Esa obra de teatro llamada realidad

Por Carmen Joy – @terrenoelevado

Magda Donato
Magda Donato

Que el periodismo se basa en los hechos reales y la literatura en la ficción es algo con lo que todos estaremos más o menos de acuerdo. Para esto, el periodismo se vale de géneros como el reportaje, la noticia o la crónica, y la literatura de otros como la novela, la poesía o el teatro. Hasta aquí bien.

Sin embargo, esta separación no es del todo cierta. Desde los orígenes mismos del periodismo los periodistas –conocidos como escritores, panfletistas o publicistas hasta el siglo XIX– han utilizado recursos de la literatura para contar sus historias con mayor o menor veracidad. Tal vez a día de hoy los más conocidos sean aquellos periodistas que pertenecen al movimiento del Nuevo Periodismo americano; figuras como Gay Talese o Tom Wolfe escribieron sus libros a partir de una mezcla entre el gran reportaje y la novela de ficción. Muchos son los trabajos, y muchos los periodistas, que han mezclado estos dos géneros.

Y es que en principio diríamos que la novela es el género con más capacidad para fusionarse con el periodismo, ya que permite contar una historia partiendo de una introducción, un nudo y un desenlace que facilite la comprensión del lector y haga la historia más interesante y amena. Usando técnicas propias de la novela se podrían incluir descripciones repletas de adjetivos que permitan al lector imaginarse la habitación en la que se realiza la entrevista, y la persona a la que se está entrevistando; también permite al lector ver a los involucrados en el reportaje como personajes. Incluso el propio periodista puede ser un personaje.

La periodista que usó la literatura

Magda Donato fue una periodista que desarrolló su carrera durante el siglo pasado, especialmente en los años veinte y treinta. A pesar de que durante muchos años la periodista ha sido olvidada, sus reportajes “vividos”, tal y como ella los llamaba, fueron publicados en periódicos reconocidos en la época como son El Imparcial y Ahora. Evidentemente, estos reportajes utilizaban técnicas propias de la literatura para contar las historias que ella misma había vivido en primera persona, participando de incógnito en lugares como un manicomio femenino.

Esta periodista que ya en la década de los treinta mezclaba literatura y periodismo en sus artículos, era también una gran aficionada al teatro. De hecho, tras su exilio en México propiciado por la Guerra Civil, Magda Donato escribiría, en colaboración con su marido, una serie de obras de teatro para niños en las que llegaría a actuar. Ya más tarde, en 1960, la periodista obtendría el premio a la mejor actriz concedido por la Agrupación de Críticos de Teatro por sus numerosos papeles en obras de teatro, cine y series de televisión.

Esta pasión por el teatro llegó a plasmarse en, al menos, uno de los artículos que publicó, este en concreto en el periódico Ahora. En la primavera de 1936, con la victoria en las urnas del Frente Popular, un conocido periodista y escritor ruso llamado Ilyá Ehrenburg visitó España. Tras conocer a la Pasionaria y escuchar un recital de Rafael Alberti, el periodista se reúne con un grupo de intelectuales y escritores, entre los que se encuentra Magda Donato, quien escribirá un artículo de ese encuentro.

El teatro se convierte en periodismo

Ilyá Ehrenburg
Ilyá Ehrenburg

Pero, ¿qué es lo curioso de ese artículo? Pues que está escrito como si fuera una obra de teatro. Cada persona reunida era un personaje, incluyendo a la propia Donato, y el lugar en el que se encontraban, así como la ambientación, queda descrito en forma de acotación.

«Eremburg [Grafía del nombre que utilizó el periódico]. Hoy ya no tiene paciencia [el pueblo ruso] para aguantar discursos tan largos: claro que tampoco tiene ocasión para ello.

Periodista. Es natural: allí no hay por qué hablar de política, puesto que todo el mundo opina siempre igual que el Gobierno.

Eremburg. ¡Claro!

Periodista. ¿Pero no puede darse el caso de que, así como no todos digerimos lo mismo, alguien piense también de manera diferente?

Eremburg. ¿Por qué no? Se darán seguramente muchos.

Periodista. Y entonces ¿qué hace?

Eremburg. (Fulminando con una mirada de olímpico desdén a la pobre periodista anticuadamente liberal) ¡Entonces se calla!»

 

Los personajes que aparecen en este artículo son, además de la periodista y el propio Ehrenburg, la esposa del escritor ruso, Lubow, Ramón Gómez de la Serna, Luisa Sofovich, Salvador Bartolozzi, Rafael Alberti, María Teresa León, José Gutiérrez Solana, Manuel Gutiérrez Solana, un perro y un coro de extranjeros. Las intervenciones de todos estos personajes están comentadas por la periodista a través de las acotaciones que incluye. Aparentemente, esta “obra de teatro” estaría contando el encuentro que se produce entre un grupo de intelectuales en la capital, y cada uno de ellos estaría relatando algunas anécdotas en relación a su propia vida. Pero realmente, la periodista está utilizando la ironía para criticar tanto la figura del periodista ruso como el régimen al que representa. Y esto lo está haciendo precisamente manejando los recursos estilísticos de los que le permite hacer gala la literatura.

La reacción del protagonista

Reportajes, de Magda Donato.
Reportajes, de Magda Donato.

A pesar de que no podemos saber qué pensarían los lectores de Ahora cuando leyeron este artículo, sí que podemos saber cómo reaccionó el periodista ruso, objeto principal del artículo. Al parecer, a Ehrenburg no le gustó nada el artículo, y publicó una carta en el diario Claridad pidiendo a la periodista que publicase una rectificación, ya que según el escritor ella se había inventado ciertas frases y malinterpretado otras, con la intención de criticar al régimen que Ehrenburg representaba.

A esto, Magda Donato respondió que ella se había limitado a transcribir las palabras que el ruso había pronunciado delante de varios testigos. Evidentemente esto no fue así. El hecho de utilizar recursos literarios para escribir un artículo, el hecho de seleccionar las palabras que el escritor ruso pronunció y el hecho de añadirle una serie de acotaciones que interpretan y critican restan la objetividad que Magda Donato defendió en su respuesta a Ehrenburg. Lo que la periodista había hecho era rebasar lo puramente informativo con un escrito que aúna lo periodístico y lo literario. Con un texto basado en una obra de teatro.

La cita del artículo ha sido extraída del libro Escritoras españolas en los medios de prensa (1898-1936) publicado por la editorial Renacimiento. Las obras completas de Magda Donato están publicadas por la misma editorial.

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