella a medias, sin entender nada, y si digo eso me van a lapidar vivo lectores, editores, conocidos, desconocidos, Natalia, mi cuñado, y al menos una de mis hermanas, que consideran dicho libro el culmen de la literatura mundial (no digo que no lo sea). Tampoco voy a hablar de los premios literarios, hoy no. Ni de princesas barriobajeras petadas de anfetas que arrasan publicando libros que ni siquiera han escrito. También en eso voy a contracorriente. Me parece muy bien, oye. Que la gente prefiera leer eso a leer a Proust (yo no lo he leído), o a Bukowski (a este sí), o a Auster (a este también), eso no es culpa suya, es culpa de la gente.

Por eso decía lo de hablar de Windows 8.

Aunque también podría hablar del día de Sant Jordi. Ahora que lo pienso tenía pensado escribir un post sólo sobre esto. De cómo Barcelona honra al libro, y de cómo Amnistía Internacional honra a las personas. De cómo, en medio de todo este caos, una ciudad, con la excusa de celebrar y honrar a su patrón, se levanta entera para honrar a la literatura castellana y catalana. Porque lo que he vivido en Barcelona en las tres ocasiones en las que he tenido la suerte, y el honor, de firmar allí mis libros en ese día tan señalado, es algo increible. Increible la gente, que sale a la calle a comprar tres, cuatro, ocho libros para regalar a hijos, hijas, cuñadas y suegros. Libros de todos los tipos y colores, libros de autores conocidos, desconocidos, grandes, pequeños, en castellano, en catalán. Gente haciendo cola para que les firme la Esteban, sí, o la Etxebarría, o Eduardo Mendoza, pero también gente que se acerca con curiosidad al stand de Amnistían Internacional a leer la sinopsis de «La Danza de los Malditos», o sonríen con complicidad al leer el título de «Mi Vecina Quiere Presentarme a su Gato», y acuden al mostrador ante el acoso implacable de este escritor que seguramente fue comercial en alguna otra vida; y me compran los libros, sin conocerme de nada, porque les caigo bien, o porque se los dedico, o porque se convencen de que lo que les estoy contando es verdad, que realmente merece la pena leerlos (y no miento); o no los compran, pero se acercan igual, y me escuchan, y me sonríen, y se marchan a seguir su peregrinación literaria hacia el siguiente stand, hasta completar la lista interminable de títulos con los que se harán durante las siguientes horas; o que se acercan a saludar a mi compadre y compañero de puesto Mamadou para que les cuente la odisea que vivió en su viaje en patera, reflejada ahora en el libro 3052, que está vendiendo como churros, y bien que me alegro, a paseantes curiosos y a grupies incondicionales. Gente que se acerca a la llamada de Amnistía para recoger firmas y evitar con eso injusticias sociales olvidadas por los telediarios. Mujeres condenadas a morir lapidadas, detenidos en conflictos de los que ni siquiera hemos oído hablar, refugiados que no tienen nada, ni a nadie más que a Aminstía que se preocupe por ellos. Esa es su encomiable labor, entre otras muchas, así como la de otras ONGs es cuidar de los niños, curar a enfermos, o alimentarlos, o comprar productos al precio más justo. Cada una cumple una labor que debemos ensalzar como algo también increíble y prodigioso.

Ya de noche, en la estación de Sants, me cruzo en el McDonalds con una pareja inglesa con cara de pocos amigos. Él me echa un rapapolvo desmesurado por una tontería, y me quedo un poco así, thinking, y pienso que seguramente vinieron a Barcelona para hacer turismo, y se encontraron con la vorágine lectora, la marabunta que paraliza por completo la ciudad de los prodigios hasta el punto en que casi es imposible moverse. Mucho menos visitar la Sagrada Familia, o la casa Batlló. did you want to, really? Lo siento amigo, hoy es el día del libro, y todo lo demás no importa.

Mientras vuelvo en el AVE, alternando sueños esporádicos con ojeadas al móvil para ver cómo va el Madrid, escucho jaleo, y veo pasar, camino del vagón restaurante, a Mario Vaquerizo, seguido de otro que no me acuerdo, y seguido, como no podía ser de otro modo, por Belén Esteban. Murmullos entre el personal, miradas furtivas, comentarios jocosos. Me vuelvo a quedar dormido.

Pero yo os iba a hablar de Windows 8. Y os preguntaréis, como yo me pregunto ahora: ¿por qué? Mmmm, creo que ya me acuerdo. Porque me parece una tomadura de pelo, porque me pide credenciales para todo, me obligaainstalar el norton y nopuedoquitarlo, ese mismo antivirusesincapazdedetectar un virus que me estámachacandoel Chrome, y luegonoentiendo nada, porque hay quever menuda mierdadesistemaoperativoconlobienqueestabaelwindows7 y deprontosequedatodocolgadoyyoquierovolveralXPpordiospordiosymecaguentodoloquesemenaaYy…yy…yyyyy!!!!!!

Pero resulta que al reiniciar el portatil se ha arreglado todo, así, de golpe; y de golpe y porrazo me he quedado sin razones para escribir este post. Es curioso lo de reiniciar, casi todos los problemas se solucionana asi, resetendo y borrando la memoria más reciente .Cuando los problemas son mas graves, pantallazos azules, virus espantosos que lo invaden todo, aplicaciones que funcionan de manera extraña y diabólica, teclas que saltan por los aires, vibraciones y sonidos incontrolados, entonces lo que hay que hacer es formartearlo todo, borrar absolutamente toda la memoria, la temporal y la permanente, y eliminar así toda la mierda que con los años se va quedando perdida entre bit y bit.

Formatear, borrar el sistema operativo, las aplicaciones, todo, y volver a empezar de nuevo.

Lo que os decía, si es que la informática es como la vida misma.

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