Eldha. Caso cerrado, de Angelique Pfitzner

Por Octavi Franch. www.octavi-franch.com

ELDHA. CASO CERRADODespués del gran éxito de 2011 con la novela también en clave de thriller Compulsiva obsesión, publicada por la editorial Atlantis como parte del premio de novela negra del mismo nombre, el año que justo acaba de finalizar nos llegó Eldha. Caso cerrado de la misma autora, la germanoespañola Angelique Pfitzner, quien vive, trabaja y escribe en Barcelona.

El argumento de este libro es el siguiente: David Hadson, un detective privado, desestructurado emocionalmente por culpa de los casos que ha llevado anteriormente, en concreto el último (la muerte de un bebé a manos de su padre), se ve sumergido en la desaparición de una chica, Eldha. Su búsqueda reaviva viejas heridas y lo retorna al pasado, del cual nunca no se olvidó.

Como en la obra anterior, Elda. Caso cerrado también está ambientada en Estados Unidos como la mayoría de bestsellers correspondientes a la novela policíaca. El hecho diferencial, en este caso, es que su autora, Angelique Pfitzner, ni vive ni ha vivido nunca allí, aunque imaginamos que sí que ha estado de vacaciones. Es evidente que se trata de una mirada de complicidad con el fin de que la mencionada novela, sobre todo a raíz del éxito que está teniendo en todo el territorio de habla española, se traduzca al inglés y se distribuya en Norteamérica.

La historia juega en dos escenarios muy diferentes y, a la vez, con dos puntos de vista: el de la víctima (quien está enterrada viva) y la del detective que la está buscando. Muy influenciada por los clásicos del género norteamericanos como D. Hammett, J. Ellroy, R. Chandler o E. Leonard, esta novela utiliza los recursos literarios habituales del thriller con el fin de que el lector, en primer lugar, sufra como la víctima por lo que está sucediendo, padezca con el investigador porque no acaba de sacar nada en claro y, sobre todo, no sea consciente de por dónde van los tiros realmente.

Con la prosa poética que ya nos tiene acostumbrados la autora, la narración avanza de manera bastante ágil y verosímil. Por lo que respecta a los diálogos, también están debida y correctamente escritos. Además huelga destacar el elevado nivel de documentación que rezuma la obra en su conjunto, sobre todo en relación a los elementos científicos, una vertiente que domina a la perfección Angelique Pfitzner debido a su formación académica y profesional en el mundo de la farmacia.

En definitiva, una novela negra con los ingredientes necesarios para ser leída con voracidad por los lectores más cartesianos, es decir aquellos que leen lo que ya saben de antemano que les gustará y no les decepcionará.

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