Cuestionario literario: Federico Volpini

flores 1«Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, decía el escritor, el humanista y autor de El criticón, Baltasar Gracián, palabras que adquieren particular sentido ante Las flores cierran en invierno (Valparaíso), el último trabajo del escritor y periodista Federico Volpini. Definida como una obra en la que se entremezclan relatos y “otros textos”, el trabajo de Volpini parece rehuir voluntariamente, casi a partir de una expresa poética, todo género literario en nombre de una prosa que no busca narrar historias concretas, no busca acción y tampoco busca finales ni respuestas; Las flores cierran en invierno más bien puede definirse como un conjunto de reflexiones y de interrogaciones que, bajo el sello de la postmodernidad, pero rehuyendo de su relativismo, carecen de respuestas o, por lo menos, carecen de su explicitación. Y, retomando las palabras de Gracián, que tan oportunas parecen para definir el trabajo de Volpini, no está de más que recordar la máxima del autor del XVII que decía «Estiman algunos los libros por la corpulencia, como si se escribieran para ejercitar antes los brazos que los ingenios.» Poco, aparentemente poco, han cambiado los tiempos desde entonces y hoy, como ayer, o incluso más, la voluminosidad de los libros se ha convertido en una característica imprescindible para las ventas y la difusión. Los lectores piden novelas extensas, arguyen algunos, en una confusión, tan dañina como insensata, entre extensión y profundidad. Y es precisamente profundidad, existencialista y gnoseológica, la que contienen las prosas de Volpini, prosas que pronto remiten a los breves cuentos filosóficos de la ilustración como al género aforístico o, incluso, de los fragmenta, tal y como lo volvió a recuperar Adorno en sus Minima Moralia.  Novelista, autor de El enigma del caballero en el espejo y La noche de los lobos, Volpini no es la primera vez que se adentra en el género del relato: en 1986 publicaba Las horas del gato y otras horas y en 1992 Panta rei. Sin embargo, con Las flores cierran en invierno no resulta difícil encuadrarlo simplemente en ese género; textos El mal menor o Incertidumbre son más bien microcuentos que, como bien nos enseñó Monterroso, son, casi a modo de Haiku, una epifanía, una revelación que trasciende lo narrado, una verdad que va más allá de lo expuesto y que se consolida, ya no entre las letras, sino en el acto de la lectura, en la captación hermenéutica del texto. En este sentido, Las flores cierran en invierno no es un libro fácil, su propio título, una aparentemente simple constatación del ciclo natural de las flores, se convierte en un resumen del sentido de la obra: la inevitabilidad de la repetición y, por tanto, lo inexorable de una realidad contingente y de un ser humano atrapado en un círculo vicioso del que no puede salir. Una mirada crítica y melancólica, frustrada y, a la vez de aceptación, hacia el individuo y hacia su naturaleza. La historia, parece decirnos Volpini, tiene poco de Magister vitae y el individuo parece condenado a tropezar una y mil veces en la misma piedra. Sin embargo, parece añadir el autor, de nada sirve la condescendencia y, precisamente por esto, unos textos en prosa que, en su brevedad e instantaneidad, parecen querer alumbrar aquello que desde siempre ha permanecido oculto tras la repetición de la historia y de quienes la protagonizan.

volpini

 

¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?

Entro en mi casa. Estoy (que es un alivio). En el equipo de música, ¿Robert Fripp, Christian Vander, la Mahavishnu Orchestra, Soft Machine, Robert Wyatt? Un libro. Una película. La botella de vino. Sobre todo, la persona a quien quiero. Y he terminado ya lo que estaba escribiendo.

¿Cuál es su gran miedo?

Prácticamente todo lo demás.

¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?

Ninguna, que yo sepa. Por el contrario, diría que se infravaloran hábitos excelentes: la fidelidad, el respeto al compromiso, el esfuerzo, el coraje. No pasa nada cuando somos cobardes. Pero, si eres valiente, tampoco es lo peor que podía pasarte.

¿En qué ocasiones recurre a la mentira? (en el caso que confiese mentir)

Siempre que la mentira mejora la verdad, a condición de que no sea una mentira interesada. Eso arruina el placer de la mentira.

¿Se muerde la lengua antes de expresar determinadas opiniones por temor al qué dirán?

Me muerdo la lengua por temor a lo que me diré yo mismo por la noche.

¿Cuándo fue la última vez que tuiteó o publicó algún comentario en las redes sociales con plena libertad?

Me inquieta más pensar en cuándo fue la última vez que, por el motivo que fuere, no lo hice.

¿Qué es para usted la libertad?

De nuevo, una cuestión de compromiso y de respeto, a uno mismo también.

¿Siente el ser una persona reconocida públicamente le resta libertad con respecto a la persona anónima?

Para bien o para mal, que igual ni importa, no sabría responder a esta pregunta.

¿Hablar y expresar públicamente opiniones políticas o silenciarlas?

Puesto que cada opinión que se expresa es una intromisión en la vida de los otros, no queda otro remedio que hacerlo y defenderse.

¿Activismo público o compromiso privado?

El otro día me increpé con dureza. No se enteró nadie.

¿Informarse o ser informado?

¿Alimentarse o ser alimentado? La comida, a veces, cuesta mucho conseguirla.

¿Qué es para usted y qué valor tiene la información?

¿Qué hay, que no sea información?

volpini 1La cultura, ¿cuestión de esnobismo o conocimiento transversal?

La cultura es cuestión de placer. ¿En qué otra cosa va a ocuparse un bicho que sabe que se muere?

¿Todo es cultura? O, mejor dicho, ¿qué no es cultura para usted?

Cada vez que algo se asimila, queda, puede comunicarse, igual eso es cultura. No recuerdo de lo que he estado hablando esta mañana.

¿Sus referentes culturales son literarios, musicales, artísticos, cinematográficos…?

Supongo que, para todos, también esos.

¿Un autor para releer?

“Hay libros de los que sé ya que el tiempo no me permitirá volver a leerlos”. Sospecho que ahí están todos los libros que han dejado un recuerdo, incluso malo. Y todos los autores. Y los libros de los que no te acuerdas, que eso a veces no te deja dormir. Mencionemos tres autores, para huir de los más evidentes: Leonora Carrington, T.F. Powys, los hermanos Strugastki.

¿Un autor recién descubierto?

Jacques Abeille.

¿Una película, una obra de teatro o un espectáculo recientemente visto y que no olvidará?

‘Mysterious’, con la Petiestable12. Como eso ya no va a poder volver a verse, los demás no estamos invitados.

La creación, ¿un arte, una pasión o un oficio que se puede aprender?

Una cosa que pasa.

¿Todos podemos escribir un libro?

Si el libro quiere, sí.

¿Todos podemos publicar?

¿Todos debemos publicar?

¿Todos podemos ser artistas?

Lo pregunto.

El éxito, ¿personal o profesional?

Los dos dan réditos muy interesantes.

El éxito, ¿fama, dinero, reconocimiento o no necesariamente?

Espero que no necesariamente.

¿Cuál considera que es su gran logro?

Haber comprado tiempo para vivirlo a mi manera.

¿Cuál es su lema?

Ahí delante.

 

 

2 thoughts on “Cuestionario literario: Federico Volpini

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