La decadente Venecia para despedir el año

Por Eloy V. Palazón

Willy Decker nos transporta al interior de Aston von Aschenbach, protagonista de Muerte en Venecia, en una producción que hace que una de las óperas más planas de Benjamin Britten rebose de interés plástico, con referencias al lenguaje fílmico, y con una dirección de Alejo Pérez con interesantes matices.

Ya se pudo ver en 2008 en el Liceo de Barcelona, con gran éxito y, de ahí, el empeño de Joan Matabosch en traerla a Madrid. Un buen fin de año para una temporada un tanto insustancial.

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