El apocalipsis según la HBO

Por Alicia Louzao

Esta madrugada del 4 al 5 de Octubre regresa a HBO la serie «The Leftovers» con su segunda temporada que podrá verse en España a través de Canal + Series en estreno simultáneo con EEUU . Para ir abriendo boca dejamos este artículo sobre la primera temporada.

The Leftovers

Desaparecer es un verbo que tiene en la RAE dos acepciones: “ocultar, quitar de la vista con presteza” es la primera y la que más entendemos, mientras que la segunda conserva un matiz mucho más siniestro, “dejar de existir”. Llanamente, como la Tierra antes de Colón. En solo tres palabras el diccionario de la lengua española nos abandona a una especie de escalofrío que se mueve por debajo de la piel. “Dejar de existir”, la nada, la nulidad. La muerte.

Esta acepción en español quizás no la conocían Tom Perrotta y Damon Lindelof cuando sacaron brillo a sus estilográficas (o a su mac) para ponerse manos a la obra y crear (verbo que presenta casi en antónimo con el anteriormente mentado) la serie The leftovers.

Todavía brilla su esmalte por la novedad, recién salida del horno de bollos olorosos (HBO) pues el año pasado se emitió toda su primera temporada. Un total de 10 capítulos de 50 minutos de duración, siguiendo la línea de series que más bien parecen películas breves con las que nos deleitamos acompañados de palomitas y un buen sofá. O abanico y silla de plástico.

La serie está protagonizada por Justin Theroux y sus abdominales, la elfa Liv Tyler, la hija de Andy McDowell (adolescente que de verdad parece el calco de Blancanieves) y Amy Brenneman, actriz que si alguien es seguidor de Frasier (quiero decir, escandalosamente fanático), la recordará por haber sido una de las múltiples novias del sofisticadísimo psiquiatra de Cheers (en concreto, la abogada y chef de pastelería, de origen judío, llamada Faith, favourite Faith).

Una vez situados, la serie parte del high concept de desaparición total y absoluta de un 2% de la población mundial. Y a partir de aquí emplearemos el verbo desaparecer según la acepción segunda del diccionario.

¿Por qué el blanco?

Tras este suceso, acontecido un 14 de octubre, surge un grupo denominado Guilty Remnant que tiene como objetivo flagelarse en silencio, de manos de todos esos familiares de los desaparecidos (departed, como los llaman) que ven en ellos un insistente recordatorio funesto que impide que rehagan sus vidas al igual que ellos se ven incapaces de rehacer las suyas propias. Tal y como un despertador que suena accidentalmente en sábado. Esta secta viste de blanco. Si tomamos como ejemplo de este apocalipsis el libro bíblico que lleva el mismo nombre, leemos esto:

Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados por la palabra de Dios y por el testimonio que guardaban. Clamaban a grandes voces, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, no juzgarás y vengarás nuestra sangre en los que moran sobre la tierra? Y a cada uno de ellos le fue dada una túnica blanca, y les fue dicho que estuvieran callados un poco de tiempo aún.

La túnica blanca es la vestidura de los triunfadores. Se comprende que los mártires, desde que lo son, participan de ese triunfo. Los Guilty Remnant visten de blanco impoluto (guantes, abrigos, chaquetas, camisetas, todo colgado primorosamente de perchas y dispuesto para aquellos que se quieran cambiar de ropa de cuando en cuando) y… están callados. Comparten todos un voto de silencio solo roto por notas y bolígrafo. Pero notas escritas a fuente 44, esto es, muchos arbolitos. Además, en una epístola dirigida a la iglesia de Sardes, se indica: “algunas personas que no hayan manchado sus vestidos caminarán conmigo vestidos de blanco”. Esto es, los que se salvan de esas garras infernales y sanguinarias que se esparcen a lo largo y ancho del libro del Apocalipsis. Libro que es una especie de película de Quentin Tarantino escrita por él, por sus primos y por los parientes de su colega Robert Rodríguez.

Sin embargo, la misión de esta secta no es bien vista por los demás lugareños de la ciudad de Mapleton, sita en New York, New York. Y no podemos culparles por ello. Parece que ondeen con ellos la famosa (y añeja, rodeada de collares cortitos pegados al cuello estilo tatuaje y pantalones de campana; es decir, un día como hoy) canción de Maná que escucharían algunos en su adolescencia y que, se supone, se rodea de un contexto latinoamericano que está caracterizado por desapariciones a lo bruto, sobre todo en Ciudad Juárez, destino extremadamente poco recomendable. Ni siquiera para repostar:

a dónde van los desaparecidos
busca en el agua y en los matorrales
y por qué es que se desaparecen
por qué no todos somos iguales
y cuándo vuelve el desaparecido
cada vez que lo trae el pensamiento

El grupo albo sostiene cigarrillos que frenéticamente se ventilan mientras se quedan mirando fijamente (maravilloso verbo inglés, stare, que resume esas cuatro largas palabras a la perfección) a todas las familias de los desaparecidos bajo el lema Made them  remember.  Que los traiga, al menos, el pensamiento.

En The leftovers, en este fenómeno se lee un apocalipsis. Pero un apocalipsis caótico, pues bebés, niños, corruptos, maridos infieles, etc. son tragados por la tierra. Hasta el feto de la novia de Frasier desaparece. Y el resultado es que “desciende el caballo bermejo” de los cuatro jinetes del Apocalipsis. Ese “al que le fue concedido desterrar la paz de la tierra y que se degollasen los unos a los otros, y le fue dada una gran espada”. El caballo belicoso. El Babieca. El Veillantif (no vemos aquí caracterizado a Rocinante). Y eso es lo que sucede. La guerra entre los “Guilty Remnant” y los vecinos de estos. Fuego, infierno, bomberos, casas en donde viven los sectarios, ardiendo. Y aquí esta escena tan llamativa (porque está en llamas) hace que nos acordemos de una oscura canción de Tom Waits, y digo oscura porque aunque se dirija a una ladybird tiene un punto lúgubre: “fly away home/ Your house is on fire and your children are alone”. Se produce un apocalipsis en la tierra, como respuesta al apocalipsis incomprensible que extrajo a todas las víctimas de sus casas. Los niños que tiraban agua al suelo, el bebé que lloraba, la chica de grandes pechos entre las níveas sábanas…Todos.

“Dejar de existir”.

You will never be going back home.

The leftovers es todo menos sobras.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *