George Orwell, “Sin blanca en París y Londres”

«Los barrios bajos de París son un imán para los excéntricos: gente que ha caído en uno de esos surcos solitarios y medio desquiciados de la vida y ha renunciado a ser decente o normal. La pobreza los libera de los patrones normales de comportamiento, igual que el dinero libera a la gente del trabajo».

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Sin blanca en París y Londres, de George Orwell.

Actualidad editorial:

La editorial Debate retoma un de las obras maestras del reportaje del siglo XX, Sin blanca en París y Londres, escrita por George Orwell en 1933, cuando vivía a salto de mata entre una ciudad y otra. A pesar de su temprana muerte, al autor de 1984 y Rebelión en la granja, se le sigue considerando la conciencia de una generación y una de las voces más lúcidas que se han alzado contra toda clase de totalitarismos. Novelista, ensayista brillante y maestro de periodistas, podría decirse que su vida resume los sueños y las pesadillas del mundo occidental en el siglo XX.

«Hay otra sensación que constituye un gran consuelo en la pobreza. Creo que cualquiera que haya pasado apuros económicos la habrá experimentado. Es una sensación de alivio, casi placentera, al saber que por fin estás sin blanca. Has hablado tantas veces de la posibilidad de acabar en el arroyo… y resulta que ya estás en él y puedes soportarlo. Eso te quita muchas preocupaciones».

Sin Blanca en París y Londres es el relato vívido del período que Orwell pasó entre los más pobres de la sociedad, un recorrido por los bajos fondos que supuso su debut literario. En él, describe meticulosamente un mundo de miseria y penalidades: hostales infestados de insectos, casas de acogida, un trabajo como friegaplatos en un inmundo restaurante parisino, una dieta basada en migajas y colillas de tabaco y la compañía cercana de vagabundos —un soñador artista callejero y un exmilitar ruso muerto de hambre—; casos peculiares como por ejemplo «los Rougier, una pareja con aspecto de enanos, viejos y harapientos que tenían un negocio extraordinario. Vendían postales en el Boulevard Saint-Michel. Lo curioso era que las vendían en paquetes cerrados como si fuesen pornográficas cuando en realidad, eran fotografías de los castillos del Loira; los compradores no lo descubrían hasta que era demasiado tarde, y por supuesto nunca se quejaban. Los Rougier ganaban unos cien francos al mes, y con estrictas economías se las arreglaban para estar siempre medio borrachos y medio muertos de hambre».

Al revelar una realidad impactante que hasta entonces permanecía oculta, Orwell, el mayor cronista de su tiempo, otorgó, por vez primera, un rostro humano y una voz hasta entonces desoída. En las propias palabras del autor: «El primer contacto con la pobreza resulta curioso. Has pensado mucho en ella, la has temido toda la vida y sabías que acabarías enfrentándote a ella tarde o temprano; pero resulta se total y prosaicamente diferente de lo que imaginabas. Pensabas que sería muy sencilla y es complicadísima. Pensabas que sería horrible; es solo aburrida y sórdida. Lo primero que descubres es su peculiar vileza; los cambios que te obliga a hacer, sus complejas mezquindades, tener que rebañar las cortezas».

George Orwell (Motihari, India, 1903 – Londres, 1950) nació en la India británica en el seno de una familia de clase media, estudió con una beca en el exclusivo colegio de Eton, sirvió en la Policía Imperial en ultramar (Los días de Birmania, 1934), volvió a Europa (Sin blanca en París y Londres, 1933), regresó a la Inglaterra rural y empezó allí el ejercicio de la docencia (La hija del clérigo, 1935), escribió sobre la clase obrera inglesa y la explotación (Que no muera la aspidistra, 1936; El camino a Wigan Pier, 1937), recogió su experiencia de lucha contra el fascismo en la turbulenta Guerra Civil española (Homenaje a Cataluña, 1938), vislumbró en la convalecencia posterior el derrumbe del viejo mundo (Subir a por aire, 1939), colaboró con la BBC durante la Segunda Guerra Mundial, se consagró en el Tribune y el Observer como uno de los mejores prosistas en lengua inglesa (entre su vasta producción ensayística cabe destacar El león y el unicornio y otros ensayos, 1940), fabuló las perversiones del socialismo (Rebelión en la granja, 1945) y llegó a anticipar nuevos tipos de sociedad burocrática e hiperpolítica (1984, 1949).

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Sin blanca en París y Londres.  George Orwell.  Traducción de Miguel Temprano.  Editorial Debate, 2015.  224 páginas.  21,90 €

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