Los Planetas en el Auditorio de Barcelona

Por: Abel Farré

Crítica del concierto Los Planetas – Auditorio de Barcelona – 29 de Octubre

De nuevo me encontraba frente un concierto de los Planetas, de la última experiencia hacia poco más de cinco meses en la Sala Apolo con los conciertos previos al Primavera Sound, en donde se excusaban para presentar el Ep “Dobles Fatigas”. Ahora me encontraba con un cambio de formato, pues el desembarque planetario se dejaba ver en un Auditorio de Barcelona de nuevo con un cartel de “Sold Out” en la entrada, pero con un público sentado.

La historia se repetía, un público amplio en cuanto a edades, que dejaba entrever de nuevo que el fenómeno Planetas era algo más que un himno generacional. Asimismo el concierto al igual que hace cinco meses empezaba con el desembarque de palos flamencos pasados por el filtro planetario, pues canciones como “Los Poetas”, “Virgen de la soledad”, “Señora de las alturas” o “Ya no me asomo a la reja” pertenecientes a “Una opera egipcia” y “La leyenda del espacio” abrían las mismas intenciones que las suscitadas unos meses atrás. Un Jota tal vez por debajo de un sonido electrizante que costaba entender, se volcaba en una atmosfera de misticismo que no acaba de conseguir llegar a un público que si aplaudía, tal vez era por el respeto a los tal vez padres del Indie Español; pero canciones como “Ya no me asomo a la reja” parecían estar lejos de lo que recordaba.

Siempre fui defensor del cambio de tuerca de Los Planetas a partir de la edición de “La leyenda del tiempo”, pues el mismo nos abría la posibilidad de acercar el flamenco a la gente de otra forma e incluso las primeras puestas en escena las recordaría como de los mejores conciertos de los Planetas, sobretodo en aquel Primavera Sound del 2007.
Pero ahora la magia se volvía demasiada tosca y hasta que no llegó la más popera “Corrientes circulares en el tiempo”, realmente fue difícil entrar en el concierto; pero incluso esa nueva versión que nos presentaban se alejaba de lo visto en “Encuentro con entidades”.

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Eso sí, nos servía para volver al recuerdo con viejas piezas como “Nunca me entero de nada”, “Toxicosmos”, “Deberes y privilegios” o la inolvidable “Db” de su disco “Pop”.
Con el público ya calentado tras el recuerdo de viejos clásicos llegó el momento en que las sillas empezaron a servir por poco más que para dejar los abrigos, pues con “Santos que yo te pinte”, el público se vino arriba y finalmente el espíritu de Erik se contagiaba en el resto del grupo.

Pues uno no se cansa de repetir que la energía del grupo actualmente se centra en la hegemonía de un batería dispuesto a disfrutar cada uno de los momentos que se le deja en un escenario; pues Florent y Banin siguen inmóviles en su metro cuadrado, al momento que ven a un Jota deambular por un escenario con cigarro en mano o con brazos pegados a la espalda a lo Liam Gallagher.

Pero en esos momentos la faena ya parecía estar hecha y seguirían con “San Juan de la Cruz”, “Rey sombra” y “Si me diste la espalda”, para volver con ese contundente bombo que anunciaba “Devuélveme la Pasta”, momento en que el propio Jota aprovechaba para levantar por primera vez su brazo izquierdo en tono reivindicativo.
Con los bailables “David y Claudia” y “Un buen día” a la gente le faltaba poco más para subirse a bailar en el escenario y más con ese redoble marcado de Erik junto a esas “cuatro millones de rayas…”; pues ya solo parecía que hubiera espació para las “Alegrías del incendio”, con las que parecían acabar el show.

Pero tras unos segundos de parón llegaba el primer bonus extra con el inconfundible inicio de batería de Erik con “Segundo Premio” que hacia las delicias del público, seguido de la no menos esperada banda sonora del desamor “Pesadilla en el parque de atracciones”, pues todo el mundo tuvo su mal día…

Tras un segundo parón volvían de nuevo ya para finalizar el concierto con “De viaje” y una tal vez olvidada “Copa de Europa” de su disco “Una semana en el motor de un autobús”, en donde nos dejaba un final apoteósico de buen ruido y la inconfundible batería de Erik haciendo de las suyas.

Una vez más se abren las luces y el show de los grandes del indie a terminado, esta claro que demasiados hits generacionales les siguen para que nadie les olvide; Jota cantara mejor o peor, se le entenderá más o menos, pero es el sonido Planetas y nos sigue gustando, porque en el fondo siguen contando nuestras historias personales, nuestros problemas del día a día…

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