Clásicos dignos de releer

Por Monty Brox

Redactando el anterior artículo: Mis lecturas obligatorias favoritas vinieron a mi mente todos aquellos libros que, aunque no pasaron a formar parte de mi TOP 10, sí que me dejaron con un buen sabor de boca. Aquellos que, muchos años después, me han dado ganas de volver a releer y al hacerlo no me han decepcionado.

Un claro ejemplo, aunque muy contemporáneo, es Crónicas de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. Creo recordar que fue lectura obligatoria en mi primer año de instituto, contando con unos apenas cumplidos quince años. Tengo que reconocer que el hecho de que un libro empezara contando quien moría y quienes eran sus asesinos, me resultaba de lo más extraño. Para mi mente ingenua era imposible encontrar gracia alguna en una trama ya “destripada” desde el inicio. Pero no podía estar más equivocada. El querer saber los motivos del asesinato, si eran lícitos o no, cómo era que no se pudo evitar el crimen aun siendo de dominio público en ese pequeño pueblo en que se llevaría a cabo y demás cuestiones me engancharon. cronica_0.previewTanto fue así que lo leí entero en menos de veinticuatro horas.

Al releerlo, aproximadamente quince años después, la experiencia ha sido mucho mejor. Sabiendo apreciar esa mezcla de periodismo limpio y profesional con la lengua oral más llana y coloquial. O la ironía con la que se tratan los puntos de vista más fantasiosos y religiosos de los testigos o la falta de credibilidad de estos al no coincidir ni en la climatología del momento. Pudiendo vislumbrar, de manera más clara y adulta, la crítica social en cuanto al machismo y la violencia en general que se escondía tras la justificación de la siempre ondeante bandera del honor.

Una que en su día, a la tierna edad de quince años, me dejó muy desconcertada (y extrañamente encantada al mismo tiempo) fue Niebla de Miguel Unamuno. Aquello de que el personaje ficticio de la novela se presentara ante el autor para anunciarle que pretende suicidarse y que este trate de convencerle de que no lo haga, era un sin sentido. Uno tan grande que me impidió soltar la “niovela” (como así la llamó el propio Unamuno) hasta darle fin. Reconozco que, a pesar de terminar su lectura con agrado, no terminé de comprenderla del todo. Pero dejó una grata huella lo suficiente profusa en mi recuerdo como para que tiempo después la retomara.

Es curioso cuando años más tarde relees una lectura que te dejó confusa de joven y vuelve hacerlo cuando yunamunoa te supones una adulta. Pero ahí es donde reside la belleza de Niebla. Esa era la primaria intención de Unamuno, dejarnos a todos dudando sobre nuestra propia existencia y la importancia relativa que pude tener nuestro libre albedrío frente a los planes del destino. Su personaje se quejaba de eso, de no ser más que un títere a disposición de lo que él quiera hacer, del futuro que él quiera darle. Rebatiéndole que él no tiene ningún derecho en especial ya que también, de cierta forma, es un personaje soñado por Dios. Muy existencialista y metafísica, pero de una manera tan magistralmente desarrollada que tardas en darte cuenta de que están haciéndote pensar en algo tan profundo.

Para terminar, voy a permitirme una pequeña licencia, ya que el siguiente clásico no es una novela en sí. Pero no podía dejar fuera mi clásico literario de lengua española fuera por este simple detalle. Se trata del trabajo de Gustavo Adolfo Bécquer, tanto sus rimas como sus leyendas. Porque si me parecieron bonitas, o misteriosas en el caso de las leyendas en el día que me fueron impuestas como lectura obligatoria, con el pasar de los años la percepción se ha enriquecido. Pasando a apreciar con mayor grado historias que, en su día pasaron para mí más desapercibidas y seleccionar como favoritos muchos poemas que, en aquel entonces no me dijeron nada. Ahora me es más fácil diferenciar las tres fases de la vida que Bécquer quiso diferenciar entre sus poemas (amor, desengaño y duelo). Así como ver las enseñanzas, entre líneas, de sus misteriosas historias breves. Por ello, recomiendo a todo aquel que en su tierna juventud se vio obligado a leerle, vuelva a darle hoy una nueva y madura oportunidad.

Información de los libros:
Crónicas de una muerte anunciada. Autor: Gabriel García Márquez. Editoral: Debolsillo. Precio: 6,95€
Niebla. Autor: Miguel Unamuno. Editorial: Catedra. Precio: 9 €
Rimas y Leyendas. Autor: Gustavo Adolfo Bécquer. Editorial: Austral. Precio: 7,55 €

One thought on “Clásicos dignos de releer

  • el 9 noviembre, 2014 a las 1:10 am
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    Hola,Buenas noches un grato placer escribirle y leer sus comentarios le ruego lo haga mas a menudo,por favor si no es pedir mucho.

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