AK47, la historia del Kaláshnikov, el arma del pueblo

«El AK47 debería estar en el montón de chatarra de la historia. Con sesenta años, pesado y poco preciso en comparación con los fusiles de asalto de plástico y carbono usados hoy en día por los ejércitos norteamericano y británico, es una reliquia del pasado».

AK47 La historia del arma del pueblo, de Michael Hodges.
AK47 La historia del arma del pueblo, de Michael Hodges.

Actualidad editorial:

Hace unos meses moría en Rusia Mijaíl Kaláshnikov, un hombre que ha pasado a la historia por asociar de manera ineludible su nombre con el arma que creó, el fusil de asalto AK47. En el libro AK47, la historia del arma del pueblo (Editorial Lengua de Trapo, 2014), el escritor y periodista Michael Hodges se adentra en la vida del creador ruso e investiga en profundidad sobre un invento que ha servido para matar seres humanos. El kaláshnikov fue el fusil de asalto reglamentario de la Unión Soviética desde 1947 hasta 1978, y estaba considerado el mejor del mundo en su categoría. Solo unos años después de su creación comenzó a fabricarse a gran escala y usarse de manera oficial en el resto de países del llamado bloque comunista. Posteriormente se exportaría a otros muchos lugares de los cinco continentes.

Mijaíl Kaláshnikov era apenas un adolescente que se entretenía arreglando la maquinaria de las granjas de su pueblo cuando la Alemania nazi lanzó su gran ofensiva contra la Unión Soviética. Con una peripecia vital digna de novela, el joven soldado Kaláshnikov fue testigo de la crueldad y la crudeza de la guerra, pero también fue consciente de la necesidad que tenían sus camaradas de poseer un fusil que fuera al mimo tiempo fácil de utilizar, duradero e infalible incluso en las peores circunstancias. Aunque ya no llegara a ayudar al Ejército Rojo en su lucha contra el Eje, en 1947 finalizaba el diseño del arma que marcaría la gran mayoría de conflictos bélicos hasta nuestros días.

Icono de pueblos oprimidos (Palestina o Vietnam), amo de las calles más violentas de Estados Unidos, símbolo del terrorismo más atroz o presencia ineludible en guerras civiles interminables, la silueta del kaláshnikov, con su inolvidable cargador curvo, ejerce sobre los espectadores una fascinación que ninguna otra arma ha logrado. El libro sigue tres etapas: primero, como el arma que posibilitó a la URSS el control sobre el vasto territorio ganada a la Alemania nazi; segundo, como el icono de la revolución del Tercer Mundo y, por último, en las manos de Osama Bin Laden, como la marca líder del terrorismo internacional y el arma más ubicua del mundo. Mijaíl Kaláshnikov escribió en sus memorias que con un arma no se puede arar la tierra ni cultivar cereales, pero sin ella uno no podrá defender su tierra natal, ni proteger la patria y a su pueblo.

«El AK podría estar en la manos de un soldado del gobierno iraquí o de un rebelde, un muyaidín afgano, un guerrillero colombiano, un pistolero palestino o un niño soldado africano».

Michael Hodges fue elegido columnista del año por Press Gazette, la cabecera sobre periodismo más importante del Reino Unido, y se ha destacado por sus trabajos a favor de la igualdad racial. AK47 La historia del arma del pueblo ha sido traducido y publicado en nueve países, y fue libro de la semana en New Yorker. Hodges es colaborador habitual de Financial Times Weekend Magazine y New Statesman. Sus reportajes sobre los conflictos en Palestina e Irak han aparecido en Financial Times, Jack y Esquire. En 2008 fue el editor responsable del lanzamiento de Time Out Beirut; en la actualidad, continúa trabajando en Oriente Próximo.

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AK47. La historia del arma del pueblo.  Michael Hodges.  Editorial Lengua de Trapo, 2014.  261 páginas.  17,50 €

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