«Canícula», de Lola Blasco: espasmos tragicómicos en una familia española

Por Horacio Otheguy Riveira

Cuatro actores y dos actrices curtidos con éxito en muchas aventuras escénicas, dan vida a una familia en torno a un hermano mayor que les reúne ingresado en un psiquiátrico. Parodia, transgresión, absurdo cotidiano, el realismo nacional boca abajo y boca arriba, porque entre carcajadas se hila fino para ofrecer un profundo testimonio de nuestro tiempo.

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Formidable reparto (de izq. a der.): Juan Antonio Lumbreras, Antonio Gómez, Rulo Pardo, Eva Trancón, Joshean Mauleon, Nerea Moreno.

 Canícula de Lola Blasco dirigida por Vicente Colomar (muy unidos van: texto despojado de comentarios, y puesta en escena vertiginosa) es una función  en la que se reúnen muchos elementos de la comedia y el drama españoles, partiendo de la base de tres hermanos que son citados por el mayor de una familia extraña cuyo padre brilla por su ausencia: ellos y sus hermanas gemelas («esas perras») conforman cinco personajes de los que el espectador se cuelga como si se tratase de un dislocado quiero y no puedo pero quiero más, viajando en una montaña rusa de impactantes sorpresas.

El texto sugiere una tragicomedia y un fondo de poesía dramática profunda. La puesta en escena lo adereza con un humor absurdo espléndido, gran ritmo y dos momentos musicales que el libro original no tiene, pero que le van de maravilla: un flamencazo a cargo de la gemela pesada y cuetionalotodo, y un tema de Juan Gabriel cantado por toda la Compañía, nada menos que la bellísima ranchera que hizo muy popular Rocío Dúrcal: Háblame de ti, que llega después de un asesinato, cuyo artífice se escabulle muy a su manera:

No soy un asesino. Solo soy el de en medio, transparente, invisible. Así que no me miréis como si fuera un criminal. (…) Si alguien hubiera querido impedirlo lo habría impedido. Ninguno lo ha  hecho. Sufría. La muerte en estos casos dignifica, ¿no es así? Acabado el hermano, acabada la marca, ¿no? (…) No me miréis como si fuera un fratricida, no me maldigáis, porque si lo hacéis yo os maldeciré a vosotros. ¡Que la hierba muera bajo vuestros pies! Que los árboles os nieguen su sombra… (Silencio) Hermano, me recogiste de la cuneta. Hermano…

Ironía fina y sarcasmo a tumba abierta; drama que provoca risa, diálogos que buscan desesperadamente alguna comunicación mejor que la que se consigue, y la soledad de los hombres atrapados en sus traumas y limitaciones, con dos que parece que no riegan pero sí, y uno que se erige como el alma pater del franquismo exasperante, modelo perfecto de la derecha imperante.

Pero, eso sí, todo desenvuelto en un trabajo que es coral con una  comandancia modélica por parte de las mujeres de la casa, unas gemelas que dan mucho de sí porque encarnan a muchas mujeres, para brindar un final en el que brota la esperanza por el canal más humano, la vitalidad de estas mujeres que logran anteponer la vida al rifirrafe pertinaz de sus discusiones.

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Eva Trancón, Nerea Moreno: unas gemelas para partirse de risa y de espanto, con sorpresa final.

Este espectáculo tiene tanta vida y resulta tan rico en propuestas intelectuales, ideológicas y teatrales que el espectador puede zambullirse plenamente, felizmente atraído por un encadenado de gozosas emociones.

Y pensar que todo empezó con un delicioso diálogo de sordos con los tres hermanos sentados en un banco, acobardados, esperando que el mayor les reciba en su habitación hospitalaria vigilada por las temibles gemelas:

El mayor.- Hace un sol de justicia.

El de en medio.- De justicia, sí.

El menor: Si, de justicia.

(Silencio)

El mayor: ¡Con lo contento que yo me había levantado!

El de en medio: Esas cosas pasan, a veces.

El menor: Cuando el sol cae de esa manera…

El de en medio: Un sol de justicia.

El mayor: De justicia, sí.

Ecos de Ionesco y de Beckett, pero en la voz personalísima de Lola Blasco, una autora con definida personalidad, buscadora innata de tesoros, de experimentos (Proyecto Milgram, por ejemplo, o, más reciente, Artículo 47), que recorre sin miedo los límites de la razón y las emociones a través de las negras rutinas sociales en las que todos parecemos pontificar desde la inmovilidad… menos las mujeres con su exclusivo potencial. Al menos cuando cae la Canícula

Y no digo más. Invito a descubrir las muchas perlas que se esconden en este divertidísimo espectáculo.

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Evangelio apócrifo de una familia, de un país

Texto: Lola Blasco

Dirección: Vicente Colomar

Intérpretes: Eva Trancón, Nerea Moreno, Rulo Pardo, Antonio Gómez, Juan Antonio Lumbreras, Joshean Monleón.

Iluminación: Luis Perdiguero

Vestuario: Guadalupe Valero

Espacio escénico: Luis Perdiguero y Vicente Colomar

Asesor de Movimiento: Ricardo Santana

Lugar: Sala Cuarta Pared

Fechas: Del 5 al 21 de febrero de 2015. Jueves a sábado a las 21 horas.

REPOSICIÓN: Del 3 al 19 de septiembre de 2015. Jueves a sábado a las 21 horas.

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