Jane Dieulafoy: una francotiradora periodista

Por Silvia Pato

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La francesa Jane Dieulafoy (1851-1916) fue otra de esas aventureras del siglo XIX cuya vida podría valer para rodar una gran producción cinematográfica. Esta arqueóloga, escritora y exploradora se casó con diecinueve años con el arqueólogo Marcel Dieulafoy, el mismo año que comenzaba la guerra franco-prusiana.

Marcel se unió al ejército como voluntario para servir a su país y su joven esposa se cortó el pelo, se puso un uniforme de soldado y partió con él como francotiradora.

Después de la guerra, durante la siguiente década, su marido fue empleado como arquitecto en la Comisión de Monumentos Históricos. Tal y como había hecho antes, Jane se vistió de hombre, se puso sus botas de montar, cogió su cámara de fotos y lo acompañó en su recorrido y excavaciones por Marruecos, Egipto y Persia.

La labor de documentación que realizó  de la cultura persa resultó valiosísima, abarcando tanto los aspectos históricos como los etnográficos. En un segundo viaje, el matrimonio regresó con trescientas cajas de tesoros arqueológicos que pasarían a formar parte de los fondos del Louvre, entre los que se encontraba el famoso Friso de los Leones y los Arqueros de la Guardia de Darío.

Todas las notas de sus viajes fueron editadas en dos volúmenes: La Perse, la Chaldée et la Susiane (1887) y Á Suse, journal des fouilles, 1884-1886 (1888).

A Jane le fue concedida la Cruz de la Legión de Honor en 1886, al tiempo que se inauguraban las dos salas de Dieulafoy en el Louvre.

800px-Le_Louvre-musée_DelafoyEn 1888, el matrimonio inició un viaje por España y Marruecos que se prolongaría durante dos años. De aquella estancia en nuestro país, nacieron sus obras De Toledo a Granada, Aragon et Valence (1901) y Castille et Andalousie (1908).

Jane también trabajó como periodista y publicó varias novelas históricas, como Parysatis (1890), que más tarde sería adaptada para la ópera por Camille Saint-Saëns,  Déchéance (1897) y Isabelle la Grande, reine de Castille (1920).

Tal y como había hecho durante sus estancias en el extranjero, Jane se vestía como un hombre en Francia. Estaba prohibido aquel cómodo atuendo de pantalones entre las féminas de la época, pero el gobierno francés dispensó una autorización a tan destacada ciudadana.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Marcel fue destinado a Rabat. Ella le siguió, pero tiempo después contrajo disentería y fue obligada a regresar a su país natal, donde falleció en 1916.

 

FUENTES: Mujeres viajeras, Iranica online

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