Entrevista a Emma Ozores

 

Por Paula Olvera Pérez. @paula_op_

emma1“Como admiraba a mi padre decidí dedicarme a lo mismo que él”

Dicen que el arte “de casta le viene al galgo” y en el caso de la actriz Emma Ozores es indudable. Pertenece a una de las sagas de actores, cómicos y músicos más importantes de nuestro país, prueba de ello es que hace unos días su tío Mariano Ozores recibió el Premio Goya de Honor por toda una vida dedicada a la dirección cinematográfica. Sin duda, un espejo en el que mirarse, un referente como también lo fue su padre Antonio, quien escribió El último que apague la luz, una divertida obra que actualmente Emma protagoniza en el Teatro Amaya de Madrid junto a Vicente Renovell. Pero las tablas no han sido su único medio de expresión, el cine la ha visto crecer profesionalmente y la televisión le ha regalado personajes tan entrañables como Sandra en Farmacia de Guardia o Mamen en Aquí no hay quien viva, por la que muchos espectadores la siguen reconociendo. Natural y sencilla, como la vida misma a la que le da lo mejor de sí, nos encontramos ante una guerrera interpretativa dispuesta a todo por engrandecer su profesión.

Lo primero de todo, Emma, queremos que hagas extensible nuestra enhorabuena a tu tío Mariano Ozores tras recibir el Premio Goya de Honor. ¿Qué es lo que más admiras de él como director y guionista?

Lo que más admiro de mi tío Mariano es, primero lo buena persona que es, y la enorme capacidad que tiene y el gran talento para hacer cine.

Aprovechando que este mes de febrero se ha celebrado la trigésima edición de los Premios Goya, ¿por qué crees que el cine español, en muchas ocasiones, es más apreciado fuera de nuestras fronteras que en nuestro país?

Pues la verdad no tengo ni idea, no sabía que fuera más valorado que aquí. Será porque no somos como los americanos que dan siempre mucho valor a sus cosas.

Centrándonos ahora en tu trayectoria, ¿hasta qué punto ha influido en tu carrera que tus padres se hayan dedicado a la interpretación?

Mucho, porque yo soy ya la sexta generación de actores y, como admiraba a mi padre, decidí por admiración dedicarme a lo mismo que él.

Si echas la vista atrás, ¿cuál es el momento profesional más feliz que recuerdas?

Pues de lo mejor fue cuando hice Por la calle de Alcalá. En el estreno todo el patio de butacas de pie aplaudiendo más de veinte minutos, eso para mí fue algo impresionante y que no me lo esperaba. Y también recuerdo la primera obra que hice de mi padre Achipe, Achipe y las risas del público que eran constantes y hasta daban gritos de risa… ¡Fue genial!

Se puede comprobar en tu trayectoria que te decantas sobre todo por los personajes cómicos, ¿qué es lo que más te gusta de meterte en su piel?

Lo que más me gusta es hacer reír y que la gente lo pase bien con mi trabajo, eso es lo más bonito, ¡que se olviden de todo y se rían!

El_último_que_apague_la_luzActualmente te podemos encontrar en el Teatro Amaya representando la obra El último que apague la luz, una hilarante comedia de pareja. ¿Por qué recomendarías a nuestros lectores que fueran a verla?

Recomendaría que fueran a ver esta obra sí quieren ver algo diferente y reírse mucho durante hora y media.

Esta obra está escrita por tu padre, Antonio Ozores, ¿la sientes de manera más especial?

¡Claro que sí! De hecho, la estoy haciendo porque mi deseo es que mi padre pueda seguir haciendo feliz a la gente.

En el 2010 esta pieza recibió el Premio Nacional de Teatro y además he leído que ya la han visto más de 360.000 espectadores, ¿dónde crees que reside la clave de éxito?

Yo creo que el éxito reside en hacer algo original y muy divertido. Está escrito con mucho ingenio, con un humor de verdad que no utiliza el chiste fácil ni el ridiculizar a nadie para hacer reír. Sólo es a través del ingenio.

En la obra actúas junto a Vicente Renovell, ¿qué es lo más divertido que os ha pasado durante una función?

Pues mira, divertido lo del otro día que tenía yo que decir “¡Anda! Me he dejado el tabaco, llama al botones”. Y le digo “¡Anda! Me he dejado el botones, llama al tabaco”. ¡Ay madre! Casi nos da un ataque de risa, porque te entra más risa al saber que no te puedes reír ya que tienes que seguir con la obra, entonces lo de aguantarte la risa, te provoca aún más risa, y ver a tu compañero que casi no puede hablar porque le gustaría reírse y no debe hacerlo, ya que el público no se ha dado cuenta de lo que ha pasado y por respeto debes seguir con la obra… Verle la cara de risa a mí eso me cuesta mucho… no reírme más.

Esta pieza teatral reflexiona, entre otras cuestiones, sobre los celos en la pareja. Ahora que el día de los enamorados está tan reciente, ¿qué consejillo les darías a los lectores, tras tu propia experiencia interpretando la obra, para mantener el amor de una pareja a pesar del paso de los años?

Según mi padre y esta obra suya el consejo sería que salieran de la rutina, que se inventaran historias divertidas. Que hay que fingir y crear cosas diferentes.

Si ahora mismo te propusieran un papel, ¿en qué medio te gustaría que fuera: cine, teatro o televisión?

Aunque lo que más me gusta es lo que estoy haciendo ahora en el Teatro Amaya, que estamos muy contentos, por variar me apetecería hacer televisión.

Sin embargo, tienes una amplia trayectoria sobre las tablas, ¿qué te aporta el teatro a nivel personal?

Me hace ilusión oír las risas y ver al acabar cómo, a veces, la gente se pone en pie aplaudiendo y las sonrisas de la gente al aplaudir.

Además de la obra, ¿qué otros proyectos tienes que puedas contar?

Tengo uno muy bonito pero no se si me dejan decirlo… Sería con una actriz que admiro, Paloma Paso Jardiel. ¡Y no sé aún mucho más! De todas formas deseo estar mucho tiempo haciendo El último que apague la luz, es una obra muy original y divertidísima.

Por último, para que los lectores te conozcan un poquito más, cuando no estás trabajando ¿qué es lo que más te gusta hacer?

Estar con mis perros y con mis amigos, pasear, leer, ir al cine y al teatro.

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