Yo no soy nadie: No he pillado el chiste, secuelas de novelas de humor

Por @oscar_mora_.

mas-maldito-karma-david-safier-trabalibrosDavid Safier se ha rendido. Yo no soy nadie para decirle al escritor alemán qué debe escribir, sin duda todos le conocéis por su divertidísima novela “Maldito Karma”, de hace unos ocho años, y que a día de hoy todavía se sigue vendiendo bien. Guionista de televisión, Safier vio el cielo abierto con la literatura de humor: no hay tantos autores y libros buenos, así que se dijo “Allá vamos”, y publicó al año siguiente “Jesús me quiere”. No era tan divertida, y no es que fuera mala, pero no era ni de lejos tan divertida como “Maldito karma”, y las comparaciones no tardaron en salir. Sobrevivir a una primera novela muy buena es difícil, ya saben: el vértigo del éxito, levantar los pies del suelo, perder el norte… pero sobrevivir a una segunda novela mala sí que es una tarea ardua. Safier no se rindió, y recuperó el tema de su primera novela, la transmutación de cuerpos y mentes en su siguiente libro, “Yo, mi, me… contigo”, en el que una mujer entraba en la mente de Shakespeare. Tampoco le salió. El éxito temprano continuaba sin ser superado. La siguiente, “Una familia feliz”, tiene -literalmente-  el argumento sacado de un capítulo de Los Simpsons: durante la celebración de Halloween, una bruja condena a una familia a convertirse en los monstruos de los que van disfrazados. Sin comentarios. Volvió a intentarlo con animales personificados un año después, con “¡Muuu!”, pero las ventas seguían sin despegar. Pareció que dejaba atrás el humor cuando publicó “28 días”, ambientada en el gueto de Varsovia. Es un buen libro, pero parece que Safier ha tirado la toalla: acaba de sacar “Más maldito karma” y, ventas navideñas aparte, no creo que vaya a hacer los números de la primera.

Otro caso reciente en el ámbito del humor es “El proyecto esposa”, con unos mimbres muy parecidos a los de Safier. Primera novela del autor, Grame Simsion, novela humorística y trama tremendamente original. Un profesor universitario con asperger –imposible no establecer un paralelismo con Sheldon Cooper- decide que, puesto que los hombres casados viven más y mejor, ha de encontrar una pareja. Desconocedor de los ritos de cortejo y apareamiento humanos, establece unas pautas científicas para conseguirlo y, como las buenas novelas humorísticas, es el trasfondo y los temas laterales los que dejan buen sabor de boca. También fue un éxito de ventas millonario, pero Simsion no se anduvo con rodeos: sacó este año “El efecto matrimonio”, con los mismos personajes enfrentándose a la paternidad. Si bien no fue un fracaso, la novela es muy inferior a la primera, ¿dónde reside el problema? Uno de los mecanismos más potentes del humor es la sorpresa. En el caso de ambos autores, además de la sorpresa, jugaban con el efecto de la respuesta inadecuada como motor, además de otros clásicos, como el pez fuera del agua o lo inverosímil posible. Pero una secuela de una obra humorística pierde fuerza si el universo de los 9788432225581personajes es el mismo.

Mucho más mérito tiene, bajo mi punto de vista, Leonie Swann. Su primera novela, “Las ovejas de Glennkill” fue un debut inteligente, sorprendente y maravillosamente contado. Para resumir y no destripar, es una novela negra donde se investiga la muerte de un pastor, y las encargadas de hacerlo son sus propias ovejas. Lejos de ser una patochada, el resultado fue magnífico. Como ocurrió en los casos anteriores, la autora no se resistió a sacar una secuela, “¡Que viene el lobo!”, donde sí había cambiado sustancialmente el mundo de los personajes, y donde sí que había un nuevo efecto de sorpresa.

Si quieren leer humor con secuela (dos, tres, cuatro y hasta cinco), solamente les puedo recomendar con firmeza las novelas del detective sin nombre (conocido) de Eduardo Mendoza. “El secreto de la modelo extraviada” me ha arrancado varias carcajadas en público, y se trata de un autor que ha sabido cuidar su creación, por lo que cada novela nos ofrece algo nuevo sobre su, ya memorable, personaje.

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