Mi color favorito es verte, de Pilar Eyre

Por Lourdes, en colaboración con Libros que voy leyendo

Mi color favorito es verte, de Pilar Eyre
Mi color favorito es verte, de Pilar Eyre

Soy de las que creo que la ficción tiene similitudes con la realidad. Porque el escritor, para muchos una especie de ser superior y omnipotente, no deja de ser una persona, y como tal, sus libros tienen detalles de su existencia o del mundo que lo rodea.

En este sentido, hay autores que escriben e introducen referencias que no sabemos si son propias o fruto de una imaginación manipulada, sellándose un pacto tácito con el lector que no pregunta qué es realidad o ficción, sino que lo asume. Otros, sin embargo, deciden dejar bien claro que lo que escriben forma parte de sus vivencias, viniendo a conjurar la máxima de que la realidad supera en muchas ocasiones a la mejor ficción. Esto último fue lo que Pilar Eyre llevó a cabo en su reciente libro Mi color favorito es verte (2014), novela con la que resultó finalista del Premio Planeta 2014. El mayor premio de las letras españolas premió dos tendencias muy diferentes: por una parte a Jorge Zepeda con Milena o el fémur más bello del mundo, que trata sobre la prostitución y las interrelaciones con el poder y la corrupción y, por otro, esa visión edulcorada y romántica de Mi color favorito es verte, en la que también se destacan los abundantes tintes irónicos y el humor más sarcástico.

Si Pilar Eyre era conocida mayormente por sus libros biográficos de la vida de miembros de la realeza y por la autoría de un libro íntimo sobre el Caudillo de España, Franco Confidencial, además de por su participación en tertulias televisivas del mundo del corazón, lo cierto es que en esta novela se desnuda con sus defectos y virtudes para narrar su sufrimiento amoroso por el reportero Sébastien Pàges. Este es un francés más joven al que conoce en Llafranc y con el que vive tres noches de sexo desbocado y amor. Pero la pasión se interrumpe por la partida del hombre a la guerra de Siria. A partir de ahí, la autora entrará en una espiral de felicidad-infelicidad, y no parará hasta dar con la verdadera identidad de ese amor loco.

Pilar Eyre
Pilar Eyre

“¡No sé si soportaré escribir este libro hasta el final! Revivir todo esto es tener una herida abierta en la que vas echando sal y vinagre cada día. Si no hubiera decidido narrar mi historia, quizás ya estaría curada de esta enfermedad terrible provocada por dos virus aparentemente contradictorios: la nostalgia y el desengaño”.

Una historia ocurrida en agosto del 2013, calificada como realista en un 98% por parte de la autora, quién reconoció que muchos de los nombres de los amigos que en el libro aparecen son mezclas de los reales, pero que su amor es totalmente real, aunque por momentos parezca imaginado.

La novela combina el amor con la sensación de pérdida, el misterio, su rutina y una obsesión por sus padres ya muertos que se le aparecen en ciertos momentos como consejeros, el orgullo por su hijo, y las ganas de vivir a pesar de que la vejez parece acechar como un lobo a su presa. Y como motivo esencial de todo ello está la música, fragmentos de canciones que expresan lo que siente en cada momento. Aunque la más mencionada es una del cantante belga Stromae:

“Formidable.

Tu étais formidable, j’étais fort minable”

Es como si esta estrofa fuese el raccord que esta novela necesitase para unir las diferentes realidades paralelas que abarca. Todo fluirá en ese amor, y todo se justificará en esos días en honor a él.

Aun así, por momentos resulta una historia que quiere abarcar casi todo el día a día de la autora y que puede resultar tediosa. De lo que sí estoy segura es de que si no me llegó tanto es debido a mi diferencia de edad con la autora, ya que por las redes sociales observo que muchas lectoras coetáneas de Pilar comentan que se sienten identificadas con sus sentimientos. Ahí reside el valor de Mi color favorito es verte: en ser capaz de aunar la expresión de las preocupaciones que la sociedad impone al cumplir una cierta edad con la locura de un amor adolescente. La escritora y también periodista, escribe sin tapujos, sin pelos en la lengua, y con una función terapéutica.

Valoración: entretenido

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